El buen pastor


Parábola de la alegría

Monasterio

Parábola del buen pastor
La parábola narrada por Juan (10,1-14), ofrece una profunda reflexión sobre la figura del buen pastor que cuida de sus ovejas a costa de su vida y la del ladrón que actúa por interés personal sin preocuparse del bienestar de su rebaño.

Resumen:
- Juan 10,1-14
- Exégesis parábola de Juan

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Parábola evangélica del buen pastor

Del Evangelio de Juan Capítulo 10, versículos 1-10

En verdad, en verdad, les digo: quien no entra por la puerta al corral de las ovejas, sino que sube por otro lado, es un ladrón o un salteador. Pero quien entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El pastor abre la Puerta y las ovejas escuchan su voz: llama a sus ovejas por su nombre y las saca. Y cuando ha sacado todas sus ovejas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. En cambio, un extraño no lo seguirá, pero huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños". Jesús les dio este ejemplo; pero no entendieron lo que significaba lo que les dijo. Entonces Jesús les dijo de nuevo: "En verdad en verdad les digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes que yo son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los han escuchado. Yo soy la puerta: si alguien entra por Mí, se salvará; entrará y saldrá y encontrará pastos. El ladrón no viene excepto que para robar, matar y destruir; He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.

Exégesis parábola del buen Pastor - Jn [10,11-18]

El texto corresponde al Capítulo 10 de Juan, en el que Jesús se presenta con palabras de realeza: "Yo soy la puerta, si uno no pasa a travez de mí, no entrara al redil". En el Capítulo 9, Jesús discute la ceguera con los fariseos y termina con la curación de un ciego. Los fariseos comentan esta curación diciendo: "¿También somos ciegos?" y Jesús no duda en responderles: "Si fueran ciegos, no tendrías pecado; pero como dicen: Ya vemos, vuestro pecado permanece" (Jn 9, 40-41). La narración continúa en el próximo capítulo, sugiriendo que todavía no entienden: una vez más se resalta el tema de la ceguera y el papel emblemático de Jesús que en este contexto da luz, restaura la vista, derrota esa ceguera representada aquí por aquellos quienes pretenden entrar a la cerca a través de otras partes "quien no entra por la puerta es un ladrón o un bandido" y hay quienes afirman en su ceguera que te llevan a Dios, sin conocerlo.

"Quien entra por la puerta es el pastor de las ovejas, las ovejas lo reconocen y él las guía". Finalmente, Jesús dice ser la puerta y el buen pastor, y solo si uno entra a travez de El será salvo. El significado del concepto de la puerta es el conocimiento de Dios; Los fariseos, los escribas y los sacerdotes tienen la presunción del conocimiento de Dios, pero en realidad no lo tienen: lo reemplazan con el suyo, interpretando los mandamientos a su manera. Es por eso que Jesús define a los fariseos y escribas como ladrones y bandoleros, porque engañaron a la gente y no los dirigieron hacia el conocimiento de Dios, porque no amaron a las ovejas y las condujeron a la perdición al dispersarlas fuera del redil. Al mirar a las multitudes, Jesús tuvo compasión porque eran como ovejas sin pastor, fueron guiados por aquellos que no habían entrado por la puerta: solo aquellos que ingresaron a la verdad se convirtieron en el pastor, por eso revela que es la puerta y, por lo tanto, la Verdad que puede lleva a las ovejas al Padre. Jesús se presenta insistentemente: "Yo soy la puerta", tengo la verdad en Dios, debes pasar a travez de mí porque yo soy el que tiene la verdad, "Yo soy la verdad, el camino y la vida".

El evangelista Juan, con este testimonio de Jesús, subraya que entrar por la puerta significa ingresar al conocimiento de Dios, ingresar al redil donde están las otras ovejas guiadas por el pastor. Esta presencia del pastor garantiza la plena posesión de la verdad, de lo contrario las ovejas no se salvan, ya que solo la verdad puede salvar. Y aquí Juan presenta otro tema: ¿qué hacen las ovejas? Son conducidas al pasto por el pastor, entonces el pastor está allí por ellas y para su bienestar. De esta manera, Juan afirma que el bienestar del hombre solo puede derivarse de las verdades de Dios, lo que significa tener la certeza de su presencia. Aquí entonces se revela que el bienestar del hombre comienza en la percepción de la presencia de Dios; de hecho, las ovejas son conducidas a los pastos y esa "conducta" significa que su bienestar no está representado en sí mismo por los pastos, sino por el hecho de ser traído, acompañado, guiado y sabiendo que el Pastor lo está haciendo. Se puede decir que la fuente de este bienestar se basa en la seguridad reconfortante de que el pastor nunca te abandonará, porque El es un pastor fiel.

Sintámonos todos como ovejas esperando al Pastor, porque rodeados de ladrones y bandidos que nos desvían de la verdad y no pueden llevarnos a las certezas de Dios, no podemos perder la guía y la puerta que nos lleva de vuelta al redil. Debemos pedir la gracia de reconocer al verdadero Pastor, el que nos conoce por nuestro nombre; debemos confiarnos a Jesús: solo de esta manera surgirá una certeza y seguridad absolutas que nos darán la fuerza para enfrentar cualquier dificultad. Nada puede distraernos de esta certeza, que para nosotros el único apoyo es Jesús.