Virgen María
Oraciones a la Virgen
Oh Madre de Dios y Madre nuestra María, que has elegido la Cuenca de Oropa para colocar tu prodigiosa imagen, instrumento de la Divina Misericordia para los muchos que te invocan: continúa tu materna asistencia en favor nuestro, del pueblo cristiano y de toda la humanidad. Socórrenos para que nuestro testimonio dilate el Reino de Dios, en la Iglesia, en la familia, en la escuela y en la sociedad. Consuela a los justos en el servicio divino, conduce a los pecadores a la penitencia, consuela a los afligidos y sana a los enfermos. Tu bondad maternal avala nuestra oración por aquellos que nos han precedido en el camino de la eternidad. Y nosotros seguiremos amándote, invocándote y bendiciéndote. Oh, poderosa y piadosa Reina del Sacro Monte de Oropa.
Ave María ... Reina del Monte de Oropa, ruega por nosotros.
Únete a nosotros
Consagrar a la Virgen de Oropa un niño
Virgen Santísima de Oropa, dirige tu mirada maternal hacia esta frágil criatura, que ahora emerge de las aguas bautismales, regenerada a la vida espiritual.
Su alma se ha convertido en hija de Dios y heredera del cielo; pero recuerda que, al mismo tiempo, también se ha convertido en tu hija. Ahora Jesús te repite como entonces: "Madre, he aquí tu hijo!"
Oh Virgen Inmaculada, te confiamos este niño tuyo; ¿quién mejor que Ti podría cuidarlo? Lo ponemos con fe en tus brazos de Madre y te pedimos que lo abraces sobre tu corazón.
Querida Madre celestial, hoy te consagramos (decir el nombre del hijo) a Ti: protégelo, guárdalo y acogiéndolo bajo tu protección; defiéndalo como cosa y propiedad tuya.
Cumple hacia él, oh Virgen dulcísima, tu misión de Madre, para que bajo tu mirada solícita pueda crecer sano y santo y te alcance un día en la gloria del Cielo.
Así sea.
Hola, reina.
Consagrar a su hijo durante el bautismo al Corazón de María es una práctica muy recomendada por la Iglesia. La Virgen en ese momento lo recibe en sus brazos, lo guarda y lo protegerá en el camino de su vida.
A Mi Querida Mamá Celestial
Queridísima Mamá Celestial,
que quisiste venir entre los montes de Oropa
para estar más cerca de nosotros, acógenos en Tu casa
y haz que llevemos a nuestras casas
el perfume de tus virtudes.
Tenemos necesidad de refugiarnos en Tus brazos
para encontrar el coraje de la Fe,
para sentir el ardor de Tu Amor.
Tenemos necesidad de tus caricias,
que puedan deshacer
la dureza de nuestro corazón.
Puedan nuestros labios pronunciar
Tu dulce Nombre: Mamá.
Se que escucharás mis penas, mis gozos,
mis desilusiones y mis esperanzas.
Tómame de la mano y guíame
por las vías del mundo y llévame al final
al Corazón de Tu Amadísimo Hijo.
Permanece siempre en mi corazón y nada me entristecerá.
Te ofrezco a mí mismo.
Acepta esta ofrenda y permanece siempre conmigo.
Oración citada del Libro: "Sobre las huellas del Maestro"
NOVENA A LA VIRGEN DE OROPA
Oraciones para rezar cada día de la Novena
Oh Inmaculada y Santísima Virgen, Madre de Dios y de los hombres, soberana absoluta del cielo y de la tierra, vencedora de Satanás y de todas las herejías; tesorera y dispensadora de las gracias celestes - María -. Tú, al disponer que tu preciosísima y encantadora imagen fuera colocada y venerada en el Monte de Oropa, has dado al pueblo de Biella segura constancia de tu singular protección.
Por lo tanto nosotros, tus hijos privilegiados, postrándonos ante tu divina imagen, te bendecimos y agradecemos por tantos dones que nos hiciste y por los numerosos beneficios espirituales y temporales que por medio de ella volcaste sobre nuestros padres, y con todo el afecto del que es capaz nuestro corazón, detestando sinceramente nuestras culpas y proponiéndonos vivir y morir en el amor de tu Hijo Divino y Redentor Nuestro Jesús, y en tu amor, te reconocemos como nuestra especial Patrona y Protectora y a ti enteramente nos consagramos.
Entonces, llenos de confianza de ser escuchados, te suplicamos continúes multiplicando en favor nuestro los prodigios y las gracias de Tu Corazón que Dios volvió poderosísimo. ¡Oh Gloriosísima y Santísima Madre Nuestra, Reina y Patrona!.
