San José


Epílogo

Monasterio Este gran santo sólo espera nuestra petición de ayuda, y si nunca lo hemos hecho comencemos desde este momento con más ardor, y seremos capaces de escuchar su paterna y amorosa presencia en nuestras vidas.

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CONFIANZA EN ÉL

La grandeza de este Santo es incomparable e inimaginable. Ciertamente no ha brillado con luz propia, pero ha dejado que resplandeciera su hijo y su espléndida esposa.

No ha impuesto su paternidad con férreas reglas y no ha sometido a su virginal esposa.

Su vida fue un camino de amor y fe:
  • Tomó a la Sagrada Familia sobre sus espaldas y caminó rectamente con el sufrimiento propio de los pobres;

  • Amó a su hijo sin reservas, lo guió y protegió con manos seguras;

  • Amó a su esposa como sólo los ángeles saben hacer;

  • Actuó en el silencio y en la contemplación del amor de Dios.

El amor sublime que lo ligaba a Jesús y a María en la tierra, ¡en qué maravilla se habrá transformado en el cielo! ¿Pueden su Hijo y su esposa negarse a sus peticiones?

¿Qué esperas por lo tanto, a confiarte sin reservas a este poderoso intercesor y a considerarlo como un padre?
Si supo en su tiempo terreno guiar su familia, ¿no podrá ahora ayudarte a conducir tu vida también a ti?

No seas incrédulo y confía en él, puedes estar seguro que te sorprenderá el poder de intercesión de este Patriarca.

Acércate a él con extrema confianza y ábrele los secretos de tu corazón, invócalo y, ciertamente, él te escuchará. Vendrá a tu encuentro, transformará tu vida y te acercará cada vez más al amor de Dios.

En la vida terrena, San José estaba ya en las manos de Dios y consumió en la humildad de su silencio los dramas, angustias y purificaciones que no es posible de entrever en lo profundo. Y cuán fecundo es este silencio: permite que entre la palabra de Dios y la obediencia de José tenga continuidad.
Pide a José que te enseñe a actuar en el silencio, con la humildad de los santos.

Volvemos a invitar

Si tu corazón está ansioso por hacer algo por los hermanos que sufren por el sufrimiento o la soledad, puedes suplicar con ardor al Señor. La oración es una de las formas más altas de caridad.

Si buscas a otros maravillosos hermanos que puedan unirse a ti en la oración en un solo corazón, entonces visita el sitio de Monasterio invisible de caridad y hermandad. Allí encontrarás una familia dispuesta para darte la bienvenida con los brazos abiertos.

Si deseas aceptar la invitación de Jesús, o simplemente quieres intentar rezar desde tu casa, haga clic aquí y encontrarás muchos hermanos maravillosos dispuestos a unirse espiritualmente en una gran oración de intercesión.

Si deseas recibir el librito de oración rellene el formulario y lo recibirás en tu dirección sin incurrir en gastos ni obligaciones de ningún tipo más que la de la oración. Los datos enviados están protegidos por la ley y se consideran confidenciales.