Viaje interior
El oración y la fe
Apropriarse del propio tiempo es el tema tratado este día en el coloquio telefónico con maestro. Para no caer nunca esclava de un esquema fijo de mi mente.
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Despertar
Sábado 29
Tengo que desconfiar de alguno mis pensamientos que se han arraigado con el tiempo, fruto de mi contexto familiar y social: todos, cada uno de nosotros "¡Es una víctima!"
Después, viene la confrontación con los demás, no para depender o descargar todo en ellos renunciando a actuar en primera persona, y no asumir mi responsabilidad. Más bien, para analizar lo que estoy haciendo, para deducir si es útil para mí o, al menos acoger el consejo de los demás para enriquecer o modificar mi estrategia o desarrollarla si me pareciera más idóneo mi método. En tal modo, los demás no serían un punto de referencia de quienes depender sin más bien el "input" que el Señor me pone a la par para trabajar en un espíritu de colaboración para hallar el gozo
"Tal libertad de pensamento - si he entendido bien las enseñanzas de mi maestro - es la justa clave para hacer lecturas y me viene dada por la verdad que únicamente procede de la palabra de Dios".
Cuando mi maestro me hizo el "regalo inmenso" del que me siento profundamente indigna, de estas revelaciones del Alma, experimenté un fuerte efecto liberador. Inmediatamente sentí lanzarme hacia la perspectiva de zambullirme en la vida, de decirme: "¿Pero, entonces, Ángela, no vale la pena vivir, al menos para poder devolver gratitud a los demás? ¿Para decir, gritar a quien no lo sabe que todo está asociado a nuestro pensamiento, a lo que nuestra mente nos impone y que nuestro mismo cuerpo a veces es esclavo??? Yo, lo repito, no soy digna de todo ésto. Frente al Poder y a la Inmensa Verdad que proceden de las palabras de mi maestro me sento infinitamente pequeña y quiero huir por vergüenza, pero me retiene el hecho que al mismo tiempo me siento "inflamada", "llena" de un "ardor" que no logro explicar...y que es real, pero, me inunda porque en esos momentos son el Poder y la Verdad del Señor que me invaden!!! Por otra parte la misma sensación me envuelve cuando estoy sumergida en la lectura del libro "Una mirada sobre la Alma" y también de "Abriré un camino en el desierto", libro siempre de los mismos autores y que desde hace pocos días he sentido la necesidad de empezar a descubrir.
Viernes 4
Hoy finalmente he podido hablar con mi maestro y tengo que decir también que tenía fuerte el deseo de verlo ya que había pasado una semana desde la última vez que hablamos. En esta larga conversación he recibido muchas "gracias" más de las que creía fueran posibles. Ultimamente es así... y a mi alma le hace cada vez más que bien porque, recibe lo que escucha y se siente "comprendida" y se le ofrece más de lo que se atreve a pedir o desear.
Sucesivamente confié a mi guía la turbación que algún día me ha surgido y le expliqué el motivo: siento crecer en mi el deseo de Dios y de complacerlo, siento también paralelamente el impulso de esforzarme por reflejarlo a los demás y también de ser transparente, espontánea, genuina... siento en fin finalmente el Gozo de haber vuelto a la casa del Padre y creo que él hace surgir inevitablemente los aspectos positivos de mi carácter, pero no me quiero enorgullecer.
Después me detuve a hablar mis impresiones sobre el libro de los hermanos Guelpa que he empezado a leer: "Abriré un camino en el desierto". Mi maestro me explicó que "cuando Enrico Guelpa tuvo las visiones del Padre, la pureza y el candor de sus vestidos no los pudo describir. No tiene comparación en la Tierra, ¡Una azucena ni la luna misma pueden ser iguales al blanco que de ella se desprenden! el sentirse gusano frente a tanto esplendor es una palabra de lujo - No supo como responder y sólo tuvo el deseo de escapar! No es un blanco de la vista sino un blanco de la sensación, del alma. Las visiones son precisamente visiones del Alma y a los ojos humanos se superponen los ojos del alma!".
El volumen II de la trilogía "Sobre las huellas del maestro" es la revelación de Dios, de lo que él es; es un decubrir lo que es la liturgia de la Iglesia".
