COMENIUS.
“PERVIVENZA DELLA CULTURA GRECOLATINA NELL´EUROPA DELL TERZO MILLENNIO”
LITERATURA
UNIVERSAL
VICTORIA
REOLID CÓRCOLES
ESQUEMA
DEL TRABAJO
1.
RESUMEN DE LOS MITOS CLÁSICOS: DIDO Y ENEAS /
MEDEA.
2.
PERVIVENCIA DE LOS MITOS A LO LARGO DE LA LITERATURA.
3.
DIDO Y ENEAS: PERVIVENCIA EN LA LITERATURA ACTUAL. ANÁLISIS DEL
MITO EN LA NOVELA DE MARCELA
SERRANO, “EL
ALBERGUE DE LAS MUJERES TRISTES”.
4. MEDEA: PERVIVENCIA EN LA LITERATURA ACTUAL. ANÁLISIS
DEL MITO EN EL CUENTO DE MERCÉ RODOREDA, “LA
SANGRE”.
5.
BIBLIOGRAFÍA.
1.
RESUMEN DE LOS MITOS CLÁSICOS: DIDO Y ENEAS
/ MEDEA.
DIDO
Y ENEAS
Una de
las figuras femeninas más patéticas de la literatura clásica
es la de la reina de Cartago, que la poesía de Virgilio, en el libro IV
de la Eneida eleva casi a símbolo del
más alto sacrificio de amor. La leyenda, que en sus líneas esenciales procede
de Timeo, de Justino y también de Nevio, trata de las peripecias que llevaron a
Dido a su trágica muerte: su ineluctable amor por su huésped Eneas al que una
tempestad acercó a las costas de Cartago y el abandono por éste, al que el
destino llama a fundar en Italia una ciudad y una civilización nuevas.
Alrededor de ella, no ya reina, sino mujer abandonada y sola, han creado muchos
poetas y dramaturgos una viva y difundida tradición literaria, de la que, a su
vez, emana la tradición musical.
MEDEA
Tragedia
de Eurípides (480-406 a. de Cristo) representada en 431. La leyenda de Medea se
enlaza con el mito de los Argonautas ampliamente cantado por poetas épicos y líricos.
Pero el episodio de Medea propiamente dicho, que, abandonada por Jasón debido a
una nueva esposa, se venga de él procurando la muerte de la muchacha y del
padre de la misma y matando con sus propias manos a sus hijos, asunto de la
tragedia de Eurípides, es bastante más reciente y la matanza de los hijos es
probablemente un elemento añadido por la tragedia ática, cuando no por el
propio Eurípides.
2.
PERVIVENCIA DE LOS MITOS A LO LARGO DE LA LITERATURA.
Han sido
numerosas las obras que, de una manera más fiel al mito clásico o más
libremente, han abordado las historias de amor y desamor que en ambas historias
se nos cuenta. A continuación, ofrecemos unos ejemplos de cada una de ellas:
DIDO Y
ENEAS
En
Inglaterra se publicó en 1594 la Tragedy
of Dido que Christopher Marlowe
(1564-1593) escribió en colaboración con Thomas Nash (1567-1601), obra que no
es de las más importantes del dramaturgo.
En
Francia fue publicada Didon se sacrifiant
de Alexandre Hardy (1570-1630). Esta obra, escrita en 1603, es un buen ejemplo
del nuevo teatro que hacía presentir a Corneille y a Racine, aunque los modos
escénicos y toda la contextura del drama, que aún no utilizaba las unidades clásicas,
indiquen una transición del teatro medieval al humanista, más que un punto de
llegada de este último.
En España
una de las primeras y más notables obras es la tragedia Elisa Dido, de Cristóbal de Virués (1550-16l0) y escrita entre
1579 y 1581. La misma versión de la historia de Dido fue seguida también por
Alonso de Ercilla en el poema épico La
Araucana, por Gabriel Lobo Lasso de la Vega (Romancero
y tragedias, Alcalá de Henares, 1587). En Virgilio está a su vez inspirada
la tragedia Amores de Dido y Eneas, de
Guillén de Castro (1569-1631), de gran fuerza dramática.
MEDEA
Una
importante tradición literaria se desarrolla en torno al trágico tema de Eurípides.
Entre los autores clásicos que
trataron el tema se encuentran los siguientes: Séneca, Ennio
y Ovidio.
Siguiendo
el texto de Séneca, Jean de la Péruse (1529-1554), autor francés continuador
de la renovación del teatro francés iniciada por Jodelle, compuso una tragedia
titulada Medea.
El tema
de Medea, de Jasón y del vellocino de oro fue tratado por el gran poeta
y dramaturgo español Lope de Vega (1562-1635) en su obra El
vellocino de oro, publicada en 1623.
La Medea
de Pierre Corneille (1604-1684), tragedia en cinco actos, fue
representada en París en 1635.
En
Italia, Giovanni Battista Niccolini (1782-1861) sigue el original griego en su
tragedia Medea, publicada
entre 1810 y 1814. Hippolyte Lucas (1807-1878) hizo una refundición
teatral de la Medea de Eurípides, que en su nueva forma fue representada en 1855.
