María Valtorta
La persona
María Valtorta nació el 14 de Marzo de 1897, en Caserta, de padres lombardos, que se habían ido temporalmente a esta ciudad. Apenas tenía dieciocho meses, sus padres se mudaron de Caserta a Faenza y tras unos años, a Milán. En 1907, su familia se trasladó a Voghera,donde tuvo la oportunidad de aprender francés.
El primer Domingo de Octubre de 1908 recibió la Primera Comunión en Casteggio. En Marzo de 1909, a los 12 años, fue forzada por la madre a frecuentar el prestigioso colegio
"Bianconi" de Monza, donde recibió un excelente educación clásica. Tras cinco años de estudios, la madre la obligó a salir del colegio para ir con la familia a Florencia. Aquí, ella conoce primero a Roberto y después a Mario, ambos buenos muchachos dignos de amistad, pero la madre, despótica, los despacha.
En 1917 entró en el grupo de las enfermeras samaritanas y durante casi dos años trabajó en el hospital militar de Florencia.
En 1920 sufrió una agresión por parte de un joven delincuente, el cual dándole un fuerte golpe sobre el costado con una barra de hierro: le lesionó la espina dorsal. Permaneció en cama tres meses, fue el principio de su futura e irreversible enfermedad. En el mismo año, fue con los padres a Reggio Calabria: aquí experimentó algunas percepciones psíquicas y le apareció la devoción por San Francisco.
En 1924 vuelve con su familia a Viareggio, para llevar a cabo una vida apartada. La lectura del libro "Historia de un alma" de Santa Teresa de Lisieux, hizo madurar en ella su amor por Jesús.
En 1929 ingresa en Acción católica, como delegada, y trabaja hasta que se lo permiten sus fuerzas. Desde el 1 de Abril de 1934, no se levanta más de la cama, llegando a ser instrumento en las manos de Dios, ya que su misión es sufrir, expiar y amar.
En 1942 recibe la visita del Padre Romualdo María Migliorini, de los siervos de María, ex misionero destinado al convento de Viareggio. Fue su director espiritual durante cuatro años. Al año siguiente respondió a una solicitud del confesor y, a pesar de la resistencia de recordar un pasado doloroso, acepta escribir su autobriografia. En pocos meses llena de escritura siete cuadernos para narrar, sin reticencias, la propia vida.
En Abril de 1943, Viernes Santo, María, por un impulso sobrenatural, empieza a escribir como a dictado. Es el comienzo de una obra que la llevará a escribir entre 1943 y 1947, 129 cuadernos.
Escribió en condiciones adversas, en tiempo de guerra. Estaba sentada en la cama y apoyaba los cuadernos escolares, sobre un cartón doblado sobre las rodillas. Y aunque agotada por el cansancio y el sufrimiento, escribía en cualquier momento, bajo inspiración.
De 15.000 páginas escritas en su cuaderno, la mayor parte son la obra de la vida de Jesús:
"El poema del hombre-Dios" o como ha sido retitulada "El Evangelio como me ha sido revelado". Escribe tambien comentarios sobre versículos bíblicos y lecciones de doctrina.
El Padre Migliorini, a pesar de la prohibición de María Valtorta, divulga los escritos antes de su muerte, porque así le había sido inspirado. Hizo circular copias de algunos escritos. Y esta difusión atrajo la atención del Santo Oficio, que ordenó el retiro de todos los manuscritos en circulación.
María, después de haber visto censurada la obra, se cierra gratamente en sí misma, en una clase de aislamiento psíquico. Ella que jamás había sido ociosa, acabó inoperante y se limitó a repetir mecánicamente el saludo o las últimas palabras de una frase. No pedía nunca nada y se dejaba alimentar como una niña.
Murió en su habitación de Viareggio el 12 cde Octubre de 1961. Expiró apenas el Padre Innocenti Rovetti, recitó la oración por los moribundos entonces en uso: "Parte, alma cristiana, de este mundo". Un acto extremo de obediencia.
Fue enterrada en Viareggio. Diez años después sus restos fueron exhumados y puestos en el nicho de sus padres. Obtenidos los permisos eclesiásticos el 2 de Julio de 1973, el cuerpo fue exhumado y trasladado a Florencia, en la Capilla del Capítulo del Claustro Grande de la Basílica de la Santísima Anunciada, donde aun se venera su tumba.
Los escritos de maría Valtorta bien pronto alzanzaron los caminos del mundoo hasta los paises más lejanos, sin publicidad, pero con la única fuerza del amor.
Fuente de vida
Dice Jesús: Tú has visto mis sufrimientos. Sucedieron para reparar vuestras culpas. Nada de mi cuerpo ha quedado libres de ellas, para que nada en el hombre quede exento y todas las partes de vuestro yo físico y moral son instrumentos de los cuales me serví para redimir los pecados.
Pero Yo he venido para anular los efectos del pecado con mi Sangre y mi dolor, lavando vuestras partes individuales en ellos, para limpiarlas y hacerlas fuertes contra las tendencias culpables.
Mis manos han sido heridas y atadas, tras cansarlas y llevarlas a la Cruz, para reparar todos los delitos cometidos por las manos del hombre...
Los Pies de vuestro Salvador, después de estar cansados y magullados en las piedras del camino de mi Pasión, han sido perforados, inmovilizados para reparar todo el mal que vosotros hacéis con los pies, haciendo de ellos el medio para ir a vuestros delitos, hurtos, fornicaciones...
Mis Carnes se han manchado, contusionado,lacerado para castigarMe de todo culto exagerado, la idolatría que vosotros dáis a vuestra carne y a la de quien amáis por capricho de sentido o tambien por afecto, que en sí no es reprobable, pero que volvéis tal, amando a un padre, cónyuge, hijo o hermano más de lo amáis a Dios...Yo he hecho de mis carnes una llaga para quitar de las vuestras el veneno del sentido, del no pudor, del no respeto, de la ambición y admiración por la carne destinada a volverse polvo.. No es con el culto a la carne que se lleva la carne a la belleza. Es con el desapego con lo que se obtiene la Belleza eterna en el Cielo de Dios.
Mi Cabeza torturada por mil torturas: de los golpes, del sol, de los gritos, de las espinas, para reparar las culpas de vuestra mente. Soberbia, impaciencia, insoportabilidad, insufrimiento pululan como espinas en vuestro cerebro. Yo he hecho de ello un órgano torturado, encerrado en un cofre decorado con sangre, para reparar todo lo que brota de viuestro pensamiento.
En la Cabeza, los ojos, la nariz y la lengua: todo, para reparar vuestra miradas tan amantes de ver todo lo que es el mal y así olvidas buscar a Dios: para reparar a muchos de tanta mentira y suciedad, de palabras lujuriosas dichas en vez de usar los labios para orar, para enseñar, para consolar. Sufrí la tortura en la nariz y en la lengua para reparar vuestra glotonería y vuestra sensualidad del olfato, con la que también cometéis imperfecciones que son terreno para culpas más graves, y de las culpas de la avidez de alimentos superfluos, sin piedad de quien tiene hambre, de alimentos que os podéis permitir muchas veces recurriendo a medios ilícitos para ganarlos.
Mis órganos no estuvieron exentos de sufrir ni uno solo de ellos. Sofocaciones y toses para los pulmones por la bárbara flagelación y más hematomas por la flagelación, por el gran peso del madero, por la contínua anemia debida a la sangre que ya había derramado. Hígado congestionado, bazo congestionado, riñones magullados y congestionados.
N del A. Extracto de "I quaderni de 1944" de María Valtorta. Centro Editoriale Valtortiano.
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