Lectio divina


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Lectio

Refugio seguro

Un día morirás" Es una sentencia de Dios sobre cada hombre: sentencia que encontramos en el libro del Génesis, en el Capítilo ll y vemos que esta sentencia tiene su curso diariamente.

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YO SERÉ SU REFUGIO SEGURO EN VIDA

En efecto, la muerte vaga por todos los campos del mundo segando todos los dias víctimas innumerables. Para comprender bien la promesa de Jesús "seré su refugio seguro en la vida y especialmente en la muerte" pensamos que sería bueno llamar a nuestra atención la muerte, la cual ha sido considerada una fortísima ayuda para la vida espiritual; por lo cual es nuestro deber estudiar un hecho tan opuesto al pecado, y de tanta ayuda parala santidad... Por lo demás, la muerte es una verdad de interés siempre nuevo, de la cual no se cansa nunca, una verdad llena de emociones con la que nunca nos llegamos a familiarizar.

Tambien los mundanos tambien veces advierten que el pensamiento de la muerte es necesario, no sólo para dar un sentido, un orden a la vida, para infundirla de luz serena.

Pascal decía "La vida sin el pensamiento de la muerte, esto es, sin la religión, es precisamente lo que nos distingue de las bestias, es un delirio, intermitente, continuo y trágico".
Precisamente porque nuestra vida no puede ser un trágico delirio, nos recogemos para meditar acerca de la muerte. No haremoos el usual ejercicio de la buena muerte, contemplaremos esta solemne realidad, las meditaciones de principio y su fundamento.

Esta clara la verdad de nuestra fe "Es un castigo". Castigo universal: nasdie puede eludirla ni escaparse de su mano rapaz. Castigo espantoso entre los que se puedan imaginar en la faz de la tierra. Castigo amargo y terrible:

  1. En su esencia: esto señala la disolución de nuestro ser, lo que mayormente repugna a nuestr o instinto. Ya Aristóteles, gran filósofo griego, sentenciaba "Entre todas las cosas, la muerte es la más terrible, la más amarga".

  2. Nelle sue circostanze, che ci sono affatto ignote: dove, quando, come moriremo? È un nemico continuamente in agguato, una spada di Damocle sempre sospesa sul nostro capo.

  3. En sus consecuencias "es un momento del que depende la eternidad", es un acto del que, con toda nuestra buena voluntad, no podemos tener ninguna experiencia, necesita hacer de todo una característica rápida y todo depennde de la perfección con la que uno asiste hacia aquella única voz...es un acto único, absoluto, final, inmutable: una vez cumplido necesita dejarlo como es, con su inevitable fecundidad de consecuencias eternas.

  4. En sus circunstancias, que nos son de hecho desconocidas, ¿dónde, cuando, cómo moriremos?. Es un enemigo contínuamente al acecho, una espada de Damocles siempre suspendida sobre nuestras cabezas.

  5. Porque nos sorprenderá en las circunstancias menos favorables para una decisión de tan trágicas consecuencias. Si hay un momento en el que tenemos necesidad de salud, fuerza, lucidez, voluntad, calma, atención severa, es el momento exacto de la muerte del cual depende la eternidad y es en él, sin embargo, el puesto en el cual, por efecto de la enfermedad, de la estupefacción, del dolor, las aprensiones, intereses... nos faltará fuerza, lucidez, seguridad, tranquilidad.

"Amarga muerte". Qué cierta es esta expresión de la Escritura. Muerte es una palabra que siempre nos hace sentir un escalofrio en el cuerpo,que suscita en nosotros el recuerdo de lágrimas temibles, de inefables angustias, de tétricas visones y de terribles pensamientos. Cuando luego esta realidad se presente, cuando haga sentir el peso de sus dolores y de sus amarguras, de las lágrimas que la acompañan, seamos tentados contra el Señor: "Pero, ¿porqué la muerte?, ¿porqué justo en este momento? " Ni siquiera los santos han escapado a esta angustia.

La respuesta a nuestro gemido está ya señalada en el Libro de los santos. De la muerte no podemos pedir a Dios. "Dios no ha creado la muerte para gozo ni ruína de los hombres"; en su inefable bondad. Dios nos ha creado para la vida eterna. Al pecado debemos pedir cuentas de la muerte, ella, en efecto, es su primogénita.

Jesús, luego, ¿cómo define la muerte?. Un ladrón. Es ese el nombre que merece. Roba por el placer de destruir y anular. Hará una verdadera ruína de nuestra vida.

Roba y destruye uno a uno todos nuestros bienes terrenales: dinero, posesiones, placeres, comodidades de las cuales son la fuente: desnudos entramos en el mundo y despojados de todo saldremos de él. La pobreza más radical la cumple la muerte: destruirá nuestros ídolos escondidos en los que nos complacemos y a los cuales estamos tenzmente pegados hasta poner incluso a Dios en un segundo plano.

Tambien reducirá a polvo nuestro orgullo con todas sus ambiciones. Cargos honoríficos, reclamaciones de estima, deseo de admiración, de alabanzas y tantas otras aspiraciones. Pocos dias más, nadie hablará ni pensará en nosotros, quizás algún alma buena haga una plegaria de paz, permanecerá nuestro nombre oculto, insignificante en los libros polvorientos de los archivos judiciales y parroquiales.

Y decir que hoy, tal vez, nos eorgullezcamos, andamos pensando y diciendo: si no fuese por mí...Pero el dicho común es "Nadie es indispensable en este mundo, cuando no seamos nada otros realizarán el bien hasta mejor que nosostros", otros dando un profundo suspiro, casi de liberación, dirán "Por fin se ha ido". La muerte es amarga.

¿Nuewtro cuerpo? Sabemos cual es su fin: será conservado durante algún tiempo y luego el silencio y la oscuridad de la tumba...
He aquí lo que con tanta premura cultiváis. Sabiduría bíblica.