Charbel Makhlouf

El don de la curación

Santos Charbel, en su vida terrenal, ha descubierto en su vida terrenal el misterio del amor de Dios, recorriendo un estraordinario camino espiritual.
Jesùs hizo muchas curaciones y milagros, confiriendo a sus discípulos el poder de curar enfermedades. También al P. Charbel le concedió este don.

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Sor Marie-Abel Kamari de la Congragación del Sagrado Corazón de Bikfaya, quedó afectada por una gravísima forma de ùlcera pilórica que le impdía alimentarse. Curó instantaneamente el 12 de Julio de 1950 mientras rezaba en la tumba del santo. Esta prodigiosa curación fue fundamental para la causa de beatificacion de Charbel. Para la santificación fue presentada la prodigiosa curación de Myriam Aouad, de Mammana afectada de un incurable cáncer de garganta, que quedó curado en 1967.

El joven Najib Beik Al-Khoury sufría fiebres tifoideas, el padre médico, juzgando la situación desesperada, llamó al P. Charbel. El ermitaño se acercó al cabezal del muchacho, ya sin conocimiento y rezó por él. De inmediato el chico abrió los ojos y lo reconoció. El joven quedó curado totalmente.

Fray Boutros Jawad de Mechmech, sentía dolores en el pecho y en el estómago, desde hacía varios años, causándole dificultades respiratorias. Estaba siempre muy cansado; a oesar de los distintos tratamientos, no conseguía curar. Cuando el P. Charbel lo bendijo sanó al instante.

Moussa declaró que su hijo Tannous, de ocho años, era mudo de nacimiento. Lo hizo bendecir por el P. Charbel y desde aquel momento el niño comenzó a hablar de forma progresiva.

Marianne Nehme de Ehmej sufría pérdidas de sangre, desde hacía tres meses, que los médicos no conseguían cortar. La enferma se hizo llevar una cinta y un velo de un cuadro de la Virgen del Rosario, bendecidos ambos por el P. Charbel y la mujer sanó.

Ehmej Saba enloqueció tras contraer matrimonio. Rompía el rosario de su mujer, se arrancaba los vestidos, caminaba desnudo por los campos...La esposa decidió llevarlo al santo con mucho esfuerzo. El marido se negó a entrar en la ermita, mostrando gran resistencia. Charbel salió y le ordenó entrar en la Iglesia y entró con el santo en el templo. Charbel rezó sobre él y curó.

Bechara Antoun Al-Azzi, de Tabarja, estaba paralizado desde la infancia. Llevado al convento de Annaya ante el órgano del P. Charbel curó entre el estupor y la conmoción general de los presentes.

María Zwain tras el parto enfermó, degenerando en una parálisis total del cuerpo. Oyendo hablar de los milagros de Charbel quiso acercarse a Annaya. Fue llevada a lomos de un asno. LLegada al convento, le pidió al superior agua que hubiese lavado las manos del santo y, ante los ojos sorprendidos de los presentes,se puso a caminar.

En 1926 Youssef Nassif aseguró estar curado de una forma grave de oftalmia que sufría desde hacía tres años. Todos los remedios médicos habían resultado estériles. Youssef rogó a Charbel que lo curara. Durante diez años se lavó los ojos con agua que había tocado las manos del santo, e increiblemente, curó.

Iskandar Nalm Obeid, de Baabdate, que en 1937 había perdido la vista de ambos ojos, recuperó la visión mientras estaba rezando en Annaya, en la tumba de San Charbel. También declaró en el proceso de beatificación.

Nohad El Shami, una señora de cincuenta y cinco años, quedó afrectada por una hemiplegia (parálisis parcial) con doble oclusión de la carótida. En Enero de 1993 la mujer vio en sueños a dos monjes junto a su cama, y reconoció a Charbel imponiéndole las manos sobre el cuello. Cuando se despertó se dio cuenta de que estaba perfectamente curada, al haber recuperado la facultad de caminar. Desde entonces los fieles se reunen en la misa de la ermita de Charbel, el veintidós de cada mes.

