Presencia
El diablo necesita la historia porque, si no existiese la historia, entonces, el hombre ni siquiera existiría.
El campo en el que actúa el diablo es exclusivamente la historia humana, porque es el único ámbito en el que puede tener la ambición de ejercer su poder.
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Presencia histórica
Qué es esta historia en la que el demonio actúa. Cuando hablamos de Historia, entendemos, desde el punto de vista bíblico, o sea, el de la humanidad entera, que en el libro del Génesis, es el proyecto de Dios, la Historia de un ambiente, la tierra, en la que vive el hombre. Justo en esta realidad actúa la presencia de Satanás.
¿Cual ha sido su principio?. "Dios dijo", es una creación por parte de Dios. ¿Cómo Dios ha decidido crear la hostoria?. Porque Dios es amor, no puede ser egoismo, porque el amor que crea la vida sale de Él. El principio vital permanece "el amor que engendra", entonces el hombre es la expresión del amor. Entre el hombre y Dios se establece una relación de amor, una relación vital.
Dios no crea al hombre sin un proyecto definido, sino que es un acto que nace de esta profunda dimensión de Dios que, siendo amor, no puede mas que engendrar. El hombre vive en la tierra para regocijarse de este maravilloso designio divino. En el momento en el que el hombre pierde esta comunión, la belleza de su humanidad, la vida es la privación de este esplendor de la humanidad y es la muerte interior.
La historia es la señal con que Dios puede todavía ser conocido, un Dios invisible que se manifiesta en la historia del hombre. Por otra parte, este maravilloso proyecto de Dios tendrá su cumplimiento en Jesús, que es la historia que manifiesta el Señor, porque es el hombre que, en la tierra, da la certeza de la presencia de Dios: "Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre".
El Génesis nos lo recuerda usando una expresión típica: "Dios ha hecho al hombre a su imagen y semejanza" y en otra: "A Imagen de Dios los creó". La creación, la historia, es un lugar privilegiado donde el hombre puede sentir, disfrutar, vivir la presencia de Dios: por esta presencia que está en él como: "imagen y semejanza de Dios.".
Esta historia, donde el hombre vive y goza de la belleza de vivir, es una historia que, hasta cierto punto, vé la intervención de un ser devastador. La primera vez que la Escritura nos habla del diablo es en el Génesis, al inicio de la creación, hasta el comienzo de la historia del hombre.
Si la historia del hombre es el proyecto más grande de Dios, hecho para que él sea feliz en el mundo y para que goce de la presencia de Dios en la tierra, ¿porqué el hombre no es capaz de vivir su felicidad?. El origen del problema era la monarquía, que introduce en el reino de Judea el culto de los extranjeros. Esto hace penetrar en el pueblo, un estilo de vida que no está en consonancia con la ley del Señor. Se empieza a preguntar: pero, ¿dónde está la bondad del hombre?, ¿qué es el éxito en la humanidad?.
Por primera vez se introduce el descubrimiento que, en la historia, está actuando una fuerza que no es la de Dios, sino la del demonio, que quiere decir "el que divide, el que separa". Separa la hombre de Dios, para que él no goce del beneficio prometido.. El diablo es una presencia que ha entrado de repente en el mundo, desde que el ser humano empezó su historia.
Este misterio está revelado en el Capítulo 12 del Apocalipsis: "Estalló pues una guerra en el cielo, Miguel y sus ángeles combatían contra el dragón. El dragón combatía junto a sus ángeles, pero no prevaleció y ya no hubo sitio para ellos en el cielo. El gran dragón, la serpiente antigua, al que nosostros llamamos el diablo o Satanás, el que seduce a todo el mundo, fue arrojado a la tierra y, con él, todos sus ángeles. Entoces se oyó una gran voz que decía: Ya se ha realizado la salvación, la fuerza, el Reino de Nuestro Dios, la fuerza de su Cristo, porque ha arrojado al acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba ante Nuestro Dios, día y noche, pero eelos lo han vencido".
El diablo, arrojado a la tierra ha perdido la batalla y está lleno de ira, ¿contra quién?. Contra Dios, que lo ha arrojado desde el cielo, entonces el demonio ha experimentado su impotencia contra Dios y no pudiendo competir directamente con el Creador, decide destruir la obra: la historia, al hombre que vive en la historia.
¿Y cómo hace Satanás para presentarse al hombre y convencerlo de que él es Dios, haciéndose pasar por el Señor?. Para hacerlo, tiene sólo un camino seguro, poner al hombre en posición de no reconocer a Dios. Te crea la duda, diciéndote: ¿cómo crees en un Dios al que no ves?, ¿cómo aceptas obedecer a un Dios invisible?. Sin embargo, yo te hago ver lo que debes creer, es decir: sólo lo que veas. ¿ Y qué hace el diablo ver al hombre?. Una sola cosa, la más peligrosa: a sí mismo. El diablo tiene esta habilidad. Nos dice: "Debes creer en tí mismo, porque tú eres como Dios?".
El Génesis nos describe la tentación en el jardín de Edén, y cuales son las palabras que la serpiente dice a Eva: "Si coméis de este árbol, seréis como Dios, seréis dioses". Cuando el demonio te convence de que eres Dios y te ha hecho creer esta mentira, vivir empieza a ser conflictivo, porque ya no encuentras la alegría, el bienestar y la felicidad de la vida. No sientes el gusto por la bendición, sufres el sudor de tu frente, porque la historia ahora la decides tú: te sientes el Dios de la historia. Para vivir experimentarás el dolor y la fatiga.
De este modo, el diablo, ha matado al hombre, y matándolo ha asesinado la obra más bella de Dios: ha arrancado de sus manos lo más hermoso que Él había creado, el ser hecho a su imagen y semejanza.
En el momento en el que el demonio convence al hombre de ser el autor de la historia, es segura una cosa: que el ser humano hará de todo para alejar el pensamiento de Dios, porque lo considera un enemigo y cree que es la causa de su dolor.
La mantalidad que ha llevado al cristiano a no ver la urgencia del encuentro con Jesús, como apoyo de la vida, proviene de la acción del diablo que nos sugiere: "Tu vida no está fundada en Jesús, sino en tu trabajo y en tus seguridades".
Según tú, ¿dónde está Dios?, ¿dónde lo has puesto?. Respuesta: el Dios que tengo en la mente es caridad. Es evidente que el demonio no nos hace negar a Dios, no evita que nosotros pensemos en él: lo importante es que no lo encontremos nunca. Se esfuerza para que seamos dioses de nuestra vida.