Acógenos bajo tu manto, socórrenos, guíanos, defiéndenos. Somos tus hijos, tus predilectos, a Ti nos presentamos y encomendamos por San Eusebio, nuestro Padre en la Fe, que nos ha tomado desde hace tantos siglos bajo su protección.
Y nosotros no cesaremos nunca de amarte, de invocarte y de bendecirte, oh Reina poderosa y piadosa del Sacro Monte de Oropa.
Bajo tu protección nos refugiamos, oh Santa Madre de Dios; escucha nuestras súplicas en nuestras necesidades y líbranos siempre de cada peligro, ¡Oh Virgen gloriosa y bendita!
¡Reina del Monte de Oropa, ruega por nosotros!
PRIMER DÍA
Oh Virgen de Oropa, Patrona nuestra, bendícenos, dirígenos, confórtanos y consuela nuestro Santo Padre, Vicario en la tierra de tu Divino Hijo Jesús, y con él, nuestro Obispo. Obtén para nosotros sacerdotes y para todas las personas llamadas al estado religioso la gracia de corresponder a su vocación y de obrar gran bien para gloria de Dios y salvación de las almas. Sé Tú, su consuelo, la defensa contra las insidias de Satanás y su consuelo en las fatigas y en las penas.
Y a mí concédeme esta gracia de la que tengo tanta necesidad...
Tres Ave Marías, ¡Reina del Monte de Oropa, ruega por nosotros!
SEGUNDO DÍA
Oh Virgen de Oropa, Patrona nuestra, pedimos tu bendición sobre todas las personas investidas con legítima autoridad, que tienen a su cuidado el bienestar civil y económico de nuestro pueblo, así como sobre nuestros campos, nuestras industrias, nuestros comercios y sobre las obras y actividades civiles y económicas para que todos puedan sentir la sensible eficacia de tu patrocinio.
Y así, por las gracias abundantes de orden que Tú distribuyes, se vea aumentada siempre cada vez más en nosotros la fe en Dios, el apego a la religión católica y la confianza en ti y el deseo de mostrarnos como dignos hijostus tuyos.
Y a mí concédeme esta gracia de la que tengo tanta necesidad...
Tres Aves Marías, ¡Reina del Monte de Oropa, ruega por nosotros!
TERCER DÍA
Oh Virgen de Oropa, Patrona nuestra, vela amorosamente por nuestras familias para que en ellas reine siempre la virtud, la paz y el temor de Dios.
Virgen Santísima, te encomendamos las familias de tus devotos muchas veces afligidos por dificultades y amarguras, llenas de tantas contrariedades.
Ayuda a nuestros padres para que sepan responder dignamente a sus nobles obligaciones; guía a nuestros hijos para que crezcan en las virtudes cristianas. Danos a todos fuerza de voluntad, constancia, valor, honestidad y fidelidad de conciencia a los deberes cristianos y civiles.
Y a mí concédeme esta gracia de la que tengo tanta necesidad...
Tres Ave Marías, ¡Reina del Monte de Oropa, ruega por nosotros!
CUARTO DÍA
Oh Virgen de Oropa, Patrona nuestra, dirige tu mirada materna sobre sobre nuestros niños y jóvenes.
Te rogamos que los niños sean amados y puedan crecer sanos en cuerpo y espíritu. Te rogamos por los jóvenes que se aferran a la vida, que sean constantes y se llenen de valor para superar su crisis de crecimiento. Te rogamos por todos los jóvenes para que sean sinceros, fieles y desinteresados en el amor y empeñen su juventud en volver más fraterna la sociedad.
Ilumina y bendice a quienes trabajan para educarlos cristianamente y crezcan firmes en la fe, puros en las costumbres, fuertes y santos en sus propósitos.
Y a mí concédeme esta gracia de la que tengo tanta necesidad...
Tres Ave Marías, ¡Reina del Monte de Oropa, ruega por nosotros!
QUINTO DÍA
Oh Virgen de Oropa, Patrona nuestra, dirige tu mirada materna hacia los adultos y ancianos.
Te rogamos por los adultos, casados y no casados, para que estén abiertos a sus hermanos y sientan viva su responsabilidad en el lugar que ocupan en la sociedad. Te rogamos por aquellos que tienen una edad más avanzada, para que se mantengan jóvenes en el espíritu y pongan su experiencia al servicio de los demás. Te pedimos para que todos, jóvenes, adultos y ancianos, nos dejemos renovar continuamente por la gracia de Dios y juntos busquemos ser serviciales y felices.
