Don Bosco
*N. del A.: Toda la información relativa a San Juan Bosco, ha sido extraida de "Vita di San Bosco" de G. B. Lemoyne, de la editorial italiana SEI.
Para facilitar la lectura, el texto soriginal del siglo XlX, ha sido adaptado.
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Introducción a San Juan Bosco
A primera vista parece un cura cualquiera, digno y recogido, y este recogimiento interior le confería algo de atrayente. Quien lo encontraba experimentaba una especial simpatía y reverencia. Sus maneras gentiles abrían todo corazón. Sus palabras, su comportamiento, toda su acción estaba infundida por el efecto de la castidad, una sencillez tan grande y una brisa virginal para convencer y edificar a cualquier persona que se acercase aél, aunque fuese depravada.
Para todos era un amigo, un consolador un padre. Detestaba los discursos inútiles, hablaba despacio y con mucha gravedad. Su bondad era estraordinaria. Consumió su vida para gloria e Dios y la salvación de las almas, su hablar, su obrar tendía sólo a este ideal. Sacó de lo sobrenatural una fuerza insuperable, un alma maravillosa, una heróica paciencia, para tener éxito en cada empresa.
De Dios recibió una gran inteligencia, una mente preparada, una gran memoria y un temperamento resistente al cansancio. Êl consagró todas estas portentosas facultades al Señor. Era Docto en latín y griego,leía hebreo, hablaba francés y entendía el alemán, competente en filosofía, teología, derecho,historia, geografía, ciencia sagrada y profana hasta sorprender a los expertos. Dotado de una memoria estraordinaria, leía un libro sin olvidarlo jamás.
Desde pequeño destacaba por lo Sobrenatural, mediante sueños y visiones y ser apóstol de los jóvenes. Él se adherió con todo el corazón a esta misión y el cielo le concedió ayudas extraordinarias.
Ordenado sacerdote, inició su obra en forma concreta y sin dudar en realizar Oratorios. El descubrimiento del Oratorio, narra Don Bosco: "Es recoger en los dias festivos el mayor número de jóvenes, los cuales, por descuido de sus parientes, por abandono o por forasteros, iban errantes por la ciudad: yo buscaba que asistieran a las sagradas funciones y al catecismo. Aquí, sin embargo, atraidos por el amor de los juegos, por los regalos y las buenas maneras, se quedaban felices bajo el cuidado de los asistentes. Y mientras tanto, por la mañana, tienen la oportunidad de acercarse a los Sacramentos, de asistir a Misa y de escuchar un breve sermón adaptado a su edad. Luego, por la tarde, tras algunas horas de sana diversión, se recogían en la capilla para el catecismo, el canto de vísperas, para la instrucción y la Bendición. En pocas palabras, el descubrimiento deo Oratorio es el de reunirlos para hacerlos honrados ciudadanos y buenos cristianos".
La degradación en que vivían los jóvenes, siempre en busca de un pedazo de pan, de un techo para pasar la noche, indujo a Don Bosco a crear un Internado para dar asilo a esta pobre juventud. Con la ayuda de la Divina Providencia edificó en Valdocco, en la ciudad de Turín, estructuras adecuadas a los jóvenes internos. Estas obras, con el tiempo, se desarrollaron de forma sorprendente, despertando mucha admiración.
Luego debís proporcionarles alimento, ropa y una adecuada instrucción. Fue cocinero, sastre, realizaba las tareas domésticas: partía leña, cosía pantalones, barría los dormitorios y pelaba las patatas. Después, organizaba escuelas nocturnas y diurnas, no sólo para los huéspedes internos. Asumió la función de Maestro y enseñó las profesiones de zapatero, carpitentero y tipógrafo. Más tarde organizó clases de gimnasia. De sus excelentes escuelas salieron talentosos profesores, músicos... y en el transcurso de veinte años formó también a dos mil quinientos sacerdotes.
Para mantener las obras, él, que no poseía renta alguna, se confió a la caridad. Y la infinita misericordia lo ayudó obrando, por su medio, milagrosas curaciones: mudos que hablan, ciegos que ven, enfermos que de inmediato se curan: todo ocurre apenas Don Bosco recita una oración a María Auxiliadora. La fe construyó en dos años, con el dinero recibido de manos anónimas, dejando en su puerta una nota escrita: "Por gracia recibida".
Para combatir y llevar a cada corazón el amor de Dios, Don Bosco combatió el pecado y la herejía, mediante la predicación, la publicación de obras literarias sumado a su caridad y ejemplo. Los adversarios intentaron inútilmente suprimir su vida con varios atentados, pero la Virgen vigilaba desde lo alto para preservar la vida del Santo y particular devoto.
