Llama viva
En Santa Rosa podemos ver el itinerario de quienes creen en el Amor y se deshacen de todo para correr hacia la unión transformadora de Cristo.
Únete a nosotros
De los "escritos" de Santa Rosa de Lima, virgen
El Salvador levantó la voz y dijo:
"Todos sabemos que la gracia sigue a la tribulación, significan que sin la carga de las aflicciones uno no alcanza la cima de la gracia, se entiende que a medida que aumenta la intensidad del dolor, aumenta la extensión de los carismas. Nadie se equivoque ni se engañe; esta es la única verdadera escalera al cielo, y fuera de la cruz no hay otra forma de llegar a el".
Al escuchar estas palabras, me sentí empujada a salir a la plaza para gritar a todos, independientemente de su edad, sexo y condición: escuchen, gente; escuchemos a todas las personas. En nombre de Cristo y con palabras de su propia boca, te advierto que la gracia no se recibe sin sufrir aflicciones. El dolor debe agregarse al dolor para lograr una participación íntima en la naturaleza divina, la gloria de los hijos de Dios y la belleza perfecta del alma.
Este mismo estímulo me empujó fuertemente a predicar la belleza de la gracia divina, me atormentó y me hizo sudar y añorar. Me pareció que el alma ya no podía permanecer en la prisión del cuerpo, pero que la prisión debería romperse, y que, libre y sola, con más agilidad, saldría al mundo gritando: ¡Oh, si los mortales supieran qué gran cosa es! ¡gracia, qué hermosa, qué noble y preciosa, cuántas riquezas esconde en sí misma, cuántos tesoros, cuánta felicidad y deleites! Sin duda irían en busca de molestias y dolores ellos mismos; irían a suplicar hostigamiento, enfermedad y tormento en lugar de fortuna, y esto para lograr el inestimable tesoro de la gracia. Esta es la compra y la ganancia final del sufrimiento bien aceptado. Nadie se quejaría de la cruz y los dolores que lo afectan si supiera qué escalas pesan en la distribución entre los hombres".
(Al doctor Castillo; ed. L. Getino, La Patrona dell'América, Madrid 1928, pp. 54-55)
También escribió dos hojas, una se refiere a las gracias y las pruebas internas del santo, y la otra a la escala mística.
Primera hoja
En la primera hoja, Rosa recortó tres corazones, uniéndolos en serie para mostrar gráficamente el comienzo de la secuencia de comunicación o gracias místicas. Cuando el padre Getino dio a conocer estos documentos, reflexionó sobre la similitud del lenguaje místico de Rosa con el de Santa Teresa de Jesus y San Juan de la Cruz. Gracias a las inspiraciones encontradas en esta primera hoja, se puede suponer que fueron escritas antes de la confesión general a la que fue sometida Rosa.
La posible fecha para dibujar estos gráficos es el 23 de agosto de 1614, la víspera de la fiesta del apóstol San Bartolomé. Rosa recibe la gracia cinco años antes (1609). En dos años de sufrimiento, podrían llevarnos a la época de su profesión terciaria secular (30/8/1607) y afirmar que, en cualquier caso, ella fue sometida a esta confesión general como requisito previo para ser un laico dominicano.
Uno de los textos en el lado izquierdo revela que Rosa entregó estos manuscritos a su confesor y guía espiritual para revisar y corregir sus errores como era habitual en ese momento, quien confirmó la autenticidad y originalidad de estos escritos de Santa Rosa.
Segunda hoja
La escalera espiritual dibujada por Rosa tenía el mismo significado que la escalera espiritual de San Juan Climaco; una obra que el hermano Luis de Granada publicó en 1562 que Rosa leyó. Y como las obras de San Juan se publicaron incompletas en 1618; posteriormente, el primer editorial del cántico apareció en 1627 y el segundo en 1703, cuando el Santo había muerto, y es poco probable que los escritos de Rosa fueran una copia del gran místico.
Las dos medias hojas
Notas escritas por la Santa en dos medias hojas de papel con gráficos y leyendas explicativas, encontradas en 1923 por el fraile Luis Getino en la habitación donde murió la Santa Virgen, actualmente Capilla del monasterio de Santa Rosa, también llamada de la Rosa.
"Recibi estas gracias en varias ocasiones que no puedo enumerar, porque las repitió muchas veces, alternando una gran cantidad de sufrimiento y crisoles muy exquisitos, como en varias ocasiones he escrito para la gloria de Dios".
Los siguientes grados corresponden a la purificación pasiva, que Rosa representa por medio de corazones, a veces atravesados por rayos de amor, otros heridos con una flecha o sumergidos en Dios, adornándolos con otros signos y voces en su orden: Al final, Rosa pinta en el corazón seis pequeñas alas con la cruz y bajo la imagen de la Santísima Trinidad, en cuyo corazón se pierde un corazón sin ninguna herida y con esta frase: "Encantamiento, embriaguez, secretos del amor divino ¡Oh, feliz unión, abrazo íntimo con Dios!"
Muy alta teología mística plenamente vivida por nuestra patrona. Es un llamado a buscar el Reino de Dios y la santidad de la vida, el resto viene por añadidura.