Satanás
Atormenta al hombre
El Evangelio nos describe cómo el diablo desestabiliza al hombre. Al endemoniada de Gerasa. Dice Lucas: "un hombre de esta ciudad, poseido por un demonio, desde hacía mucho tiempo, no llevaba vestido, no habitaba en casa sino en las tumbas.
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Como diablo atormenta al hombre
Como vió a Jesús dió un grito, se le echó a los pies y dijo: ¿Qué hay entre tú y yo, Jesús, hijo de Dios?" añade otras particularidades en Marcos: "Nadie había conseguido atarlo. Muchas veces había estado con cepos y con cadenas, pero había arrancado las cadenas y roto los cepos. Nadie consiguió dominarlo y continuamente, día y noche, estaba en los sepulcros y en los montes gritando y golpeándose con piedras".
Jesús baja desde el monte de la transfiguración, se encuentra frente a un padre que dice: "Maestro, te he traido aquí a mi hijo que tiene un demonio mudo y, cuando éste se apodera de él, lo echa a tierra, echa espumajaros por la boca, rechina los dientes y se pone rígido. Jesús preguntó: ¿Desde cuando le sucede esto?. Desde la infancia, le responde el padre. El espíritu con frecuencia lo echa al fuego o al agua para hacerlo morir".
En Mateo: Apenas salió de allá, extendieron su fama porque había curado a dos ciegos. Una vez que se fueron, le presentaron a un hombre mudo, endemoniadoy, perseguido el demonio,el mudo habló.
Otro ejemplo: Cuando los 172 discípulos regresaron, de dicen: Señor, hasta los demonios se someten en tu nombre. Y él respondió: Yo veía a Satanás caer desde el cielo como un telámpago.
En estos episodios el Evangelio nos presenta las vivencias de personas atormentadas, perseguidas por el diablo y el tormento del demonio llega a quitar al hombre sus mismas facultades intelectuales, racionales, porque Satanás no puede destruir el espíritu del hombre, porque depende de la voluntad de Dios.
La descripción tan detallada de esta gente y el hecho de que Satanás les haga érder el equilibrio psico-físico, es un testimio de la presencia del dablo que afecta a nuestro camino. El demonio es malo con nosotros, cuando se acuerda de que, a pesar de sus ataques, no nos alejamos de quien creemos ser el único apoyo de nuestra vida.
El Señor te ha puesto frente al fuego y al agua, la vida y la muerte: Te toca extender la mano hacia lo que quieras (Sirácida). Jesús es el Vencedor, el que derrota a Satanás, porque lodesvela, lo manifiesta, lo saquea y no puede esconderse. Jesús enseña a los hombres como enfrentar a Satanás y lo hace ver en todos sus aspectos. Debemos sólo acoger, entrar en la Palabra de Jesús y convertirla en guía para que no nos alejemos de esta acción que nos destruye.
Debemos tener un corazón capaz de filtrar profundamente lo que viene desde dentro. Ha dicho Jesús: No hay nada del exterior que haga impuro al hombre, pues es lo que sale del corazón lo que hace impuro. Aquí juega Satanás porque nos quiere destruir: la destrucción debe partir desde nuestro corazón.
Dice Juan: el rostro de Dios es amor: un amor que es unión y comunión. Por eso Dios solicita continuamente a la humanidad ser una única cosa.
Dios tiene necesidad de la comunión entre los hombres, porque la comunión entre ellos da testimonio de su verdadero rostro, el amor. Y dijo Jesús: Por esto reconocerán que sóis mis discípulos, si os amáis los unos a los otros como yo os he amado. Cristo lleva a plenitud esta verdad divina, de un Dios que, para manifestarse, dice: Si estáis en comunión, vosotros me hacís presente y, después aun: donde dos o tres están unidos en mi nombre, yo estaré en medio de ellos. Jesús une el testimonio de su presencia a la comunión, como si dijese: Yo, después, no podré ser visto más por el mundo, porque resucitaré, pero, ¿cómo hará la gente opara verme?. Para verme y creer en mí, el mundo deberá ver la comunión de los creyentes, porque en esta comunión está el testimonio de mi presencia, para que el mundo crea que Tú me has enviado.
Este es el gran proyecto de Dios: hacer que los hombres encuentren el punto común que les haga llegar a ser una única cosa. Este punto está hecho del reconocimiento de Dios. Si tú quieres acercarte a Dios, y deseas verdaderamente vivir según Él y servirlo, Dios te coge y te hace capaz de construir su pueblo.
El diablo, sin embargo, tiene otro proyecto distinto que es demoler lo que puede llevar al hombre al perfecto conocimiento del Creador y, para este fin, el diablo ataca a Jesús, cuya presencia es peligrosa para él. El demonio sabe perfectamente que no puede golpear a Jesús, pero el diablo sigue actuando en el mundo para que el hombre no se acerque a Jesús, porque si se acerca a Él, entra en la verdad y derrota al diablo.
El demonio intenta que los cristianos no seamos una única cosa, ataca el sentido de la comunión, de ser un corazón y un alma únicaos, actúa allí, porque así hace vana la presencia de Jesús.
¿Cómo hace Satanás para convencernos de que no es necesaria la presencia de Jesús?. Diciendo que la relación con Dios es una custión personal, lo importante es que tú tengas fe, que creas en Dios. Es fundamental que sigas las normas que te hacen sentir cerca de Dios: los preceptos, los mandamientos. Si sigues estas leyes, puedes estar tranquilo porque tu conciencia está en el sitio exacto. Y si estás en el sitio exacto, estás ante Dios. También estamos en lucha, en división con nuestros semejantes: podemos sentirnos en buena conciencia porque así nos ha sido enseñado.