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Los Diez Mandamientos

"Si quieres entrar en la vida eterna, guarda los mandamientos"
(Mt 19,17).

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Magisterio

12. Sólo Dios puede responder a preguntas sobre el bien, porque Él es el bien. Pero Dios ya ha respondido a la pregunta: lo ha hecho creando al hombre, haciéndolo con sabiduria y con amor para su fin, mediante la ley escrita en su corazón (Rm 2,15), la ley natural... el don del Decálogo es promesa y signo de la Alianza Nueva, cuando la ley esté escrita en el corazón del hombre definitivamente (Jer 31, 31-34), en sustitución de la ley del pecado, que aquél corazón había desfigurado (Jer 17,1).
Por eso, tras sentenciar "Uno sólo es El Bueno", Jesús responde al joven "Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos" (Mt 19,17). Es enunciado de tal modo que está estrechamente unido- vida eterna y cumplimiento de los mandamientos de Dios- puesto que son las leyes que Él nos ha dado como camino y vehículo que conducen a la vida.
El mandamiento va ligado a una promesa en la Antigua Alianza, era la posesión de tierras por las que el pueblo se dejó conducir a una existencia en libertad u según justicia en (Dt 6, 20-25): en la Nueva Alianza el objeto de la promesa es el Reino de los Cielos.
A esta mismísima realidad del Reino hace referencia la expresión "vida eterna", que es participación de la vida misma vida de Dios: ella se realiza a la perfección tras la muerte, pero ya existe en la fe como luz de verdad, brota de sentido para la vida y es incipiente participación a una plenitud en el seguimiento de Cristo.

13. La respuesta de Jesús no basta al joven, que sigue interrogando al Maestro acerca de los mandamientos a guardar, pues Él pregunta: ¿Cuáles? (Mt 19,18). Pide qué hacer exactamente para poner de manifiesto el reconocimiento de la santidad de Dios. Tras haberle mirado con cariño, Jesús le recuerda los mandamientos del Decálogo, que vuelven su atención hacia el prójimo. Jesús responde: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no testificarás en falso, honrarás a tu padre y a tu madre, ama al prójimo como a tí mismo (Mt 19, 18-18). Los mandamientos representan la condición y la base para el amor al prójimo, puesto que son la primera parada en el camino hacia la verdad, su inicio: La libertad consiste en estar exentos de crímenes como serían el homicidio, el adulterio, la prostitución, el hurto, el fraude, el sacrilegio y similares. Cuando uno empieza a no cometer estos crímenes, comienza a levantar la cabeza hacia la libertad: pero este no es el principio de la libertad, al menos no el de la libertad perfecta.
(La primera libertad. San Agustín).

17. No sabemos hasta qué punto el joven del Evangelio comprendió el profundo significado de la primera respuesta que le dio Jesús Si quieres entrar en la vida eterna, guarda los mandamientos. Sin embargo, el empeño que manifestó el joven en el cumplimiento de las leyes morales es indispensable para que pueda germinar y madurar el deseo de perfección, esto es realización de su significado cumplido en el seguimiento de Cristo.
(Veritatis Splendor, Carta Encíclica de Juan Pablo ll).

Catecismo de la Iglesia Católica

EL DECÁLOGO EN LA SAGRADA ESCRITURA
2056. La palabra "Decálogo", significa literalmente "Diez palabras" (Éx 34,28 Dt 4,13 y 10,4). Estas diez palabras, Dios las ha revelado a su pueblo en el Monte Santo. Las ha escrito con su "dedo" (Éx 31,18), a diferencia de otros preceptos que escribió Moisés. Son las palabras de Dios por excelencia, y han sido transmitidas por el Libro del Éxodo y el del Deuteronomio. Al final del Antiguo Testamento, los libros sagrados hacen referenia a las "diez palabras": pero alcanzan su pleno sentido en la Nueva Alianza, cuando Jesucristo nos las revela.

2058. Las "diez palabras" resumen y proclaman la ley de Dios "Estas palabras las pronunció el Señor a toda vuestra asamblea, en el monte, en el fuego, desde la nube y desde la oscuridad, con voz poderosa, y no añadió otra Las escribió sobre dos tablas de piedra y me las dio" (Dt 5,22). Por eso, estas palabras son llamadas el Testimonio (Éx 25,16). Ellas contienen las cláusulas de la alianza, firmadas entre Dios y su pueblo, estas Tablas de Testimonio (Êx 31,18- 32,15 y 35,29), "deben ser colocadas en el arca" (Éx 25,16 y 40, 1-2).

EL DECÁLOGO EN LA TRADICIÓN DE LA IGLESIA.

2065. A partir de San Agustín los "diez mandamientos" tienen un sitio preponderante en la catequesis de los futuros bautizados y para los fieles. En el siglo quince se tomó la costumbre de aprender los preceptos del Decálogo en versos rimados, más fáciles de memorizar y positivos. Aun hoy se hace así. Los diferentes Catecismos de la Iglesia Católica, con frecuencia, han expuesto la moral cristiana siguiendo el orden de los "diz mandamientos".

2068. El Concilio de Trento enseña a los cristianos, en los diez mandamientos, que el hombre justificado debe observarlos. Y el Concílio Vaticano ll lo ratifica: "Los Obispos, como sucesores de los Apóstoles, reciben del Señor... la misión de enseñar a todas las gentes y a predicar el Evangelio a toda criatura, para que todos los hombres, por medio de la fe, del Bautismo y de la observancia de los mandamientos, obtengan la salvación".
(Lumen Gentium, 24).

2069 (...) Las dos Tablas se iluminan entre ellas: pues forman una unidad. Transgedir un mandamiento supone infringirlos todos. No se puede honrar a Dios sin amar a los hombres, sus criaturas. El Decálogo unifica la vida teologal y social del hombre.

EL DECÁLOGO Y LA LEY NATURAL

2070. Los diez mandamientos pertenecen a la revelación de Dios. Al mismo tiempo nos enseñan la verdadera humanidad del hombre. Iluminan sus deberes esenciales e, indirectamente, los derechos fundamentales a la naturaleza y a la ley natural.

LA OBLIGACIÓN DEL DECÁLOGO

2072. Puesto que enuncian los deberes fundamentales del hombre hacia Dios y hacia el prójimo, los diez mandamientos revelan, en su contenido esencial, las obligaciones graves. Nadie puede desentenderse de ellos. Los diez mandamientos son incisos de Dios en el ser humano.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS

  1. No tendrás otro Dios fuera de Mí.
  2. No pronunciarás el nombre de Dios en vano.
  3. Acuérdate de santificar las fiestas.
  4. Honra a tu madre y a tu madre.
  5. No matar.
  6. No cometer actos impuros.
  7. No robar.
  8. No darás falso testimonio.
  9. No desear la mujer de otros.
  10. No desear las cosas de otros.
Para saber más visita el Sítio Web: Los Diez Mandamientos.

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