Corazón de San Vicente
Catalina sueña con un viejo sacerdote, que lleva una pequeña barba, con ojos magnéticos y una dulce sonrisa. Le dice: "Hija mía, es bueno ocuparse de los enfermos. Ahora Vd. me rehúye, pero un día estará contenta de acercarse a mí. Dios tiene proyectos para Vd: no lo olvide nunca".
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Corazón de San Vicente de Paúl
Mientras Catalina está en oración, tiene la primera visión: sobre un pequeño relicario, capilla de las hermanas en Rue du Bac, se le aprarece el corazón del santo "blanco color de la carne" tiene el color de la piel y en absoluto la pariencia de un órgano interno. Catalina comprende que el color claro anuncia paz, inocencia, unión.
El día después, en el mismo lugar, aparece nuevamente el Corazón de San Vicente de Paul. "Lo he visto rojo como el fuego porque debe iluminar la caridad en los corazones. Me parecía que toda la comunidad debiese renovarse y extenderse hasta los confines del mundo".
El tercer día "Lo he visto llegar a ser entre rojo y negro, y esto me producía una gran tristeza en el corazón, que me costaba superar. No sabía cómo ni porqué esta tristeza se refería a un cambio de gobierno". Ella cree haber comprendido el sentido y la portada de la imagen y eso la asusta. El posible cambio de gobierno, ella lo atribuye al regreso de la revolución. El posible cambio de gobierno, con la persecución religiosa, a las profanaciones de todo género y a las desgracias que acontecerían a Francia y a París en particular.
Rostro de Cristo
Durante la Misa, La Hostia Consagrada que el celebrante tiene en la mano, se transforma, revelando improvisadamente, a Catalina, el rostro de Cristo. El fenómeno se renovará hasta el fin de su noviciado.
El 6 de Junio de 1830 el milagro eucarístico se repite: "Nuestro Señor se me aparece como un Rey, con la cruz sobre el pecho. Me ha parecido que que Nuestro Señorestá despojado de todos sus ornamentos. Todo ha caído en tierra. En aquel momento me han asaltado pensamientos tan negros como tristes. No sabría explicarme, pero he tenido la impresión de que el rey de la tierra será expulsado y despojado de sus hábitos reales".
Apariciones de la Virgen María
Primera aparición
Descripción narrada por Santa Catalina
A la 21.30 del 19 de Julio de 1830, mientras todos duermen en la casa grande: "Hermana, hermana". Despertándome he mirado hacia donde oía la voz, por el lado del pasillo. Abro las cortinas y veo a un niño vestido de blanco, de entre cuatro o cinco años, que me dice: "Levántate deprisa y ven a la capilla, la Santa Virgen te espera..." Me ha apresurado a vestirme, y me he puesto al lado del pequeño... lo he seguido y, siempre por mi izquierda, difundía rayos luminosos.
Entrada en la capilla, he visto todas las velas y antorchas encendidas, como en la Misa de medianoche. Sin embargo, todavía no veía a la Virgen.
El niño me condujo junto a la butaca del Sr. Director, donde me puse de rodillas...el niño, luego, finalmente me advirtió y me dijo: "Aquí está la Santa Virgen. Héla aquí".
Oí como un ruido como el crujir de un vestido de seda por la parte de la tribuna, junto al cuadro de San José, y vi a la Santa Virgen posarssobre las gradas del altar, por el lado del Evangelio.
"Entonces mirando a la Santa Virgen me he inclinado hacia Ella, me he arrodillado en las gradas del altar y he apoyado mis manos en sus rodillas..." Es una aparición corporal, dirán los místicos. Aquel fue el momento mas dulce de mi vida: me sería imposible decir lo que he experimentado.
Ella empezó a decirme como debía comportarme con mi director espiritual, y muchas otras cosas que no debo decir; y el modo de soportar mis penas. Dijo de llevarme a echarme a los pies del altar para ensanchar mi corazón, añadiendo que allá yo recibiría todos los consuelos necesarios para mí.