Hosn Mohair nació con una pierna cincuenta cms. más corta que la otra. Llegóse un día a Annaya, a la tumba del santo, volvió a casa con el agua bendecida y con tierra recogida junto a la tumba, la mezcló y con aquel emplasto masajeó la pierna enferma todos los días, a pesar de que sus familiares intentaron persuadirla. Su fe fue premiada y obtuvo el milagro. Las dos piernas quedaron perfectamente. Desde entonces la chica anda sin cojear. Los notables del pueblo druso, que la conocían perfectamente, presentaron en 1950 declaraciones juradas testimoniando tan prodigioso hecho.

Iscandar Obeid de Babdat, de profesión cerrajero, por una astilla de metal, sufrió desprendimiento de retina, haciéndole perder la vista. Iskandar decidió confiarse a la intercesión de San Charbel, tras el parecer de los médicos que consideraron imposible la recuperación de su vista. En sueños vio al santo que le pedía llegarse hasta su tumba y él obedeció. Se repitió nuevamente el sueño y, esta vez, el santo le puso en el ojo ciego polvo, a la vez que le predijo que pronto curaría. Y al despertar se hizo realidad el prodigio.Iscandar recuperó la vista.

Nouhad El- Chame, que llevaba cincuenta y nueve años enferma, afirmó haber sido curada personalmente por el santo.

En Fénix, Arizona, una mujer hispano- americana de treinta años, Dafne Gutiérrez, fue diagnosticada a los trece años de Síndrome Arnold-Chiari. En 2014, a causa de un edema papilar del nervio óptico, perdió el ojo izquierdo a pesar de la intervención quirúrgica. Al año siguiente perdió el derecho quedando completamente ciega. El 16 de Enero de 2016 se acercó a la Iglesia local de San José, donde estaba expuesta temporalmente una reliquia de San Charbel. El párroco de la Iglesia, Wissam Akiki, imponiéndole las manos sobre la cabeza, había pedido la curación por medio de San Charbel. El milagro ocurrió a las cinco de la mañana el 18 de Enero. Gutiérrez sintió prurito en los ojos acompañado de una fuerte presión en la cabeza y en los ojos. Se despertó y cayó en la cuenta, con gran sorpresa, de que veía. Tres dias después se sometió a un examen oftalmoogico que confirmó la curación. inexplicable para los especialistas médicos.
El 10 de Septiembre de 1966 Nadia Sader, describe en un periódico local omo había sido curada de su enfermedad degenerativa tras haber tomado una infusión de hojas de roble bendecidas por San Charbel.

Una noche regresó tarde y el superior, como penitencia,no le dió el aceite para la lámpara. Cuando el P.Superior se retiró a su celda, vió que desde la cámara de Charbel provenía una luz oscura. Entrando, encontró al santo que leía los Oficiós a la luz de la lámpara y cuando preguntó cómo había conseguido el aceite, contestó: "No he puesto aceite, sino agua". Incrédulo el superior cogió la lámpara, que de inmediato se desvaneció, y la vació viendo que, efectivamente, salía sólo agua. Entonces antes de salir se arrodilló.

Ocho dias tras su muerte, ocurrida en la vigilia de Navidad, una extraña luminosidad envolvió su tumba durante cuarenta y cinco dias.
Se verificaron fenómenos extraordinarios en su tumba. Ésta fue abierta y el cuerpo fue encontrado intacto y sereno. Puesto en otro féretro se coloca en una capilla especial, y dado de que de su cuerpo emanaba un sudor rojizo, los vestidos fueron cambiados dos veces por semana. En 1927, habiéndose iniciado el proceso de beatificación, el ataud fue de nuevo exhumado. En Febrero de 1950 monjes y fieles vieron que el muro del sepulcro destilaba un líquido pegajoso. Suponiendo una filtración de agua, ante toda la Comunidad fue reabierto el sepulcroo. el féretro estaba intacto aun sereno y conservaba la temperatura del cuerpo vivo. El superior secó con un paño el sudor rojizo del rostro del santo y la cara quedó impresa en el paño.

Numerosos son los milagros, gracia y hechos prodigiosos atribuidos a la intercesión del P. Charbel, en el registro conservado en el convento de Annaya, donde están recopilados un centener de ellos, además de miles de cartas provenientes de todo el mundo, que testimonian los favores recibidos por los fieles cristianos, incluso musulmanes.