A mí personalmente el volumen que me gusta más es el volumen III "Una mirada sobre la Alma"... La forma directa de expresar que lo caracteriza me hace sentir implicado en primera persona, como si los ojos de aquella alma que observa la verdad fue al mismo tiempo la mía... o por lo menos, desearía estar en su lugar... Las reacciones que tiene la Alma implicada directamente en las visiones son las mismos advertidos por el alma del lector.
El deseo de leer éste libro todo de una vez es muy fuerte, pero las emociones que experimenta el Alma son intensas y es necesario entonces "metabolizar" el impacto. Tal que para mí basta la lectura de no más de 3 ó 4 páginas para tener "material" suficiente sobre el cual reflexionar y meditar en profundidad.
A mi maestro confié también que con el progresar en la oración, en el acercame al Señor con ciertos lenguajes de alabanza o de súplica al Sagrado Corazón de Jesus pruebo un fuerte sentimiento por mis faltas del pasado reciente y no tan reciente. No tanto porque yo no me ha perdonado, ni que vea el gran riesgo de que fácilmente el orgullo me pueda hacer caer, sino por la amargura de haber entristecido su Corazón Santo y Precioso y él como siempre me consuela con inmensa dulzura.
Si supiera verdaderamente de quién es el Corazón que ofendo, que ofendemos...nunca dejaríamos de cuidarno al detalle para evitar el pecado. Y sublimes son los siguientes párrafos del libro "Una mirada sobre la Alma" p. 22: "Desde lo último yo te elevo a la inmensidad para darte todo, la única condición que te pongo y que tienes que aceptar es el amor para que pueda llevarte conmigo a donde todo es delicia y tiempo sin límite. Yo el Abbà celestial, me inclino con amor hacia ti y te susurro: "¡¿Hijo hacia dónde vas?! ¿No sientes mi llamada? Te exhorto a abrir el corazón y entenderás la esencia de mi amor. Abre los ojos al amor, procede y yo te haré ganar el áspero combate entre la alma y el cuerpo. Hijo mío levántate y actúa. No importa cuantas veces tú te pares ni cuantas veces puedas caer, para mí vale el deseo que tengas de avanzar y mejorar - ".
Y en la p.38: "En todo caso, si Dios en su gran misericordia nos ha inundado con su Gracia, no tenemos por ello que alimentar nuestro orgullo, sino recordar que todo es para su gloria. Así podremos decir con el corazón en la mano: Si veo mi nada, es porque he intuido tu inmensidad. Si he decidido encaminame, camino, pero no corro todavía. Si corro, pero no vuelo encuentro de mi Señor, es porque no he experimentado su inmenso Amor, las cumbres que puede alcanzar,los ardores que puede engendrar" ¡Todo éste es lo que brota de mi Alma ahora que escribo! No leer este libro es una ocasión perdida para nuestra Alma: aquí ella halla finalmente su Voz
Martes 8
Este domingo después de tanto tiempo he podido "saborear" la Santa Misa como mi Alma deseaba... y exigía... He experimentado el BIENESTAR del que me hablaba mi maestro. He advertido claramente los cambios positivos entre alma y cuerpo. Cito ahora un hecho que me sucedió saliendo de la Iglesia al final de la celebración. Un niño corría fuera feliz y entusiasta pidiendo sus padres: "¡Mamá, papa, no corran! ¿No oyen las campanas que suenan?". Yo agradezco a aquel niño porque gracias a su espontaneidad, no solo yo, sino también otras personas ¡Nos detuvimos a admirar las campanas!
¡El niño había mirado en alto! ¡Cuantas veces yo he caminado con la cabeza baja, enredada en mis preocupaciones y quién sabe cosa otro me habré perdido! Precisamente a los niños está dedicada la cubierta posterior del libro "Una mirada sobre la Alma": "¿Ves a los niños cuando juegan parecen pajaros que cantan su gozo y tú, cómo es eso de sentirte en lo oscuro, tal vez el sol no te ilumina y calienta, la brisa no enreda tus cabellos y las flores no te acarician la mirada? Si nada te satisface es porque tienes la tristeza dentro, continuamente te precipitas en busca de algo que pueda hacerte feliz. Pero pasado el momento todo empieza de nuevo. Escudriña, por lo tanto, a fondo en tu corazón y verás a que te falta el gozo de amar y de ser amado!" Y concluyo con las palabras de un canto que expresa lo que he experimentado volviendo a casa el domingo: "es el gozo que me hace cantar, celebrando el Señor. Su Espíritu hoy canta en mí".