Clarividencia de San Juan Bosco
Don Benetti pregunta a Don Bosco cómo hacía para ver cosas y personas desde lejos. El Santo respondió: "Parece que un hilo telegráfico sale de mi cabeza. Para establecer la comunicación basta que lleve mi pensamiento al punto que quiero y de inme4diato veo lo que allí se encuentra. Por ejemplo, estoy aquí en mi dormitorio. Si yo quiero, veo a un joven bajo los pórticos del Oratorio".
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Don Bosco ve en cualquier lugar
Don Bosco habia ido a Stressa y antes de partir había confiado la asistencia del Oratorio a dos jóvenes teólogos, mientras estuviese en esta localidad, y vio a estos dos muchachos, que se habían alejado de la misión a ellos confiada.
Regresado a Turín, tuvo la confirmación de que ellos, efectivamente, se habían alejado de la misión.
Don Bosco había ido a Lanzo y nió a dos jóvenes que no asistían a los servicios religiosos como debían, sino que, tranquilamente, nadaban y tomaban el sol en el río Dora.
Don Bosco estaba en Bérgamo y, mientras se disponían a escribir una carta, vió a dos jóvenes del Oratorio que se preparaban, a la vez, para enviarle un billete. Al día siguiente, efectivamente,el Santo recibe, efectivamente, dos billetes.
Don Bosco leee los pecados.
Narra Don Rua: Me presenté ante Don Bosco para hacerle mi confesión general, en aquel tiempo tenía 16 años, y empecé a leerle mis pecados, que anteriormente había escrito en una larga carta. Él me atrajo hacía sí con ternura, me quitó la carta y la echó al fuego, quemándola. Me dijo: "Te contaré tus decado". Y, en efecto, con gran sorpresa, me los contó uno a uno, justo como los había escrito.
Don Bosco conoce los sacrificios.
El Santo dijo a un amigo: "Qué hermoso es lo que te está preparado en el paraiso, por el sacrificio que has hecho". Y me explicó cuanto había hecho en secreto. Don Bosco tenía la capacidad de leer en el corazón de las personas, incluso las cosas lejanas.
Don Bosco asegura a una madre.
Una pobre madre, que tenía a su hijo en el ejército, combatiendo en Lombardía, se llegó hasta Don Bosco con el corazón encogido de preocupación. Le dijo Don Bosco: "Señora Contessa, sé todo lo que quiere decirme, pero tenga ánimo, porque esta noche Napoleón firmará la paz y la guerra acabará". "Es imposible. Vd. me dice eso para consolarme, pero la realidad es otra".
Al día siguiente, los periódicos publicaban la noticia: que durante la noche se firmó la paz en Villafranca entre Napoleón, Victor Manuel y el emperador Francisco ll de Austria.
Don Bosco prevé las persecuciones al Oratorio.
Cuenta el Santo: Me parece ver una banda de merodeadores entrar en mi dormitorioo, apoderarse de mi persona, revisar las cartas de mi pecho y poner boca abajo todo escrito. En aquel momento, uno de ellos, con aspecto más benevolente, me dijo: "¿Porqué no habéis escondido este y éste escrito?". Tras aquella visión, el Santo, puso en manos seguras cualquier escrito que pudiera generar sospecha. La minuciosa persecución tuvo lugar, los agentes registraron en todas partes, pero no encontraron ningún documento comprometedor.
Don Bosco vé el futuro.
Me encontré en presencia de cosas sobrenaturales. En breves instantes vi muchas cosas. Estaba la palabra, adaptada al lenguaje de los hombres.
Las leyes de Francia no reconocen al Creador, pero el Creador se dará a conocer y los visitará tres veces con la vara de su furor:
- La primera vez. Êl abatirá su soberbia en las derrotas, con el saqueo y con los estragos de los recogidos, de los animales y de los hombres.
- La segunda vez. La gran prostituta de Babilonia, la que los buenos llamaron "Prostíbulo de Europa", será decapitada en medio de los disturbios. París. París.Antes de armarte en el nombre del Señor, tú te rodeas de casas de inmoralidad. Pero ellas serán destruidas por tí misma. Tu ídolo, el Panteón,será incinerado. Tus enemigos te harán sufrir pobreza, hambre, espanto y será la abominación de las naciones. Pero ay de tí si no reconoces la mano de quien te golpea. Yo quiero castigar la inmoralidad, el abandono y el desprecio a mi ley.