Afrontó con sus jóvenes el cólera, que en Turín se convirtió en un azote de muerte. Y mientras todos huían de la epidemia, él llevaba a los moribundos a sus internados para curarlos y aliviarlos. Ninguno de sus colaboradores enfermó: la terapia querida por Don Bosco para quedar inmunizados fue: "Mantenerse en Gracia de Dios y no cometer pecados mortales".
Don Bosco obraba curaciones milagrosas y poseía el don de la profecía, predijo acontecimientos públicos y la muerte de personas importantes, a muchos anunció la curación de gravísimas enfermedades. Hechos extraordinarios fueron la multiplicación de alimentos como el pan, castañas, nueces y Hostías Consagradas. Podía escrutar un lugar a larga distancia para comprobar lo que allí sucedía: por ejemplo, cómo se portaban sus jóvenes en el Oratorio, mientras él estaba ausente.
Era llamado "el hombre de los consejos", puesto que conseguía en poquísimo tiempo resolver dudas, así como espinosos y enredados asuntos. Era consultado de palabra, y por escrito, por innumerables personas. Incluso dos Papas, Pío lX y León Xlll,lo eligieron como arbitro para valorar delicados asuntos relacionados con la Iglesia y el Estado. Pío lX lo llamaba tesoro de Italia. León Xlll, el Hombre providencial. Obispos, Arzobispos se encomendaban a sus oraciones y, arrodillándose, querían ser por él bendecidos. Reyes y Reinas, príncipes y princesas querían verle. oírle, incluso muchos hombres de Estado, de todo color y partido, le profesaban gran veneración.
Pío lX
Describe a Don Bosco con estas palabras:
"... el venerable Don Bosco pertenece a esa clase de hombres escogidos entre toda la humanidad...Una figura cuya magnificencia no podía ser oscurecida, escondida o disminuida por la humildad de su alma...Una figura magnífica muy dominante y arrolladora; un figura completa, una de esas almas que de alguna manera comenzó dejando gran huella de sí, tan maravillosamente equipada por la vida, con la fuerzaa y el vigor de la mente, con la caridad del corazón, con la energía del pensamiento, con la alta e iluminada inteligencia, con el vigor del ingenio ... aquel que se dice el docto, el pensador ...
El secreto de todo estaba en su corazón, en la ardiente generosidad de sus sentimiento. No todos pueden seguir los caminos luminosos, pero es profundamente consolador encontrar algo que imitar de su vida, como la laboriosidad y la oración. Ésta, en efecto, fue una de las más hermosas características de Don Bosco, la de estar presente en todo, atareado en una multitud de asuntos, entre una gran cantidad de preguntas y consultas, y tener siempre elevado el espíritu, donde la serenidad residía imperturbable, donde la calma imperaba en él, hecho realidad el principio de la vida cristiana: el trabajo con la oración.
Uno se pregunta: ¿cuales el secreto de todo este milagro de trabajo, de extraordinaria expasión y de grandioso éxito? ... La explicación, la clave de todo este magnífico misterio se debe a su perenne inspiración, es más, oración a Dios ... Su vida fue un verdadero y gran martirio, una id: ea de trabajo colosal, que daba la impresión de cansarse sólo con verle. Una vida de paciencia inalterable, inagotable, de verdadera caridad...un continuo martirio en la dureza de su vida mortificada, frágil, que parecía fruto de un continuo ayuno. Es por lo que Don Bosco volvió a entrar a su sitio: entre estos campeones de la fotaleza cristiana profesada hasta el martirio."
León Xlll
León Xlll lo comparó a San Francisco de Asís, por su defensa de la Iglesia y del Romano Pontífice. de él dijo:
"Don Bosco fue el gran educador de los nuevos tiempos por su insuperable y habitual amabilidad, por la más sublime caridad, al único descubrimiento de hacerse patrón de los corazones para dárselos a Dios. El Señor mismo siempre le ha sostenido, guiado, ayudado en la obra de apostolado. Su misión fue clara: de inmediato cuando la Virgen María, en uno de los primeros sueños, lo exhorta a ganar los corazones con la mansedumbre y la caridad, a instruir a los jóvenes sobre la fealdad del pecado y la preciosidad de la virtud. Y estos sueños segurán hasta el final de su vida. Él fue asistido desde lo Alto para educar y dirigir el alma de los jóvenes".
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