Purgatorio


Relato del purgatorio

Monasterio La voz de Jesús se hace sentir en lo más íntimo de mi alma con extrema claridad.

Quiero que se rece por estas santas almas que están en el purgatorio porque mi Corazón Divino arde de amor por ellas. Deseo mucho la liberación de estas almas Con el fin de unirlas a mí totalmente.

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Extraído de: "Relato del Purgatorio"

Las penas por muy terribles que puedan ser, son siempre leves en relación a la ofensa que constituye el pecado.

El purgatorio es como una cárcel de luz y de fuego, construido por la Misericordia Divina: el alma tiene que purgar la pena de su pecado para estar en condiciones de entrar en la beatitud eterna.

Visión del Gran Purgatorio

Vi con los ojos del alma un fuego espantoso sin límite ni forma que ardía sin variar nunca, en un silencio absoluto... Vi en este fuego millares y millares de pobres almas cercanas entre ellas, pero sin ningún tipo de comunicación excepto este mismo fuego. Este gran purgatorio es como el infierno, a diferencia de la eternidad de la pena, del odio en las confrontaciones con Dios y con las otras almas, y la desesperación.

Si no me engaño, he notado que ellas estaban en este estado más purificadas que confortadas, más quemadas que iluminadas. Es un estado realmente terrible.

Visión del Purgatorio Medio

He visto con los ojos del alma un mar de fuego abrirse ante mí, haciendo ruidos inmensos, llamas clarísimas se reproducen y se deshacen incesantemente. He aquí miles y miles de almas que tienden las manos, sumergidas en el fuego y azotadas por las llamas, que las levantan en una especie de impulso impetuoso.

Es como un movimiento del alma, un comienzo del camino al Cielo, o incluso que avanza hacia Dios, pero sin el mínimo deseo personal, como a una puerta a la que se da un impulso. Ciertamente se purifican a través de mucho sufrimiento, pero son también iluminadas, lo que les consuela y permite glorificar a Dios no sólo abandonándose a su puro Amor, sino asumiendo una iniciativa de agradecimiento.

Frecuentemente, después del juicio particular, el alma va al Gran Purgatorio, Allí permanece como alelada y anonadada, porque para ella es el descubrimiento del pecado, de su gravedad, de su efectos y de sus implicaciones.
Ante esta vista, el alma está como paralizada, inerte contempla la justicia de Dios que es ejercida sobre ella y la misericordia la que la salva. Luego se pone en movimiento hacia Dios, ya que Él la atrae, la transporta en el impulso de su amor infinito y he aquí que esta alma pasa al Purgatorio Medio.
En el Purgatorio Medio el alma permanece en confrontación con el Amor, pero contempla este Amor Infinito que le atrae. En el Purgatorio Medio el alma sale de sí misma y descubre todo lo que significa su pertenencia a la Iglesia.

Visión del Umbral del Cielo

Es como el vértice del purgatorio, un mundo de luz ardiente y de paz. Es el sufrimiento del Amor al alcance del paroxismo, un desnudo padecer de Amor, el júbilo total, más suave, unido al sufrimiento más terrible más desgarrador.

Es el reino del puro Amor y del desnudo sufrimiento, las almas los preceden hacia la Jerusalén celeste donde se presentan delante de su Rey. Ellas se quedan más o menos por un largo periodo de tiempo, pero nunca como en el Purgatorio Mayor y Medio, porque la intensidad de las languideces de Amor en el umbral constituye una rápida y ulterior purificación.

Oía a las almas cantar: Me has liberado de la muerte. Has preservado mis pies de la caída, porque yo camino ante tu presencia, en la luz del viviente, oh Dios.