Devociones a San José
No sé cómo se puede pensar en la Reina de los Ángeles y en lo mucho que ella sufrió con el Niño Jesús, sin agradecer a san José que les ayudó tanto.
Cualquier gracia que se le pida a San José será ciertamente concedida, quien quiera creer haga la prueba para que se persuada.
Hasta ahora no recuerdo haberlo rezado nunca por una gracia sin haberla obtenido enseguida. Y es algo que hace maravilla recordar los grandes favores que el Señor me ha hecho y los peligros de alma y de cuerpo de que me ha liberado por la intercesión de este santo bendito.
(Santa Teresa de Ávila).
Dios ha concentrado en San José los esplendores de todos los Santos.
(S. Gregorio Nazianzeno)
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VALORES Y VENTAJAS DE LA DEVOCIÓN A SAN JOSÉ
Para entender cuán rica fuente de toda suerte de gracias es la devoción al glorioso Patriarca San José, bastarán las siguientes palabras de Santa Teresa:
«Yo no recuerdo hasta hoy - escribe la santa -, haber pedido una gracia a San José, que él no me haya concedido. ¡Qué hermoso cuadro pintaría yo frente a los ojos, para señalar las gracias con las que he sido llena de Dios y los peligros de alma y de cuerpo de que he sido librada mediante la intercesión de este gran Santo! A los otros Santos, Dios concede sólo la gracia de socorrernos en una u otra necesidad. Pero el glorioso San José, y yo lo sé por experiencia, despliega su poder frente a todo. Y lo han experimentado, igualmente, otras personas a las cuáles yo había aconsejado encomendarse a este incomparable Protector... Si yo tuviera autoridad de escribir, experimentaría un santo gusto en contar, particularmente, las gracias de tantas personas como yo, son deudoras de este gran Santo. Me contento con animar, por amor a Dios, a aquellos que tal vez no me crean, a hacer la prueba y verán cuánta ventaja viene por encomendarse a este glorioso Patriarca y honrarlo con especial culto».
Las palabras de esta Santa moven a cualquiera a hacerse devoto de este poderoso y tierno protector.
Un ilustre escritor de ascética cristiana ha resumido así las ventajas que se obtienen de la devoción a San José:
- Quien sea su verdadero devoto tendrá el regalo de la castidad.
- Tendrá auxilios espirituales para salir del pecado.
- Tendrá particular devoción a María Santísima.
- Tendrá una buena muerte y será defendido en las horas extremas.
- No será vencido de los demonios que temerán su nombre.
- Obtendrá especiales gracias tanto para la alma como para el cuerpo.
- Tendrá la plena confianza de conseguir la gracia de la perseverancia final.
Por último un testimonio autorizado del Pontífice Pío IX, después haber recomendado tantas veces a todos la devoción a San José, hablaba casi proféticamente de las ventajas de esta devoción: «No es en vano que Dios infunde en la iglesia con mayor abundancia que nunca, el espíritu de oración. Se reza mucho más y se reza mejor. Las columnas de la naciente Iglesia, María y José, ocupen de nuevo el puesto que nunca se ha debido perder en los corazones y el mundo será salvo».
Novena en San José
- O San José, mi protector y abogado, a ti recurro, para que me implores la gracia, por la que me ves gemir y rogar delante de ti. È es cierto que las penas presentes y las amarguras que son quizás el justo castigo de mis pecados. Reconociéndome culpable, deberíaactuar; por eso perder la esperanza de ser ayudado por el Señor? "Ah! ¡No! " - me responde tu gran devota Santa Teresa - "Ciertamente no, oh pobres pecadores. Dirigíos en cualquier necesidad, por grave que sea, a la intercesión eficaz de los Patriarca San José; id con verdadera fe de Él y ciertamente seréis escuchados en vuestras preguntas y peticiones;. Con tanta confianza, me presento, pues, ante Ti e imploro misericordia y piedad. ¡Deh! Ayuda a San José en mis tribulaciones. Suplica mi falta y, poderoso como eres, haz que, conseguida por tu pía intercesión la gracia que imploro, pueda volver a tu altar para darte el homenaje de mi gratitud.
(Pater, Ave, Gloria)
- No olvides, oh misericordioso San José, que ninguna persona en el mundo, por gran pecadora que fuera, è recurre a ti, quedando decepcionada en la fe y en la esperanza en ti puestas. ¡Cuántas gracias y favores has conseguido a los afligidos! Enfermos, oprimidos, calumniados, traicionados, abandonados, recurriendo a tu protección han sido escuchados. ¡Deh! no permitas, oh gran Santo, que yo sea el único, entre tantos, que quede privado de tu consuelo. Muéstrate bueno y generoso también hacia mí, y yo, agradeciéndote, exaltarò en ti la bondad y la misericordia de los Señor.
