yo soy el arco iris de la noche
nacido de la tinieblas en esta noche mágica
me preguntaréis cuales son mis colores
cerrad los ojos y los veréis
soy el llanto de un niño en la noche
la luz en los ojos de dos enamorados
que se buscan en la obscuridad
los suspiros los susurros los besos de un encuentro
de amor
un fuego de artificio que nace y muere en la obscuridad
a orillas de un lago en una noche de fiesta
soy los ojos de un tigre en celo que brama en la jungla
las luces de Broadway y de Chinatown
los ojos de un gato que maúlla a las estrellas
sobre el techo de una casa de pastores
una hoz de luna que sega el centeno en un prado de
montaña
los ojos de un zorro que ha decidido que esta noche no
matará
los ojos de una liebre que tranquila mordisquea
la hierba tierna de un prado
los latidos de luz de una luciérnaga
que busca su compañera entre las zarzas
soy los fantasmas y los duendes buenos
que componen los sueños de la noche
un gnomo que juega al escondite con sus imágenes
la serenata de un grillo del fogón
un fuego fatuo que alumbra los miedos de un caminante
las fábulas de un abuelito narradas a la luz
de los tizones ardientes
un pecezuelo fosforescente que ilumina
la profundidad de los océanos
un volcán que lanza al cielo sus casquijos de alegría
el llanto de las estrellas en la noche de San Lorenzo
yo soy un pequeño hombre
pero también el arco iris de esta noche mágica
un fragmento de infinito
14 Agosto 1986
blanco abedul
el viento de otoño
clarea tus hojas amarillas
que el sol vuelve transparentes
tus ramas
tu tronco
tu cuerpo entero
se ofrecen ya
al gélido invierno
jardín incontaminado
encerrado
detrás de las rejas
de una antigua verja
mis ojos acarician
el manto
de hojas doradas
que cubre armonioso
el secreto de tus avenidas
esta noche
en sueño
pasearé furtivo
sobre la murmurante alfombra
mañana
cogeré sorprendido
la huella
de mis pasos
evanescentes sombras
surgen
de la obscuridad
faroles
caminan
inmóviles
llevando ráfagas
de pálida luz
enamorados
envueltos en el suave manto
se respiran...
el alma
bahías de mar
de sol
de sal
rasguños del viento
del hombre
de lo imprevisto
puñado de casas
arrojadas aquí y allá
por un constructor distraído
ciudades
diseñadas en un estudio
como desafío a la creación
una isla
olvidada en el océano
y en el desierto
una casa
que se hace recordar
a Marisa
caminabas
delante de mi
entre la muchedumbre
te he mirado
intensamente
por un instante
eterno
he temido
que tu
no me sintieras
miles de ojos
te ven
pero los míos...
te miran
con amor
a Marina
me has sonreído
te he sonreído
y me has cedido un espacio
junto a ti
escrita en tu lengua
te he dado una poesía
un fragmento de mi alma
que pudieras tomar
ahora
con la pluma
que me has dado
te estoy dedicando
estos versos
mágico tren
acunado en tu ferroso crepitar
esta noche te he soñado
tirado por renos
resbalabas
silencioso
sobre la estepa
rozando pantanos y lagos
te liberabas ligero
sobre la taiga
alegre
zigzagueabas
entre los blancos abedules
besabas
dulcemente
las flores de la pradera
pequeña
transparente
niña
nacida entre las hadas
los gnomos y los duendes
tu piel
tiene el color del hielo
que al alba
recubre el tronco de los abedules
tus cabellos
el oro pálido del sol
que en primavera
desafía la noche polar
tus ojos
la vida de la flor
que primera
tímida
brota
del manto de nieve
Svieta luz de la taiga
magma
desde milenios frío
desciende a lamer el mar
una marejada salvaje
invade
furiosa
la cavidad
un estruendo
de polvo de mar
dibuja un arcoiris
en el aire
un rocío
de colores
acaricia mi piel
y un escalofrío de sol
lo enjuga lentamente
en un eterno juego
se alternan
las estaciones
de esta magia