GUILLERMO VII DE MONFERRATO


En 1264 es elegido obispo, en Ivrea, Federico de Front, de los condes de S. Martino. Conti- núa la política de engrandecimiento del feudo iniciada por sus predecesores, intentando aumentar los privilegios y los territorios de la Iglesia de Ivrea. Es el mismo programa que persigue Guillermo VII de Monferrato por cuenta de su familia: así las cosas, es inevitable el enfrentamiento con Federico de Front. El marqués de Monferrato había jurado lealtad a Juan de Barone, anterior obispo de Ivrea, pero el juramento no le impide adueñarse de la ciudad el 12 de junio de 1266. Lo hace mediante una fraudulenta y artificiosa "sumisión", valiéndose además de partidarios que tiene en la propia Ivrea. El sometimiento se confirmó en Chivasso el 27 de noviembre siguiente, cuando los embajadores eporedienses se ven obligados bajo ame- naza a ceder a Guillermo VII la mitad de los réditos de la ciudad. De esta sumisión se valió Guillermo para reconstruir el Castellazzo, que había sido destruido en gran parte en 1194 durante la insurrección popular contra Rainero de Biandrate. La ocupación de Ivrea por Guillermo de Monferrato encuentra la oposición de Federico de Front, quien en 1266 pone en su contra al clero y a los familiares de Arduino. De aquí se derivan largas y sangrientas luchas entre los partidarios del marqués y los del obispo. Este último consigue que el Papa Clemente VII excomulgue a Guillermo VII; las sucesivas deserciones de sus partidarios, amenazados también de excomunión, lo llevan a someterse al obispo. Federico de Front logra algunos años de tregua gracias a la protección de Carlos d'Angiò, rey de Sicilia; caída, sin embargo, la po- tencia angioína, el 17 de julio de 1278 Guillermo VII vuelve a tomar el señorío de Ivrea y a controlar buena parte del Piamonte. Guillermo VII muere trágicamente en febrero de 1292, tras la insurrección que estalla en Alessandria. Fue encerrado en una jaula colgada de una torre y dejado morir. Su cruel modo de gobernar fue recordado por Dante en el canto VII del Purgatorio, que lo recuerda como aquél "que hizo llorar al Monferrato y al Canavese". Sucesor de Guillermo VII es su hijo, Juan I. Éste lleva el título de señor de Ivrea, pero en realidad ha de compartir el poder con Felipe de Acaya. Juan I conquista Casale, en 1303. Muere a los 28 años, en 1305. Tras su muerte, el Castellazzo, símbolo odiado del poder feudal, es destruido por segunda vez y de manera definitiva.