LAS ARMAS
También en Ivrea
existía la costumbre de que el Ayuntamiento proporcionara a los ciudadanos las armas y
los caballos perdidos en la guerra. En la ciudad no se podía llevar armas, excepto
cuchillos de hoja corta. En cambio, en los viajes se admitía cualquier tipo de arma.
Durante mucho tiempo la más utilizada en Ivrea como defensa fue la ballesta;
de hecho, para ser ciudadano de Ivrea se estaba obligado a
ofrecer una al Ayuntamiento, y además, había que acompañarla de 20 ducados. Las
ballestas donadas las usaban las tropas de la ciudad en caso de necesidad. Dos días
después de Pascua se celebraban competiciones de tiro con ballesta para entrenar a los
ciudadanos. Vencía quien acertase seis veces en la misma diana, y el premio eran 12 rasos
(1 raso = 0,559 metros) de pana. Bastante tiempo después, la Credenza
cambió la obligación de comprar las ballestas para el Ayuntamiento por la de ofrecer
espingardas y culebrinas.
Tres tipos de ballesta: A) de pata de cabra; B) con
cabestrante; C) con rueda dentada