Infierno
Misericordia
Los Novísmos - Paraíso - Purgatorio.
Jesús desea convertir a los pecadores y alejarlos de la calle de la perdición. Él ha venido en el mundo para procurar la vida eterna a todo y desea que nadie sea maldito.
El mismo Jesús le revela a Sor María Faustina Kowalska "Tengo toda la vida eterna para usar justicia y sólo tengo la vida terrenal en que puedo usar ¡misericordia!".
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Misericordia divina
Jesús desea convertir a los pecadores y alejarlos del camino de la perdición. Él ha venido al mundo para darnos la vida eterna a todos y desea que nadie se angustie. El propio Jesús le revela a Sor María Faustina Kowalska: "Tengo toda la vida eterna para aplicar la justicia y tengo sólo la vida terrena por la cual puedo usar la misericordia; ¡ahora quiero utilizar sólo la misericordia!" Jesús, pues, quiere perdonar; no hay culpa tan grande que Él no pueda destruir en las llamas de su Corazón divino. El único requisito solicitado para conseguir Su misericordia es el arrepentimiento y el odio al pecado.
En estos últimos tiempos el mal está extendiéndose en el mundo de modo impresionante, mientras el Redentor ha mostrado con más intensidad su misericordia, hasta querer dar un mensaje a la humanidad pecadora y, para obrar con sus proyectos de amor, se ha valido de una criatura privilegiada: Josefa Menéndez.
El 10 de junio de 1923, Jesús se le apareció en toda su belleza celestial enmarcada de una soberana majestad. Su potencia se manifestó en el tono de la voz.
Josefa, escribe para las almas. Quiero que el mundo conozca Mi Corazón. Quiero que los hombres conozcan mi amor. Saben lo que he hecho por ellos. Los hombres buscan la felicidad lejos de Mí, pero inútilmente: no la encontrarán.
Me dirijo a todos, tanto a los hombres simples como a los poderosos. A todos les mostraré que, si buscan la felicidad, Yo soy la Felicidad; si buscan la paz, Yo soy la Paz; Yo soy la Misericordia y el Amor. Quiero que este Amor sea el sol que ilumina y caliente a las almas.
¡Quiero que el mundo entero me conozca como el Dios de la Misericordia y del Amor! Quiero que los hombres conozcan mi ardiente deseo de perdonarlos y de salvarlos del fuego del infierno. Los pecadores no teman, los más culpables no se me escapan. Los espero como un Padre, con los brazos abiertos, para dar a ellos el beso de paz y de verdadera felicidad.
Para ser felices, Dios no necesita ni del hombre ni de sus servicios, porque se basta a Sí mismo. Su gloria es infinita y ninguno puede disminuirla. Pero Dios, que es infinitamente potente e infinitamente bueno y ha creado al hombre tan sólo por amor, ¿cómo podría dejarlo partir y después morir de aquel modo? ¡No! Le dará otra prueba de amor, y frente a un mal infinito le ofrece un remedio de valor infinito. Una de las tres Divinas Personas tomará la naturaleza humana y reaparecerá el mal ocasionado por el pecado".
Hablaré primero a aquéllos que no Me conocen. Sí, a ustedes, hijos queridos, hablo a ustedes, que desde la infancia viven lejos del Padre. ¡Vengan!!!! Les diré porqué no lo conocen y cuando entiendan Quién es y cuán amante y tierno Corazón tiene para ustedes, no podrán resistir a su amor. Sucede seguido que aquéllos que crecen lejos de la casa paterna no experimentan ningún afecto por los padres. Pero, si un día experimentaran la ternura del padre y de la madre, no se despegarían más de ellos y los amarían más que aquellos que siempre estuvieron con sus padres.
Hablo también a mis enemigos. A ustedes que no sólo no me aman, sino que me persiguen con vuestro odio; pregunto tan solo: ¿por qué este odio tan arraigado? ¿Qué mal les he hecho para que maltraten así? Muchos no se han hecho nunca esta pregunta y ahora que la dirijo a ellos, tal vez responderán: "Siento dentro de mí este odio, pero no sé cómo explicarlo". Pues bien, responderé yo por ustedes. Si en vuestra infancia no me conocieron fue porque nadie les enseñó a conocerme. Mientras ustedes crecían, las inclinaciones naturales, la atracción por el placer y el deseo de la riqueza y de la libertad crecieron con ustedes. Después, un día oyeron hablar de Mí, oyeron decir que para vivir según Mi voluntad, se necesitaba tolerar y amar al prójimo, respetar sus derechos y sus bienes, someter y encadenar la propia naturaleza, o sea, vivir bajo una ley.
Y ustedes, desde los primeros años no vivieron más que con el capricho de vuestra voluntad y los impulsos de vuestras pasiones, ustedes que no saben de cuál ley se trata y han protestado con fuerza: "No quiero otra ley que mis deseos; quiero gozar de ser libre!" Este porqué es por el que empezaron a odiarme y a perseguirme. Pero Yo, que soy vuestro Padre, los amé y, mientras con tanto hincapié trabajan contra de Mí, Mi Corazón más que nunca se llenaba de ternura por vosotros. Así transcurrieron muchos años de vuestra vida...".
Crean en Mi amor y en Mi misericordia. ¿Me han ofendido? Yo los perdono. ¿Me han perseguido? Yo los amo. ¿Me han herido de palabras y de obras? Yo quiero hacerles el bien y ofrecerles mis tesoros. No crean que ignoro cómo han vivido hasta ahora. Sé que han despreciado Mis gracias y que algunas veces han profanado Mis Sacramentos. No importa, ¡Yo los perdono! ¡Si, quiero perdonar! Yo soy la Sabiduría, la Felicidad, la Paz, soy la Misericordia y el Amor.
"¡Infelices aquellos que se hacen sordos a su voz! Si no dejan el pecado, si no se dan al amor de Dios, por toda la eternidad serán víctimas del odio a su Creador. Mientras que estén en esta tierra y no acojan la Divina Misericordia, en la otra vida deberán sufrir el poder de la justicia Divina. ¡Es una cosa horrible caer en las manos del Dios viviente!".
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