Seductor
Anticristo
El Anticristo, según san Agustín, se sentará en el templo de Dios.
Sumario
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Anticristo en Apocalipsis
La raíz de todo mal es el amor por el dinero que nos aleja de la fe, crea adicción y arruina nuestra vida. Ya en las sociedades actuales hay una aceleración de la desigualdad de la riqueza, como está predicho y descrito en el Apocalipsis en la fase de los últimos tiempos. Habrá un período de tribulación que durará siete años y en los últimos tres años y medio reinará el anticristo.
"Cuando el Cordero abrió el tercer sello, oí al tercero gritar: “Ven”. Y he aquí, apareció un caballo negro y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz en medio de los cuatro seres vivientes: ¡Una medida de trigo por dinero y tres medidas de cebada por dinero! El aceite y el vino no se tocan (se desperdician)"
(Ap 6, 5-6)
Esta revelación anuncia a través del simbolismo del caballo negro, que el hambre azotará al mundo y muchos serán arrojados al hambre, la miseria y la desesperación. Con el dinero, que era el salario diario de un trabajador, será posible comprar para uno mismo y la familia sólo una medida de trigo y tres medidas de cebada claramente insuficientes para las necesidades alimentarias. Por el contrario, el aceite y el vino que eran bienes destinados a personas ricas, no se tocarán.
En ese momento donde los pobres se empobrecerán más y los ricos se enriquecerán más, la disparidad económica estallará y esta desigualdad dará lugar al caos y la tribulación. No sólo la dependencia del dinero y la desigualdad serán responsables del sufrimiento, sino que estará asociado a la adoración de los pueblos al anticristo. El Apocalipsis nos revela este personaje.
"Vi una bestia subir del mar... entonces toda la tierra admirada fue tras la bestia. A la bestia se le dio una boca para pronunciar palabras de orgullo y blasfemia. Se dio permiso para hacer la guerra contra los santos y conquistarlos; se le dio poder sobre toda raza, pueblo, lengua y nación. Todos los habitantes de la tierra la adoraban".
(cap. 13 1-8)
Esta bestia que sube del mar será un dictador supremo y gobernará el mundo a través del engaño, se declarará Dios y la gente hará todo por él. Usará prácticas engañosas y debido a su astucia, el fraude prosperará bajo su gobierno. De repente la gente irá a adorar al anticristo como si fuera Dios.
Juan en el Apocalipsis también describe una segunda bestia:
"Entonces vi otra bestia levantarse de la tierra... Ejerce todo el poder de la primera bestia en su presencia y obliga a la tierra y a sus habitantes a adorar a la primera bestia... se aseguró de que todos, pequeños y grandes, ricos y los pobres, libres y esclavos recibieron una marca en la mano derecha y en la frente; y nadie podía comprar ni vender sin tener esta marca, es decir, el nombre de la bestia o el número de su nombre".
(Ap 13, 11-18)
Esta segunda bestia será llamada el falso profeta. Ejercerá todo el poder de la primera bestia y será una figura religiosa con una religiosidad demoníaca. Hará grandes maravillas delante de los hombres y a través de estos prodigios seducirá a los hombres y los obligará a adorar al anticristo. Hará que la bestia construya una estatua y la haga hablar, y dictará sentencias de muerte para todos los que no adoren a la bestia.
Tendrá la marca de la bestia impresa en todos los hombres en su mano derecha y en su frente y nadie podrá hacer transacciones, comprar, vender o tener acceso a sectores económicos de ningún tipo sin tener esta marca, el que no la tenga. estará destinado a morir de hambre.
Anticristo en Daniel
El profeta Daniel en una de las visiones proféticas que tuvo Dios en su libro cap. 8 habla de un rey malvado llamado Antíoco Epifanio. Profetiza hechos que ocurrirán puntualmente en la historia trescientos cincuenta años después. Se trata pues de una profecía de un futuro próximo, pero también, según los exégetas, de un futuro lejano: Antonio Epifanio resume estos dos personajes conectados que son el anticristo del antiguo testamento y el anticristo del nuevo testamento. Por lo tanto, Antíoco Epífanio, será también la figura del último personaje que un día dominará sobre esta tierra en el período de la tribulación y será el anticristo.
Antíoco Epífanio se creía Dios y conquistó Egipto, Persia e Israel. Persiguió al pueblo de Dios, derrotó a los santos, y en su depravación no sólo profanó el Templo sino que destruyó las Escrituras. La historia nos cuenta que Antíoco mató a cuarenta mil judíos y tomó otros tantos prisioneros.
El libro 1 de Macabeos capítulo 1 vers. 21-24 narra que Antíoco entró en el Templo de Jerusalén y lo despojó de todo. Tomó oro y plata y todos los tesoros que pudo encontrar, llevó un cerdo al templo, le cortó la garganta y roció la sangre por todo el templo profanándolo por completo para que ningún judío pudiera volver a entrar en ese lugar. Hizo muchas masacres y habló con gran arrogancia y personificó el mal.
Daniel profetiza que un tirano feroz, audaz, temerario y de aspecto intrigante vivirá en esta tierra en el tiempo de la tribulación. Su poder será fortalecido, pero no por su propio poder sino por el de satanás; causará ruinas inauditas, tendrá éxito en las empresas, destruirá a los poderosos y al pueblo de los santos.
Anticristo en Tesalonicenses
En el segundo libro de los Tesalonicenses, Pablo escribe sobre las señales de advertencia de los últimos tiempos:
"Primero debe tener lugar la apostasía y debe manifestarse el hombre injusto, el hijo de perdición, el que se opone y se eleva por encima de todo ser que se llama Dios o es objeto de adoración, hasta sentarse en el templo de Dios, señalando a sí mismo como Dios".
(Tes 2, 3-4).