El Buen Pastor
"Ninguna imagen de Cristo en el
curso de los siglos - escribe A. J. Simonis - ha sido nunca más querida en el
corazón de los cristianos que aquel de Jesús Buen Pastor".
En el lenguaje figurado del oriente antiguo "el Pastor indica de manera
popular al rey y a los otros jefes del pueblo, especialmente como salvadores y
libertadores en el sentido religioso" (Diccionario enciclopédico del Biblia y el
mundo Bíblico. Massimo, Milán, p.570).
En los libros de Ezequiel (Ez 34) y Jeremias (Jer 23), están presentes los
temas encontrados en los demás pasos del antiguo Testamento: "los malos
pastores, cuyo rebaño ha sido dispersado; Yahvé verdadero pastor de Israel; el
Pastor mesiánico que él mandará un día (Diccionario enciclopédico del Biblia y
el mundo Bíblico Massimo, Milán, p.570) "Suscitaré por ellos a un pastor que las
apacentará, mi siervo David. Él las apacentará y será sus pastor; yo, el Señor,
seré su Dios y David mi siervo será príncipe entre ellos: yo, el Dios, he
hablado. (Ez.34,23-24).
"Paradójicamente en el antiguo
Testamento Dios no se presenta casi nunca con el apelativo de <<Rô ‘eh >> o
Pastor de Israel. A parte cuatro antiguos testimonios bíblicos que lo califican
con este título, Gen 48,15 y 49,26; Salmo 22 [23] y 79 [80]), el título de
Pastor de Israel es reservado a una persona que tiene que venir.
"Y tú, Belén de Efrata tan pequeña para estar entre las capitales de Judas,
por tí saldrá el que tiene que ser el dominador en Israel; sus orígenes son
desde la antigüedad, desde los días más remotos. Por tanto Dios los pondrá en
poder del estranjero hasta cuando quien que tiene que parir parirá; y el resto
de tus hermanos les volverá a los hijos de Israel. Él estará allá y apacentará
con la fuerza de Dios, con la majestad del nombre del Señor su Dios. Habitarán
seguros porque entonces él será grande hasta los últimos confines de la tierra.
Muchas personalidades del mundo
Bíblico llevarán el título de Pastor: Moisés, (Salmo 76 [77]), Giosuè, Num
27,18-21, David y los siguientes Reyes de Israel. Pero, ya que muchos de estos
Reyes se han demostrado indignos de gobernar al pueblo de Dios, y lo demuestran
los escritos de los profetas que no atribuyen a ellos el título de Pastor, Dios
"no entregará su rebaño a la ruina total; volverá a hablar personalmente a su
pueblo y dispondrá el envío de un Pastor excepcional que querrá de veras su
rebaño y lo conducirá a la salvación definitiva. De esta forma el tema del
pastor adquiere durante el destierro y en los años siguientes, a la vuelta por
el destierro de Babilonia, en los siglos quinto y cuarto antes de Cristo, un
sentido que se refiere a los últimos tiempos, los del Mesías. Entonces se
revelarán la fidelidad heroica del Pastor transfijo para su rebaño ( Zac 12,10)
y la fidelidad del rebaño purificado y su Pastor. Se prepara así la misión de
Jesús << Pastor grande de las ovejas >>. Que salva su rebaño << en virtud de la
sangre de una alianza eterna >> (Carta a los Hebreos 13,20) (Cfr Dalmazio Colón,
Pastor y rebaño: de Yahvè a Jesús, en Historia de Jesús Rizzoli, vol 3, p. 978.
Jesús es el Pastor que da la vida para sus ovejas, las salva y tiene unidas según las promesas de Dios, a través de su muerte y resurrección. Es él mismo que se presenta como tal cuando dice:
"Yo soy el buen pastor. El buen pastor expone su vida para los ovejas…yo soy el buen pastor, conozco mis ovejas y mis ovejas me conocen, como mi Padre mi conoce a mí y yo conozco al Padre; y doy mi vida para las ovejas. Y tengo otras ovejas que no son de este redil; también estas las tengo que conducir; escucharán mi voz y se convertirán en un solo rebaño y un solo pastor"(Jn 10,11.14-16.)
Es un pastor que dará también su vida por sus ovejas. Lo preanuncia a sus
amigos cuando dice:
<< Todos
quedaréis escandalizados, ya que está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán
las ovejas. Pero, después de mi resurrección iré delante de vosotros a Galilea
>> (Mc14,27-28).
El autor de la carta a los
Hebreos afirma claramente que el Dios de la paz ha hecho volver desde los
muertos al Pastor de las ovejas, en virtud de la sangre de una alianza eterna,
el Dios nuestro Jesús"(Heb 13.20). "Por sus llagas habéis sido curados, - como
escribe Pedro en su primera carta - Fuisteis errantes como ovejas, pero ahora
habéis vuelto al pastor y él guarda vuestras almas"(1 Pt 2,25).
En el arte cristiano de los primeros siglos, Jesús es representado a menudo
como un joven pastor con una ovejita sobre los hombros y la alforja a lado. Una
imagen que hace revivir a la parábola de la ovejita extraviada y luego
encontrada.
PARA EL DESCUBRIMIENTO DE JESÚS DE NAZARETH