Juan Bosco

Sueños

Santos Don Bosco consideraba sus sueños de procedencia sobrenatural: algunos de ellos tienen la característica de la profecía, otros carácter pedagógico o de formación. Narra el Santo: "Las cosas que veo acontecer en mis suños me cargan de inmensa responsabilidad. Ellos contienen presagios, revelaciones, anuncios de muerte, pero también el camino a recorrer y el modo".

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Sueño 1

Múltiples fueron los sueños de Don Bosco, más de 150: reproducimos sólo algunos a modo de ejemplo y de forma resumida.

Molteplici furono i sogni di Don Bosco, più di centocinquanta, ne riportiamo solo En uno de los primeros sueños de la infancia, la Virgen lo llama al apostolado con los jóvenes, con estas palabras: "No con carreras, sino con mansedumbre y caridad deberás ganarte a estos tus amigos. Ponte, pues, inmediatamente a instruirlos sobre la fealdad del pecado y la belleza de la virtud".

Sueño 2

Misión reconfirmada cuando tenía 19 años, y en otras muchas ocasiones. Le parecíaver a a un misterioso personaje vestido de blanco de luz radiantemente espléndida, en actitud de guiar a una muchedumbre innumerable de jóvenes. Se volvió a él diciéndole: "ponte a la cabeza de estos muchachos y guíales tú mismo".

Sueño 3

... La Mujer se volvió a Don Bosco y le dijo: Estos jóvenes son tuyos. ¿Y con qué autoridad me dáis Vos a estos jóvenes?. No son Vuestros ni míos: son del Señor. Respondió la Señora: Son mis hijos y a tí los confío. Pero, Cómo haré yo para dirigir a tanta juventud.Observa, dijo la Señora.

Don Bosco se volvió y vió avanzar a una multitud numerosísimas de otros jóvenes sobre los cuales Ella echó un gran velo que los cubrió: luego quitó el velo y he aquí que se vió a aquellos jóvenes transformados en otros tantos sacerdotes y clérigos. Preguntó Don Bosco: ¿Estos clérigos y sacerdotes son míos?. Serán tuyos si sabes formarlos.

Sueño 4

Se me apareció en un sueño la Bienaventurada Virgen María y me reprochó no haber publicado un librito que ensenase a los ricos cómo deben invertir sus riquezas.
La doctrina de Don Bosco, en este tema, era tomada por muy rigurosa y prudentemente el Santo había callado: pero ahora se le obligaba a hablar contra el mal uso de la riqueza. Así publicó un librito titulado "Paraiso abierto a los ricos mediante la limosna".

Sueño 5

Don Bosco estaba profundamente apenado por la muerte de Domingo Savio, su hijo espiritual y deseaba saber lo que le había sucedido en la otra vida.
Más o menos un mes después de su muerte, cuenta el Santo: "Ví abrirse el techo del cuarto donde dormía, y he aquí que en medio de una gran luz, aparece Domingo con el rostro radiante y alegre, con un aspecto majestuoso e imponente, y me dijo: estoy verdaderamente en el Paraiso".

Sueño 6

Me parece encontrarme en una tierra salvaje. Vi en ella a una muchedumbre que la recorría: estaban casi desnudos y su aspecto era feroz. Largas capas de piel de animal le cubrían las espaldas. Tenían por armas una especie de larga lanza y la honda. Luchaban entre ellos y con los solddos vestidos a la europea: el terreno estaba lleno de cadáveres, y he aquí que compruebo en un lado de la llanura, a muchos personajes, que, por el modo de vestir, pertenecían a distintas órdenes religiosas. Se acercaban para predicar, pero los bárbaros, apenas los veían, con furor diabólico y con alegría infernal, los asesinaban y con feroz tormento los descuartizaban ...

Veo a lo lejos un grupo de otros misioneros que se acercaban a los salvajes con rostro gozoso, precedidos por una muchedumbre de jóvenes. Me fijé con atención y les reconocí como a nuestros Salesianos. Sospechaba que les esperaba la misma suerte que a los antiguos misioneros, pero los bárbaros bajaron las armas, depusieron su ferocidad y escucharon a nuestros misioneros con especial cortesia. Nuestros misioneros les instruían y ellos escuchaban con gusto: enseñaban y les comprendían. Rezaban el Santo Rosario y respondían a la oración. Tras poco tiempo, los Salesianos fueron a ponerse en el centro de aquella muchedumbre que los rodeaba y se arrodillaron. Los salvajes depusieron las armas a los pies de los Misioneros ...