(Pater, Ave, Gloria)
- O exaltado Jefe de la Sagrada Familia, yo te venero profundamente y de corazón te invoco. A los afligidos, que te han rezado antes que yo, les has concedido consuelo y paz, gracias y favores. Dignas, pues, de consolar también mi corazón afligido, que no encuentra descanso en medio de las injusticias de las que está oprimido. Tú, oh sabio Santo, ves en Dios todas mis necesidades antes que yo te las exponga con mi oración. Tù pues sabes muy bien cuánto me è necesaria la gracia que te pregunto. Ningún corazón humano me puede consolar; de ti espero ser confortado, dado, o glorioso Santo. Si me concedes la gracia que con tanta insistencia pido, prometo difundir la devoción hacia ti, ayudar y sostener las obras que, en tu nombre, surgen para alivio de tantos infelices y de los pobres moribundos. O. ¡San José, consolador de los afligidos, ten piedad de mi dolor!
(Pater, Ave, Gloria)
Repetir durante nueve días.
Siete Súplicas a San José
- Amado San José, por el honor que te concedió el Padre eterno, elevándote a hacer sus veces en la tierra con su Hijo Jesùs; y siendo padre putativo, obtienes de mí la gracia que da deseo.
- Gloria al Padre...
- San José, Padre putativo de Jesús, ruega por mí.
- San José, por el amor que te trajo Jesús, reconociéndote como tierno padre y obedeciéndote como respetuoso hijo, implora de Dios la gracia que te pido.
- Gloria al Padre...
- San José, Padre putativo de Jesús, ruega por mí.
- Puro San José, por la gracia especialísima que recibiste del Espíritu Santo, cuando te dio en esposa a su misma esposa, Madre nuestra querida, implora de Dios la gracia tan deseada.
- Gloria al Padre...
- San José, Padre putativo de Jesús, ruega por mí.
- Tierno san José, por el amor puro con que amaste a Jesús como tu Hijo y Dios, y María como tu amada esposa, ruega al altísimo Dios, que me conceda la gracia por la que te suplico.
- Gloria al Padre...
- San José, Padre putativo de Jesús, ruega por mí.
- Dulce San José, por el gozo grandísimo que sintió tu corazón conversando con Jesús y María y sirviéndoles, me conceda el misericordioso Dios la gracia que tanto anhelo.
- Gloria al Padre...
- San José, Padre putativo de Jesús, ruega por mí.
- Afortunado San José, por la buena suerte que tuviste de morir en los brazos de Jesùs y de Maria, y de ser consolado en tu agonía y muerte, me obtenga tu poderosa intercesión de Dios la gracia por la que te ruego.
- Gloria al Padre...
- San José, Padre putativo de Jesús, ruega por mí.
- Glorioso San José, por la reverencia que tiene por ti toda la Corte celestial, como Padre putativo de Gesù y esposo de María, atiende las súplicas que con viva fe te hago, obteniéndome la gracia que tanto deseo. Así que sea.
- Gloria al Padre...
– Ruega por nosotros, oh bendito José.
– Porque somos hechos dignos de las promesas de Cristo.
Por favor:
Dios todopoderoso, que en tu designio de amor has querido confiar los comienzos de nuestra redención a la custodia solícita de san José, por su intercesión, concede a la Iglesia la misma fidelidad al llevar a cabo la obra de salvación. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Invocaciones a San José.
Recuerda, Oh cónyuge purísimo de la Virgen María, oh mi querido patrón San José, que nunca había oído que nadie haya invocado su protección y pedido su ayuda sin ser consolado. Con esta confianza, vengo a Ti fervientemente confiado.
Oh San José, escucha mi oración, acógela con compasión y respóndeme. Amén.
Glorioso San José, esposo de María y padre virginal de Jesús, piensa en mí, vela por mí. Enséñame a trabajar para mi santificación y ten bajo tu cuidado compasivo las necesidades urgentes que hoy encomiendo a tu solicitud paterna.
Quita los obstáculos y las dificultades y concédeme el resultado feliz de lo que pido si es para mayor gloria de Dios y para el bien de mi alma.
Y como muestra de mi agradecimiento, prometo dar a conocer tus alabanzas, con todo el afecto bendigo al Señor que te dio tanto poder en el cielo y en la tierra. Amén.