Nuestra Señora de Oropa


Virgen María

Oropa

Sanaciones

En 1920 Dorotea Garretta, en el día de la Primera Coronación y en presencia de más de cincuenta mil personas obtiene el don de la palabra. Y con voz clara agradece a María.

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Sanaciones ocurridas en el Santuario de Oropa

Lo mismo sucede para Antonio Cerruti que hasta la edad de 16 años nunca había hablado. En el día de la Coronación, mientras los parientes pedían para él, la gracia, formuló las primeras palabras y después de eso comenzó a hablar libremente.

La esposa de Giovanni del Orto desde hacía cuatro meses que estaba enferma y no hablaba. Hizo el voto a la Virgen de Oropa, recuperó la salud y la facultad del habla. No cumplió el voto prometido en el tiempo determinado y recayó en la misma enfermedad. Sólo después de haberse dirigido a Oropa a cumplir el voto fue como recuperó la salud.

La condesa Margarita Gromo se había quedado ciega, para obtener la gracia fue llevada a pie a Oropa donde recuperó perfectamente la vista que le duró hasta los últimos días de su vida.

Giovanni Colonna herido con el fusil a la pierna, quedó obligado a caminar con ayuda de las muletas. Encomendándose a la Virgen de Oropa arrojó las muletas y fue a agradecerle al Sacro Monte.

Martina Fausto quedó paralizada sin poder alzarse de la cama, después de haber invocado a la Santa Virgen de Oropa, se levantó enseguida de la cama completamente curada. Se dirigió después al Santuario para cumplir su voto.

El noble Nicolao Collon tuvo un hijo sin ninguna señal de vida. Suplicaron a la Virgen de Oropa y pusieron sobre la cobija del bebé una imagen de la Virgen que había tocado la Estatua. Inmediatamente se entibió el cuerpo del bebé que enseguida empezó a llorar.

El Conde Giacomo Mitolio tenía una llaga afectada de la gangrena, declarada incurable. Después de haberse dirigido al Sacro Monte la herida se le desapareció.

La mujer de Miguel Dol, brigadista del regimiento de Piemonte, tenía a su mujer Caterina enferma y muda desde hacía 25 meses. Llevada a Oropa recuperó la salud y la palabra.

En 1711 Giuseppe Antonio no podía sostenerse en pie y estaba obligado a caminar con las muletas. Conducido a Oropa recuperó la salud.

En el mismo año Giuseppe Sereno recuperó la vista que había perdido en un accidente.

María Levi tenía un tumor al brazo. Fueron inútiles los remedios aplicados. Subió al Santuario a pie e hizo una novena, nutriéndose sólo de pan y obtuvo la gracia de la completa sanación.

En 1826, María Daniela era muda y usaba las muletas para caminar. Al hacer la novena en la Iglesia de la Virgen de Oropa obtuvo la sanación completa que produjo un asombro general. Dejó colgados en el muro de la basílica las muletas que ya no le eran necesarias.

En 1859, Carlo Pizzoglio se encontraba desde hacía tiempo enfermo gravemente y se le veía caminar con dos muletas. No obstante su estado de salud, para la fiesta de la coronación de la Virgen de Oropa subió a pie de Biella al Sacro Monte cerca 10 km. Y ahí, durante la Santa Misa él: "Sentí una gran descarga en el cuerpo", se sintió más ligero y se dio cuenta que la Virgen le estaba procurando la gracia. Obtenida la gracia dejó sus muletas en el Santuario.

En 1869, María Meinardi, enferma incurable, fue conducida al Santuario de Oropa y después de varias súplicas obtuvo la sanación. La sanación instantánea fue notificada por el Obispo de Biella Monseñor Pietro Losana, con el veredicto unánime de Teólogos y Sacerdotes.

En 1920, Miglietti Giovanni estaba gravemente enfermo y en condiciones desesperadas. La medicina no podía hacer nada. Después de haberse encomendado a la Virgen María con el voto de dirigirse a pie a su Santuario, se curó ante el gran asombro del doctor y de los parientes.