- La tercera vez. Caerás en manos extranjeras: tu enemigo vendrá de lejos, tus palacios en llamas, tus habitaciones se convertirán en un montón de ruinas, bañada por la sangre de tus poderosos que dejarán de serlo. Pero un gran guerrero del Norte tiene, en su mano derecha,un estandarte en el que está escrito: "Irresistible mano del Señor".
En aquel instante el venerable Anciano del Lazio le salió al encuentro, ondeando una antorcha ardientísima. Entonces, el estandarte se dilató y de negro se convirtió en blanco como la nieve. En el medio del estandarte, en letras de oro, estaba escrito el nombre de AQUEL que todo lo puede. El guerreo y los suyos se inclinaron, profundamente, ante el Anciano y se dieron las manos.
Pero tú, Italia, tierra de bendiciones, ¿quien te ha sumergido en la desolación?. No digas: mis enemigos, sino los amigos. ¿No oyes que tus hijos piden el pan de la Fe y no encuentran quien se los reparta?. ¿Qué haré?. Yo vencerá a los pastores, dispersaré a la grey, para que los se sienten en la Cátedra de Moisés busquen buenos pastos y el rebaño escuche dócil y se alimente.
Pero sobre la grey y los pastores pesará mi mano: la carestía, la pestilencia y la guerra harán que las madres lloren la sangre de los hijos y de los maridos muertos en tierra enemiga.
Y de tí, Roma, ¿qué será?. Roma ingrata, afeminada y soberbia. Has llegado al punto en que buscando a otro, admiras Soberano del lujo, olvidando que tu gloria y la suya están en el Gólgota ... Ya él es viejo, decadente, inerme, expoliado: sin embargo, con su única palabra, él hará temblar al mundo. Roma ... yo vendré cuatro veces a tí:
- La primera vez. Herirá tus tierras y sus habitantes.
- La segunda vez. Traeré la masacre y el exterminio hasta tus muros.
- La tercera vez.Abatiré a las defensas y a los defensores,y por mandato del Padre instauraré el reino del terror, del espanto y de la desolación. Pero mis sabios huyen, mi ley es pisoteada ...
- La cuarta vez. Ay de tí si mi ley es aun un nombre vano. Habrá prevaricaciones entre los doctos y los ignorantes: y la sangre y la de tus hijos lavarán las manchas que tú haces a la ley de tu Dios. La guerra, la peste y el hambre son tus azotes con los que serán golpeadas la soberbia y la malicia de los hombres. ¿Dónde estarán, entonces,Oh ricos, vuestras magnificencias, villas y palacios?... Se convertirán en los escombros de las plazas y de las calles.
Y vosotros, sacerdotes, ¿Porqué no corréis a llorar, entre la sacristía y el altar, invocando las suspensión de los azotes?. ¿Porqué no cogéis el escido de la Fe y no váis sobre los tejados, a las calles, a las plazas, a todo lugar, aunque sea innacessible, a llevar semilla de mi palabra?. ¿Ignoráis, quizá, que ella es terrible espada de doble filo, que abate a mis enemigos y que apaga la ira de Dios y de los hombres?.
Inexorablemente, estas cosas deberán venir, la una tras la otra. Pero la Reina del Cielo está presente. La potencia del Señor está en sus manos. Ella dispersa a sus enemigos como niebla. Ella reviste al venerable anciano con todas sus antiguas vestiduras. Llegará aun un violento huracán.La iniquidad está consumada: el pecado tendrá fin y, antes de que trascurran dos plenilunios del mes de las flores, la pintará con el arco iris de la paz, que aparecerá en la tierra. El gran Ministro verá a la esposa de su Rey vestida de fiesta. Sobre todo el mundo, aparecerá un sol tan luminoso como no lo hubo nunca desde las llamas del Cenáculo hasta hoy, ni se verá más hasta el último de los dias.