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Jesús revela al Padre

   La revelación es el acto con cuyo Dios se hace conocer por los hombrÉx. El hombre conoce de Dios solo lo que Él mismo le comunica y es por éste que el Dios del antiguo Testamento, es un Dios escondido, (Is 45,15).
   Raramente Dios se ha revelado directamente y éste sólo ha ocurrido en casos particulares, como a Abraham, Gén. 18, 1-5; 19, 27-28, Giacobbe, 32,64 ss.), y Moisés, (Éx. 3,6-19, en la visión del Oreb y el Sinai, Éx. 19,20, 24; Dt 5,4-5).
   Dios ha hablado directamente a los profetas: a Elia (1 Reyes 17, 2-8), a Isaías (7,3; 8,15), a Geremia(1,2; 2,1; 36,26).
   Él también se ha manifestado por muchas seńales, como la nube (Éx. 13.21), el fuego (Es 3,2) la tempestad (Éx. 19,16), El soplo del viento (1 Reyes 19,12 ss.).
   Él, además, se hace reconocer en la visión, en el sueńo (Gén. 28,10-16; 37,5-11), en las apariciones (Gén. 15,1; Éx. 20,22; 1 Sam 3), y sobre todo con la palabra (Éx. 24,38; Dt 4,8; Is 6,8; Ger. 1,2., por todo esto, Cfr. Revelación, en Diccionario enciclopédico del Biblia y el mundo Bíblico, Massimo editorial, pp. 642-643).
   La primera impresión suscitada por Jesús en sus discípulos y en las muchedumbres que lo siguen, es ciertamente aquel de un profeta, de un gran profeta.
   Lentamente, en cambio, se empieza a intuir que Él es más que un profeta. Lo demuestran las palabras, las acciones, las seńales y los milagros acabados.
   Jesús manifiesta claramente "la pretensión de actuar en el sitio de Dios, perdonando los pecados, proclamándose Seńor del sábado, cumpliendo milagros a nombre propio, solicitando por si un amor total y exclusivo, dejando entender de ser superior a todos los personajes, a todas las instituciones y a las realidades religiosas de su pueblo (La Torah, el templo, el sábado, David, Salomón, los profetas, los ángeles, etc.)(Franco Ardusso, Jesús revelador definitivo, en Historia de Jesús, y. Rizzoli, vol II, p. 470).
   Jesús se manifiesta, por lo tanto, no solamente como un profeta, pero como el "Revelador definitivo del Padre".  La Carta a los Judíos declara solemnemente esta sublime realidad: "Dios, que habló ya en los tiempos antiguas muchas veces y de diferentes modos a los padres a través de los profetas, últimamente, en estos días, nos ha hablado a través del Hijo, que heredero de todas las cosas ha constituido y a través del que ha hecho también el mundo, Eb 1,1-2.
   Al principio del cuarto Evangelio se lee: "Al comienzo fue el Verbo, y el Verbo estuvo cerca de Dios, y el Verbo fue Dios" (Gv 1,1). Dios se hace conocer, por lo tanto, por el Hijo que es el Verbo, la Palabra encarnada: "Dios ninguno lo ha visto nunca: justo el Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, se lo ha revelado (Gv 1,18).
   Jesús no sólo el Padre" ha visto (Gv 6,46), pero también es "el anillo de enlace entre el Padre invisible y los hombres" (Franco Ardusso, Jesús revelador definitivo, en Historia de Jesús, y. Rizzoli, vol II, p. 470).
   "Jesús revela el Padre y su voluntad durante toda su vida terrenal, pero promete a los discípulos que les hablará del Padre después de su muerte,  << no más en similitudes, pero abiertamente >> "(Gv 16,25). Eso ocurrirá con el Espíritu Santo que iluminará el pueblo cristiano a la llena comprensión de lo que Jesús ha dicho sobre el Padre.
   En el pensamiento de S. Juan de la Cruz es comprendido quizás lo que el Padre quiere decirle al hombre en respeto a Jesús, la Palabra del Padre: "żSi yo - dice el Padre - te he dicho toda la verdad en mi palabra, es decir en mi Hijo, y no tengo que otro manifestarte, como puedo contestarte y revelar alguna otra cosa? Sólo fija los ojos sobre Él, en el que te he dicho y revelado todo, y os encontrarás más de lo que preguntas y deseos.... Si lo miraras, os encontrarás todo... en cuanto yo os he hablado ya, contestado, manifestado y revelado cada cosa, dándovoslo para hermano, compańero, maestro, precio y premio"(Giovanni de la Cruz, Subidos monte Carmelo II, 22, 5, en Franco Ardusso, Jesús revelador definitivo, en Historia de Jesús, y. Rizzoli, vol II, p. 470.

 

PARA EL DESCUBRIMIENTO DE JESÚS DE NAZARETH

 

Jesús en la historia  Nazareth
Belén La Familla de Nazareth
El primer anuncio El lugar de la Misión
El idioma de Jesús  Los milagros
Jesús el Profeta Jesús revela al Padre
Jesús revela el amor del Padre El Buen Pastor
El camino de la Cruz El ruego de Jesús
El Padre nuestro Jesús y las mujeres 
Los pequeńos El nuevo Pueblo de Dios
Jesús y el Dinero Bienaventurados a los pobres de espíritu
Jesús y el ambiente de Israel La psicología de Jesús
Jesús elige a los Doce y a los discípulos La misíon entre los gentiles
El "Hijo del hombre" Las parábolas
Jesús, Maestro de sabiduría Jesús y la Sagrada Escritura
La familla y la parentela Su "Pan"
Jesús exorcista Jesús frente a los pecadores
Las parábolas de la misericordia Las controversias en Galilea
La crisis en Galilea La Transfiguración
Jerusalén La última Cena 
La Pasión  Resurreción - primera parte
Resurreción - segunda  parte Jesús Cristo hombre y Dios

 

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