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La Pasión

La muerte violenta de Jesús no fue fruto de un cúmulo de circunstancias desfavorables, porque pertenece al designio misterioso de Dios: así lo explica San Pedro a los hebreos de Jerusalén, al final de su primer discurso, en Pentecostés: "a éste, entregado conforme el consejo y previsión divina, lo matásteis crucificándolo por medio de inícuos"
(Hech 2,23).

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La Pasión de Jesucristo

Este lenguaje bíblico no significa que aquellos que han entregado a Jesús, hayan sido sólo ejecutores pasivos de un acontecimiento escrito con anterioridad por Dios (Cat. 599).

Todos los momentos del tiempo están presentes, ante Dios, en su totalidad. Él establece su designio eterno de predestinación incluyendo la respuesta libre de todo hombre a su Gracia. En esta ciudad se reúnen a la vez, contra Tu santo siervo Jesús, que has ungido como Cristo, Herodes y Poncio Pilato con las gentes y el pueblo de Israel, para cumplir lo que tu mano y tu voluntad habían ordenado con anterioridad que aconteciese "Pues en verdad se reunieron en esta ciudad contra tu santo siervo Jesús, al que ungiste, Herodes y Pilato, con los gentiles y pueblo de Israel, para hacer lo que tu poder y sabiduría habían determinado que se hiciera" (Hech 4, 27-28). Dios ha permitido los actos derivados de su cegurera al fin de cumplir su designio de Salvación. (Cat. 600).

Este designio de abrazar el deseo de amor redentor del Padre, anima toda la vida de Jesús, porque su Pasión redentora es la razón de ser de su Encarnación "Padre, sálvame de esta hora. Pero para esto he llegado a esta hora" (Jn 12,27).

El libre ofrecimiento que Jesús hace de sí mismo, tiene su más alta expresión en la Cena celebrada con los Doce Apóstoles noche en que fue traicionado (1 Cor. 11,23). La vigilia de su pasión, Jesús, cuando aun era libre, ha dado esta última cena a sus a sus Apóstoles en memorial del voluntario ofrecimiento de sí al Padre para la salvación de la humanidad Este es mi Cuerpo dado a vosotros (Lc 12, 19) "Esta es mi Sangre de la Alianza, derramada por muchos, para el perdón de los decado" (Mt 26,28).

Este sacrificio de Cristo es único, pues cumple y supera a todos los sacrificios. Es antetodo, un don de Dios Padre mismo que envía a su Hijo para reconciliarnos con Él. Y al mismo tiempo es ofrecimiento de su Hijo que, libremente y por amor, ofrece la propia vida a Su Padre, en el Espíritu Santo para reparar nuestra desobediencia (Cat 614).

Es el amor "hasta el fin" (Jn 13,1) que da en redención, reparación, expiación y satisfacción al sacrificio de Cristo. Él nos ha conocido y amado a todos en el ofrecimiento de su vida El amor de Cristo nos empuja al pensamiento de que uno ha muerto por todos, pues entonces todos estaban muertos (1 Cor 5, 14). Ningún hombre, ni el más puro y santo, está en condiciones de tomar sobre sí los pecados de todos los hombres y de ofrecerse en sacrificio por todos. La existencia en Cristo de la Persona Divina del Hijo, que supera a la vez y abraza a todas las personas, lo constituye en Cabeza de toda la humanidad, hace posible su sacrificio redentor por todos (Cat 616).

La narración de la Pasión tiene el origen en los Evangelios. Los evangelios canónicos representan las principales fuentes relativa a los acontecimientos del proceso y la pasión de Jesús. La Pasión de Jesús se desarrolla según las siguientes etapas:

  • Jueves noche, Jesús celebra con sus discípulos la Pascua hebrea. El lugar de esta celebración es el Cenáculo que se encuentra en el monte Sión.

  • Tras la cena, Jesús baja hasta el huerto de Getsemani, donde se retira en oración. Mientras, Judas Iscariote conduce hasta Getsemani a los sacerdotes, que, con los guardias del Sanedrín, arrestan a Jesús.

  • Jesús es conducido al palacio del Sumo Sacerdote Caifás, donde es procesado por el Sanedrín.

  • El proceso termina con el canto del gallo: cuando se acerca el alba.

  • Mañana del viernes, apenas se hace de día, los sacerdotes llevan a Jesús a Poncio Pilato, que reside en la Torre Antonia, situada en la explanada del Templo. Pilato envía a Jesús a Herodes Antipas, el cual, tras haberlo interrogado, se lo devuelve. El juicio de Pilato concluye hacia el mediodía.

  • Según San Marcos Eran las nueve de la mañana cuando lo crucificaron (Mc 15,2).

  • Jesús muere a las tres de la tarde del viernes.

  • José de Arimatea se llega hasta Pilato y le pide el cuerpo de Jesús. José, obtenido el permiso, se procura la sábana funeraria para enterrar a Jesús. Al final, y con Nicodemo, baja de la Cruz a Jesús, y su cuerpo es depositado en un sepulcro nuevo allí cercano.

"Por la gracia de Dios, Él ha probado la muerte en beneficio de todos" (Heb 2,9). En su designio de salvación, Dios ha dispuesto que su Hijo no sólo muriese "por nuestros decado" (1 Cor. 15,3), sino que también probase la muerte: la separación del alma de su cuerpo, durante el tiempo transcurrido entre su expiración y la resurrección. Este estado de Cristo muerto es el misterio del sepulcro y del descenso al inframundo. Es el misterio del Sábado Santo en el que Cristo manifiesta el gran descanso sabático de Dios tras el cumplimiento de la salvación de los hombres, que pone en paz al universo entero (Cat. 624).

Para saber más, visita el Sítio La Pasión y crucifixión de Jesucristo: un grito de amor.

Sítios relacionados:

* Las vías de la Pasión tratada en el libro Abriré un camino en el desierto.


* Los caminos de la Pasión tratada en Las revelaciones de Sor Ana Catalina Emmerick. * Los caminos de la Pasión tratada en Las revelaciones de María Valtorta