"Hija mia, Dios quiere confiarte una misión. Sufrirás mucho u lo harás de buena gana, pensando que se trata del buen Dios. Te rechazarán, pero poseerás la gracia. No tengas miedo..." La Virgen abre a Catalina el libro del futuro: "Hija mia, los tiempos son muy tristes: graves calamidades están por acontecer en Francia. El trono será derribado. Todo se descompondrá por desgracias de todo tipo. Pero ven a los pies de este altar. aquí las gracias serán derramadas sobre todos...grandes y pequeños".
LLegará un momento en que el peligro será tan grande que todo parecerá perdido, pero yo estaré con vosotros: tened confianza. Tendréis pruebas evidentes de mi visita y de la protección de Dios y de la de San Vicente sobre las dos Comunidades.
Después continúa: "Monseñor arzobispo morirá..." A la pregunta: "¿Cuando sucederá?", responde: "dentro de cuarenta años"...
Hija mía, la cruz será despreciada, echada por tierra, la sangre correr. Se abrirá nuevamente el costado de Nuestro Señor y los caminos estarán llenos de sangre. El arzobispo será despojado de sus vestiduras y el mundo entero entrará en una tristeza profunda.
Me quedé no sé cuanto tiempo. Cuando se fue, percibí cómo algo se apagaba. Me he lavantado de las gradas del altar y he vuelto a ver al niño en el mismo sitio donde lo había dejado.
Me dijo: "Se ha ido". Habíamos seguido el mismo camino. Creo que el niño era mi ángel custodio, que se había hecho visible para hacerme ver a la Santa Virgen. Estaba vestido de blanco y llevaba consigo una luz milagrosa, es decir, resplandeciente de luz.
A las dos de la madrugada regresé a mi cama y no cogí más el sueño.
Las palabras de la Virgen encuentran confirmación en la insurrección de París, donde la cólera popular se desencadena tambien en la Iglesia. Catalina las ha pronunciado con tres meses de anticipo.
Segunda aparición de la Virgen.
El 27 de Noviembre de 1830, mientras Catalina medita y ora en la capilla, aparece la Virgen María, como una imagen animada que cambia de posición, pero tan real que sería fácil tocarla. Tiene el rostro de una belleza indecible, lleva puesta una vestidura blanca que parece hecha de luz de una tela de entre las más preciosa. Encima lleva un manto azul con matices luminosos plateados y una largo velo tradicional tambien blanco.
"Nuestra Señora se muestra con los brazos abiertos, las manos inclinadas hacia la tierra en un gesto de ofrecimiento. De las manos abiertas de la Santa Virgen caen innumerables rayos luminosos. Los dedos de Nuestra Señora están sobrecargados de espléndidos anillos, cubiertos de extraordinarias piedras preciosas y de estas piedras emana una luz, pero no todas resplandecen, alginas, entre éstas, hay algunas apagadas, sin esplendor: inútiles".
Los rayos son los símbolos de las gracias que María obtiene para los hombres y que la Virgen extiende sobre quien le pide.
Escondido por la luz de los rauos que la rodean, Catalina vislumbra un globo terráqueo que parece concentrar sobre sí esta lluvia de gracias. Este globo está colocado bajo los pies, mientras otro está en sus manos.
Alrededor de la visión, dispuesta en semicírculo, una inscripción en latras de oro: "Oh María concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a Vos".
Luego la imagen se gira, mostrando la otra cara. falta la Virgen y en su lugar, puesta en el centro, una M mayúscula,el monograma de María, bajo cada pie de la letra, está el Sagrado Corazón y el Corazón Inmaculado de María.
Una voz interior le dice: Haz imprimir una medalla según este modelo. Todas las personas que la lleven al cuello recibirán grandes gracias.
Tercera aparición
Pasan algunos dias y mientras Catalina está en oración en la capilla, junto a sus compañeras, vé aparecer a la Virgen como en la aparición anterior. Vuelve a confirmar la imagen de la medalla milagrosa para que se imprima, en su mente, en profundidad.
"No me verá más, oirás mi voz durante la oración" le comunica la Virgen.