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Monastero La meditación refuerza el sistema inmunitario, previene las enfermedades, combate la depresión y activa el cerebro.

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La Fuerza de la oración

Los investigadores de la universidad de San Francisco, han contratado a un maestro y le pidieron enseñar la práctica a voluntarios: el protocolo preveía dos sesiones de grupo y seis horas de meditación individual al día durante tres meses. Al final, los que habían seguido las indicaciones del maestro, tenían un nivel de telomerasa (la enzima que reconstruye los telómeros cuando éstos se reducen) del 30% superior al medido en 30 voluntarios sanos y similares en edad, sexo y condiciones de salud.

El estudio muestra que la meditación reduce el proceso de envejecimiento. Y lo hace actuar en el cerebro donde induce reacciones capaces de ayudar a gestionar el estrés y a capitalizar las sensaciones de bienestar. Tanto que, algunos investigadores sostienen una natural tendencia de nuestro organismo a la relajación.

El "Studio Massachuset General Hospital", en colaboración con el centro de genómica del Beth Israel Deaconess Medical Center, muestra cómo la meditación modifica las actividades de genes relacionados con inflamación, la muerte celular y el control de los radicales libres responsables responsables de los daños del ADN. Y, luego, cómo reduce el envejecimiento, con una rapidez insospechable parauna práctica tan "soft": dos meses de práctica bastan para modificar alrededor de 1.500 genes. "Hemos visto que actúa en la actividad de la mente, puede alterar el modo en el que nuestro organismo activa instrucciones genéticas fundamentales,la mente tiene la capacidad de encender y apagar los genes y luego calmar el estrés, significa mejorar la salud" Herbert Benson, uno de los responsables de la búsqueda.

El Departamento de Psicología de la Universidad La Sapienza, explica por medio de Antonio Raffone: "Hemos visto que distintas prácticas de meditación activa diversas áreas en el cerebro ... Sabemos que pocas semanas de meditación bastan para obtener cambios importantes". Y no hay necesidad de retirarse a un monasterio: un reciente estudio de la universidad de Wake Forest en Wiston-Salem, demuestran que cuatro dias de práctica meditativa, pueden ser suficientes para hacernos más lúcidos y atentos.

La meditación modula la actividad del sistema inmunitario. Así lo explica el presidente honorario de la Sociedad Italiana de Psiconeuroendocrinoinmunología y autor de "Mente Inquieta", manual de meditación, editado por Teniche Nuove, Francesco Battaccioli: "La meditación pone al organismo en condicciones de reacción con eficacia a las agresiones, pero evitando peligrosos excesos de inglamación".

Afirma un estudio sobre mujeres enfermas de tumor mamario, publicado en la revista "Brain Behaviour and Immunity": se ha visto que las mujeres que habían aprendido a meditar tenían niveles de cortisona definitivamente más bajos que las de una persona sana. Un grupo de investigadores de la universidad de Wisconsin ha examinado 43 estudios, llegando a la conclusión de que la meditación puede ayudar a los enfermos de cáncer a combatir el insomnio, sino también a la fatiga, la postración, que es un efecto colateral de muchas terapias.

Otros estudios demuestran que preacticar la meditación ayuda a controlar los estados emocionales extremos, especialmente el miedo, actuando en la actividad de las amígdalas. Y que tiene un efecto, no sólo sobre los síntomas ansioso-depresivos, sino también sobre los niveles hormonales ligados a los efectos fisiológicos del estrés.

El neocórtex o corteza cerebral, aun teniendo un espesor de 3-5 milímetros, excluyendo el cerebelo contiene más células nerviosas que cualquier otra estructura cerebral. La Universidad de California - Los Angeles, ha concluido los estudios en los cuales han atestiguado que la meditación aumenta la densidad de la masa cerebral y refuerza las conexiones entre las células cerebrales. La profesora Eileen Luders, asistente junto al laboratorio de Neuro Imaging y sus colegas, han descubierto que las personas que meditan tienen un número mayor de "girificazioni" (o formación de pliegues y surcos cerebrales que permiten al cerebro procesar información con más velocidad). Han comprobado, además, una correlación directa entre el número de años de meditación y el número de pliegues y surcos, proporcionando una prueba más de neuroplasticidad del cerebro en su capacidad de modificar sus conexiones sinápticas.

Comparando los datos revelados mediante la resonancia magnética, las diferencias contrastadas entre el grupo de meditadores y los demás, se han revelado muchas evidencias. En especial, en la parte del cerebro, ínsula derecha e izquierda dorsal, ligada al sistema nervioso autónomo, afectivoo y cognitivo.