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Los gerleri eran los portadores de cuévanos, un gran recipiente de madera sujeto a la espalda con correas como una mochila. Normalmente utilizaban el recipiente para el trasporte de vino, pero también tenían otra tarea muy importante para la comunidad. El gerlero, en efecto, puede ser comparado al actual bombero. En caso de incendio tenía que acudir, y por cada gerla (cuévano) llena de agua que portara se le pagaban 12 denarios; por el contrario, si no cumplía con su deber era multado. El gerlero estaba exento del servicio de guardia y del militar. Para evitar que alguien acudiera a los incendios con poca agua, el ayuntamiento marcaba las gerlas con una hendiduras que correspondían al nivel del contenido. Probablemente esta disposición no bastó para evitar los fraudes, y en 1333 se estableció que los Pregoneros controlaran personalmente el contenido. |
