María Virgen

La Verdadera Devoción a María

Monasterio La verdadera devoción es interior, tierna, santa, constante, intensa.
Interior: el amor a María proviene de la mente y del corazón.
Tierna: se confía, como un niño en su Madre
Santa: lleva al alma a evitar el pecado e imitar sus virtudes.

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Di San Luigi M. Grignion da Montfort

Devoción constante: Lo hace a pesar del mundo.
No seas:
  • inconstante

  • afligido

  • aprensivo

  • temeroso.

La devoción desinteresada lleva al alma a la búsqueda de Dios por medio de su Santa Madre.

Sigue estas Prácticas Interiores:
  1. Hónrala como digna Madre de Dios
  2. Medita en sus virtudes, en sus privilegios y en sus acciones
  3. Admira su grandeza
  4. Realiza actos de Amor, de alabanza y de agradecimiento
  5. Invócala cordialmente
  6. Ofrécete y únete a Ella
  7. Que tus acciones sean para agradarla.
  8. Comienza, continúa y acaba todas las acciones para Ella, en Ella, con Ella, por Ella.

Tienes que convencerte de que, al mirar a María en tus oraciones, contemplaciones, acciones y sufrimientos, aunque no sea conscientemente, de un modo imperceptible hallarás a Cristo Jesús el cual siempre es como Ella grande, poderoso, ejecutor e incomprensible más que cualquier otra criatura del universo. Así María, toda perdida en Dios, no pone obstáculo a las almas perfectas para llegar a la unión con El Creador.

Cuando María te sostiene no caes, cuando te protege no temes, cuando te conduce no te fatigas: todo te será favorable y llegarás al puerto de la salvación.
(S. Bernardo).

Aunque me trazaran un camino nuevo para ir a Jesucristo y este camino fuera enaltecido por todos los méritos de los beatos y adornado por todos sus actos de virtud, esclarecido y embellecido de toda la luz y la belleza de los ángeles y me fueran dados todos los ángeles y los Santos para conducirme, defenderme y sostenerme; en verdad yo digo que preferiría a ese camino perfecto, el camino inmaculado de María: "ha devuelto integro mi camino" (Sal 18, 33) Camino sin mancha, sin inmoralidad, sin sombras ni tinieblas.