Confía en San José


San José hombre sabio

Monasterio

Yo en cambio tomé para mi abogado y patrono al glorioso San José, y me encomendé a él con fervor. Este Padre y Protector me ayudó en la necesidad en que me encontraba y en muchas otras más graves en las que estaba en juego mi honor y la salud de mi alma. Vi claramente que su ayuda fue siempre mayor de lo que yo esperaba. Hasta ahora no recuerdo haberlo rezado nunca por una gracia sin haberla obtenido enseguida. Y es algo que hace maravilla recordar los grandes favores que el Señor me ha hecho y los peligros de alma y de cuerpo de que me ha liberado por la intercesión de este santo bendito.

(Teresa de Ávila - libro de mi vida)

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Santa Teresa de Ávila confía

A otros santos les parece que Dios ha concedido socorrernos en esta o en aquella otra necesidad, mientras he experimentado que el glorioso S. José extiende su patrocinio sobre todas. Con esto el Señor quiere hacernos entender que de aquel modo que estaba sujeto a él en la tierra, donde él como padre putativo le podía mandar, así también en el cielo hace todo lo que le pide. Esto ha reconocido por experiencia a otras personas que, por mi consejo, se han recomendado a su patrocinio. Muchas otras se han hecho recientemente devotas suyas por haber experimentado esta verdad.

Por la gran experiencia que tengo de los favores obtenidos de S. José, quisiera que todos se persuadieran a serle devotos. No he conocido a nadie que le sea verdaderamente devota y le preste algún servicio particular sin hacer progresos en virtud. Él ayuda muchísimo a quien se encomienda a él. Hace ya varios años que en el día de su fiesta le pido alguna gracia, y siempre me he visto escuchada. Si mi pregunta no es tan recta, él la endereza para mi mayor bien.

Solo pido por amor de Dios que quien no me crea lo pruebe, y verá por experiencia como es ventajoso encomendarse a este glorioso patriarca y ser devotos de él. Le deben ser encariñadas especialmente las personas de oración, porque no sé cómo se puede pensar en la Reina de los Ángeles y en lo mucho que ha sufrido con el Niño Jesús, sin agradecer a S. José que les fue de tanta ayuda.

El que no tenga maestro de quien aprender a hacer oración, tome como guía a este santo glorioso, y no se equivocará.
Quiera el Señor que no me haya equivocado al arriesgarme a hablar de él, porque aunque me profese su devota, sin embargo en el modo de servirlo e imitarlo estoy siempre llena de defectos. Él, de los que es, me ha dado de poder levantarme de la cama, enderezarme y caminar; y yo, de lo que soy, le he pagado con usar mal su gracia.
(Teresa de Ávila - Libro de mi vida).

Confía en San José

Este gran santo espera solo nuestra llamada de ayuda, y si nunca lo hemos hecho, comencemos desde este momento con más ardor, podremos sentir su presencia paterna y amorosa en nuestra vida.

La grandeza de este Santo es incomparable e inimaginable. Ciertamente no ha brillado con luz propia, pero ha dejado que resplandeciera su hijo y su espléndida esposa.

No ha impuesto su paternidad con férreas reglas y no ha sometido a su virginal esposa.

Su vida fue un camino de amor y fe:
  • Tomó a la Sagrada Familia sobre sus espaldas y caminó rectamente con el sufrimiento propio de los pobres;

  • Amó a su hijo sin reservas, lo guió y protegió con manos seguras;

  • Amó a su esposa como sólo los ángeles saben hacer;

  • Actuó en el silencio y en la contemplación del amor de Dios.

El amor sublime que lo ligaba a Jesús y a María en la tierra, ¡en qué maravilla se habrá transformado en el cielo! ¿Pueden su Hijo y su esposa negarse a sus peticiones?

¿Qué esperas por lo tanto, a confiarte sin reservas a este poderoso intercesor y a considerarlo como un padre?
Si supo en su tiempo terreno guiar su familia, ¿no podrá ahora ayudarte a conducir tu vida también a ti?

No seas incrédulo y confía en él, puedes estar seguro que te sorprenderá el poder de intercesión de este Patriarca.

Acércate a él con extrema confianza y ábrele los secretos de tu corazón, invócalo y, ciertamente, él te escuchará. Vendrá a tu encuentro, transformará tu vida y te acercará cada vez más al amor de Dios.

En la vida terrena, San José estaba ya en las manos de Dios y consumió en la humildad de su silencio los dramas, angustias y purificaciones que no es posible de entrever en lo profundo. Y cuán fecundo es este silencio: permite que entre la palabra de Dios y la obediencia de José tenga continuidad.
Pide a José que te enseñe a actuar en el silencio, con la humildad de los santos.

Volvemos a invitar

Si tu corazón está ansioso por hacer algo por los hermanos que sufren por el sufrimiento o la soledad, puedes suplicar con ardor al Señor. La oración es una de las formas más altas de caridad.

Si buscas a otros maravillosos hermanos que puedan unirse a ti en la oración en un solo corazón, entonces visita el sitio de Monasterio invisible de caridad y hermandad. Allí encontrarás una familia dispuesta para darte la bienvenida con los brazos abiertos.

Si deseas aceptar la invitación de Jesús, o simplemente quieres intentar rezar desde tu casa, haga clic aquí y encontrarás muchos hermanos maravillosos dispuestos a unirse espiritualmente en una gran oración de intercesión.

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