Y a mí concédeme esta gracia de la que tengo tanta necesidad...
Tres Ave Marías, ¡Reina del Monte de Oropa, ruega por nosotros!
SEXTO DÍA
Oh Virgen de Oropa, Patrona nuestra, te rogamos ahora por los enfermos, los que pasan por pruebas.
Ve cuántos infelices sufren en el alma y en el cuerpo y elevan sus manos suplicantes a Ti. ¡Por Dios!, muéstrate a todos como eres: consoladora de los afligidos y salud de los enfermos.
Sánalos de sus males; libéralos de sus tribulaciones o al menos dales fuerza, valor, fe y esperanza para que sus cruces se cambien en dicha eterna.
Y a mí concédeme esta gracia de la que tengo tanta necesidad...
Tres Ave Marías, ¡Reina del Monte de Oropa, ruega por nosotros!
SÉPTIMO DÍA
¡Oh Virgen de Oropa, Patrona nuestra! En este momento nuestra ardiente oración es para nuestros hermanos desviados y pecadores.
¡Por Dios! Por aquel amor con el que llevas a Jesús en tus brazos, ilumina sus mentes, vence la dureza de sus corazones, obtén para todos: arrepentimiento, perdón y conversión; especialmente para aquellos que estamos más obligados a amar y para los que tienen más necesidad de tu misericordia.
Y a mí concédeme esta gracia de la que tengo tanta necesidad...
Tres Ave Marías, ¡Reina del Monte de Oropa, ruega por nosotros!
OCTAVO DÍA
Virgen Santísima de Oropa, a tu bondad maternal encomendamos también a nuestros queridos difuntos, quienes, habiéndonos precedido en la vía de la eternidad, todavía esperan en el Purgatorio la hora de su ingreso a la dicha del Cielo.
Para aquellas almas queridas, ponemos en tus manos nuestra oración, para que, con más valor por tu intersección, sea por Ti presentada ante el trono de Dios y apresures para ellos la tan suspirada liberación y la posesión del Paraíso.
Y a mí concédeme esta gracia de la que tengo tanta necesidad...
3 Ave Marías, ¡Reina del Monte de Oropa, ruega por nosotros!
NOVENO DÍA
Virgen de Oropa, Patrona nuestra, nosotros te encomendamos de corazón tu Santuario, monumento de tu bondad y fortaleza, centro de atracción de los corazones creyentes, trono de tus favores, lugar santo donde te alabaron y pidieron a nuestros padres y donde también nosotros buscamos con mayor confianza tus bendiciones y cantamos con más ánimo tus alabanzas.
Sea siempre digno de Ti, no sólo por el esplendor y magnificencia de los edificios, sino también, y más todavía, por el santo celo de sus sacerdotes y por el espíritu de devoción a los fieles.
Dirige benigna tu mirada materna sobre tus devotos que, cerca o lejos de tu Santuario, elevan a ti plegarias, confiados de corazón, e invocan tu protección. Mira sus necesidades espirituales y temporales, asístelos, socórrelos, confórtalos.
Y a mí concédeme esta gracia de la que tengo tanta necesidad...
Tres Ave Marías, ¡Reina del Monte de Oropa, ruega por nosotros!
ACTO DE CONSAGRACIÓN A MARÍA
¡Oh María, Virgen poderosa y Madre de Misericordia, Reina del cielo y refugio de los pecadores!, nosotros nos consagramos a tu Corazón Inmaculado. Te consagramos nuestro ser y toda nuestra vida, todo aquellos que somos. Tuyos sean nuestros cuerpos, nuestras almas, nuestras hogares, nuestras familias. Queremos que todo aquello que está a nuestro alrededor te pertenezca y sea partícipe de tus bendiciones maternales.
Y a fin de que esta consagración sea verdaderamente eficaz y duradera, renovamos hoy a tus pies, Oh María, las promesas del bautismo y de la confirmación. Nos proponemos profesar siempre y con valor las virtudes de la fe de vivir como verdaderos católicos. Nos proponemos observar los mandamientos de Dios y de la Iglesia y en modo particular la santificación de las fiestas. Nos empeñaremos en recibir en nuestra vida, cuanto nos sea posible, la Santa Comunión.
Te prometemos, a fin de asegurar - mediante el amor a tu Corazón Inmaculado - el poder del Corazón adorable de Tu Hijo Jesús en nuestras almas y en nuestras familias, así en la Tierra como en el Cielo. Amén.