El consejo de la Credenza
En la ciudad de Ivrea, durante el periodo comunal, la facultad de legislar correspondía a dos Consejos y a dos Credenze integradas y presididas por el Podestà.
Casi con seguridad, antes del 1300 existían una Credenza y un consejo; pero después pareció mejor hacer participar a un número más elevado de ciudadanos en las deliberaciones de mayor importancia. Los miembros de la Credenza, lamados Credendari, debían tener la ciudadanía eporediense y eran elegidos de por vida.
Más o menos hacía la mitad del 1300 existían 2 Credenze
(Credencias):
La Credencia general se ocupaba de los problemas más sencillos, en cambio, cuando se trataba de decidir los gastos del Ayuntamiento, de hacer alianzas o de declarar la guerra, tenía que tomar los acuerdos con la Credencia de los jefes de casa. Había, además, un Consejo privado y un consejo de los 24 de mayor censo (formado por las familias más ricas de la ciudad); el primero se ocupaba de los asuntos de administración ordinaria; en cambio, el segundo intervenía en los problemas más importantes. La Credencia general se ocupaba de todos los asuntos. Cuando se tenía que deliberar sobre problemas importantes como la paz o la guerra, se intentaba la aprobación de los jefes de casa; en estos casos, las dos Credencias se reunían. Las decisiones de la Credencia tenían que ser respetadas por todos a fin de que no se pudieran cambiar o anular. Cada año, a principios de Agosto, el Consejo de la Credenza tenía que convocar una reunión para decidir si eran necesarias reformas o ampliaciones de los Estatutos. |
Si se reconocía tal necesidad, se elegía una comisión compuesta de tres o cuatro estatutarios por barrio y por un Notario, los cuales, en el plazo de 15 días, tenían que presentar las reformas y nuevas disposiciones sobre pergamino, con los artículos en cinabrio (es decir, escritos en rojo). La Credenza, además, aprobaba los estatutos especiales de las diferentes corporaciones y todos los artesanos tenían que jurar cada año al Podestá que harían su trabajo según las reglas establecidas. La Credenza establecía las tarifas de cada arte y oficio.