Sueño 7

Una innumerable multitud de bacos, armados con cañones y armas de toda clase, avanzan contra una Nave, mucho más grande y más alta, escoltada por muchas otras pequeñas naves. En medio del mar se levanta una estatua de la Vigen con la inscripción "Ayuda de los cristianos", sobre la otra, mucho más alta, está una Hostia Consagrada, de grandeza descomunal, en la columna, con la inscripción "Salud de los credente".

La lucha es tremenda. Todas las naves enemigas intentan asaltar a la nave más grande: la mística Nave de Pedro, para hundirla; pero no se atreven a atacarla, pasa de inmediato un soplo por las dos columnas ...
Continúa la feroz batalla, el Papa, el conductor de la Nave, golpeado gravemente, cae, luego se levanta; pero herido por segunda vez, cae de nuevo y muere. Otro Papa ocupa su lugar: y, superando todo obstáculo, guía la Nave entre las dos columnas, las ata a ella con dos cadenas y, al instante, la armada enemiga huye y desaparece: una gran victoria.

Sueño 8

Don Bosco, mientras estaba meditando sobre el modo de hacer el bien para la juventud, se le aparece la Reina del Cielo: "Me condujo a un jardín encantador, donde había un rústico, hermosísimo y vasto pórtico ... Este pórtico ponía a la vista una pérgola encantadora, flanqueada y cubierta de maravillosos rosales en plena floración.
La Virgen me dijo: quítate los zapatos y avanza hacia aquella pérgola. Allí está el camino que debes recorrer. Comencé a caminar pero las rosas ocultaban las espinas e hicieron sangrar mis pies. Dado algunos pasos, me vi obligado a detenerme y luego volver atrás. Se necesitan zapatos, dije a mi guía. Ciertamente, me respondió. Me puse los zapatos y volví al camino con cierto número de compañeros, que habían aparecido en aquel momento pidiendo caminar conmigo.

Me siguieron, pero avanzando por aquel camino, experimentaron dolores en los pies, tocaba las rosas y sentía las espinas aun más punzantes, que estaban escondidas bajo las rosas. Aun continué adelante. Mis piernas se enredaron en las ramas y se hirieron.Incluso las rosas que pendían desde lo alto ocultaban una gran cantidad de espinas que se clavaban en mi cabeza. Aun, animado por la Bienaventurada Virgen, proseguí el camino. En tanto, los que me observaban caminar, y eran muchísimos,, decían: Todo le va bien, pero ellos no veían las espinas que laceraban mis pobres miembros.

Muchos padres, clérigos y laicos, invitados por mí, me seguían alegres animados por la belleza de aquellas flores; pero cuando supieron que debían caminar entre espinas que pinchaban por todas partes, comenzaron a gritar: "Hemos sido engañados". Cual fue mi dolor cuando ví que una parte de éstos había desaparecido, y otra parte ya me había dado la espalda y se alejaba. Volví para llamarlos, pero no me escucharon. Entonces comencé a llorar diciendo: "¿Es posible que yo solo deba recorrer este camino tan difícil?".

Fuí pronto consolado. Veo avanzar hacia mí a una gran muchedumbre de padres, clérigos y laicos. Precediéndoles, me puse en camino y muchos me siguieron para alcanzar,conmigo, la meta. Me enontré en otro precioso jardín, donde fui rodeado por mis pocos amigos, todos delgados, despeinados y sangrantes. Entonces se levantó una fresca brisa que los curó a todos. Sopló otro viento y, como por encanto,me encontré rodeado por un número inmenso de jóvenes, clérigos y laicos e incluso padress, que se puiseon a trabajar conmigo, guiando a la juventud. ...

Junto a un lugar elevado del jardín vi ante mí un edificio monumental, sorprendente por la magneficencia y arte, y, cruzado el umbral, entré en una espacisísima sala de tal riqueza que ningún palacio puede igualarlo. Estaba toda decorada y ornamentada con rosas fresquísimas y, sin espinas, de las que emanaban una dulcísima fragancia.

Entonces la Santísima Virgen, que había sido mi guía, me interrogó: ¿Sabes qué significalo que ves y lo que has visto antes?. No, respondí, Os ruego me lo expliquéis. Ella me dijo: El camino por tí recorrido entre rosas y espinas significa el cuidado que debes tener con la juventud: tú debes caminar con los zapatos de la mortificación. Las espinas en la tierra representan los afectos sensibles, las simpatias o antipatías humanas que distraen al verdadero educador del verdadero objetivo, lo hieren, lo detienen en su misión, le impiden proceder y recoger la corona para la vida eterna.Las rosas son símbolo de caridad ardiente que debe distinguiroa a tí y a tus colaboradores. Las otras espinas,significan los obstáculos, padecimientos y los disgustos que os tocarán: pero no perdáis el ánimo.

Con caridad y mortificación lo superaréis todo y alcanzaréis rosas sin espinas".