Los pregoneros
Los pregoneros tenían muchas obligaciones: divulgar los
bandos promulgados por el Podestà y los jueces, y
los avisos para prevenir los incendios en caso de tiempo ventoso; tenían que presenciar
las reuniones de la Credenza y cumplir cuantos encargos
decidiera el Ayuntamiento. En los Estatutos se dice, sin embargo, que no tenían que llevar la escalera a la horca, ni el cepo para las decapitaciones, ni conducir a los condenados. Los pregoneros no podían dormir fuera de la ciudad, a no ser que debieran participar en una boda; en este caso obtenían un permiso de seis días. Eran pagados por el Ayuntamiento y si tenían un buen caballo y una trompeta recibían una paga mayor. |