Fue edificada en torno a 1220, según la tradición, por consejo de San Francisco de Asís, para obtener protección de las granizadas que a menudo asolaban los campos.

Antiguamente, el día de la Epifanía, las autoridades de Ivrea subían en procesión a la capilla para ofrecer tres cirios votivos.

Desde hace algunos años, en el marco de las manifestaciones del carnaval de Ivrea, se ha recuperado solemnemente esta antigua ceremonia con la participación del obispo eporediense y del grupo histórico que representa al podestà medieval y al Consejo de la Credenza.

La pequeña construcción en etilo románico tosco consiste en una sola nave con bóveda de cañón, muros macizos, poquísimas aperturas y suelo de piedra y barro prensado. La única decoración que embellecía el edificio consistía en unos frescos hoy prácticamente perdidos.

En la capilla se veneraba a la Virgen, representada en un icono en el que presenta a Jesús a la adoración de los Tres

Reyes, actualmente conservado en el museo Garda.

Sobre el altar pendía una estrella que recordaba al cometa que guió a los Reyes Magos. El pueblo llamó a la iglesia ” Virgen de la Estrella“, y a aquel monte “Monte Estrella “. La iglesia fue restaurada en 1754 y en esta época se le añadió la sacristía. Más tarde fue abandonada y comenzó su ruina. En 1980 se inició su restauración y se construyó  la carretera que sube de la plaza del mercadillo a la capilla.