3.
DIDO Y ENEAS: PERVIVENCIA EN LA LITERATURA ACTUAL. ANÁLISIS DEL
MITO EN LA NOVELA DE MARCELA
SERRANO, “EL
ALBERGUE DE LAS MUJERES TRISTES”.
3.1
Introducción.
Marcela
Serrano nació en Santiago, Chile. Publica su novela El
albergue de las mujeres tristes en la editorial Alfaguara, en 1997. Como su
título indica, es una novela que habla de mujeres tristes, heridas por el amor,
y, a través de sus páginas, la novelista pretende hacer una radiografía del
amor y el desamor. La protagonista de la historia es Floreana, una historiadora
todavía joven y más atractiva de lo que ella misma quiere creer, que llega a
un albergue sui géneris en la isla de Chiloé. Allí conocerá a otras mujeres
que cuentan sus historias particulares y todas han acudido allí para curar las
heridas de un dolor común: el desamor de los hombres. El libro también expone
el punto de vista masculino a través del médico del lugar, un santiaguino
autoexiliado en la isla que arrastra su propias cicatrices. Todas coinciden en
afirmar que es la incapacidad afectiva masculina la que da al traste con toda
relación de pareja, mientras que los hombres se muestran vacilantes en el
compromiso amoroso por la autonomía que las mujeres han ganado. La idea final
es que en las mujeres va creciendo la insatisfacción, el “mal femenino” de
fin del siglo XX.
Tras
una lectura de la novela, se han propuesto las siguientes cuestiones:
3.2.La
autora y su obra.
Marcela
Serrano nació en Santiago, Chile. Licenciada en grabado en la Universidad Católica,
entre 1976 y 1983 trabajó en diversos ámbitos de las artes visuales,
especialmente en instalaciones y acciones de arte (entre ellas el body
art). Sus tres primeras novelas –Nosotras
que nos queremos tanto(1991), Para que no me olvides (1993) y Antigua
vida mía (1995)- suman ya numerosas ediciones. El albergue de las mujeres tristes fue publicada en 1997.
3.3.Análisis
de “El albergue de las mujeres tristes”.
3.3.1.
El papel de la mujer en la novela.
El
análisis de los sentimientos de las mujeres funciona como hilo conductor del
relato a lo largo de toda la novela.
El género femenino protagoniza esta novela en la que hay, sobre todo, una mujer
que destaca, Floreana, símbolo de la mujer moderna, que se ha realizado
profesionalmente pero que no está totalmente satisfecha con su vida sentimental.
Esta investigadora llega a un Albergue situado en la isla de Chiloé, cerca de
Puerto Montt (Chile), regentado por Elena, en el que convivirá durante un
tiempo con varias mujeres que se han refugiado en ese lugar para huir de sus
fracasos sentimentales. Allí, se sincerarán unas con otras y todas irán contando sus historias, reflexionarán sobre la
condición femenina e intentarán encontrar las claves para no sufrir más por
culpa del amor. Es ante todo una visión del amor desde el punto femenino la que
se nos ofrece, pero también hay un punto de vista masculino que se nos ofrece a
través de los personajes de Flavián, el médico del lugar, y su sobrino Pedro.
3.3.2.
El personaje de Floreana.
Es
el personaje principal de la novela y en el que creemos encontrar algunas
semejanzas con el mito de Dido. Floreana es una mujer fuerte, casada y separada,
con un hijo al que adora, pero con un sufrimiento personal muy intenso
ocasionado por sus frustraciones amorosas. Llega al Albergue de las mujeres
tristes porque necesita protección y comprensión y allí lo encontrará,
aunque no será capaz de aliviar sus penas porque al conocer a Flavián, el
doctor del pueblo, nuevamente sufrirá el dolor de una separación. Con Flavián
vive una breve historia amorosa, que no culmina porque, al igual que Eneas, él
tiene que cumplir una importante misión, la de aliviar los males del pequeño
pueblo en el que ejerce su profesión. Sin embargo, y a diferencia del mito,
parece que el final de la novela deja una puerta abierta a la posible continuación
de la historia de los dos personajes. Floreana supera su trayectoria de mujer
abandonada y parece que puede superar su sufrimiento. Reproducimos aquí algunos
fragmentos de la novela que ilustran lo anteriormente expuesto:
“Y como si las
costuras del alma hablasen por él, escondido en el cuello que seguía besando,
desató lo que no era voz sino ruego.
-Sé indulgente con mi debilidad. Tengo miedo, Floreana.
Ambos abrazan su intimidad de extraños, reconociéndose. El Tango para Evora no fue en vano. Floreana siente que en
ese instante se desprende de toda su anterior existencia.
Flavián toma su cara y, sujetándola como al bien más preciado, toca su
boca, toca sus ojos y murmura:
-Quédate.
Floreana cree estar soñando, no sabe bien si oyó ese verbo o su
imaginación lo ha inventado, tan suavemente fue dicho. Pero no alcanza a
determinarlo, porque de inmediato aparece el Flavián de siempre.
-Anda, corre, yo te estaré mirando.
Floreana corrió hacia arriba, sin ninguna conciencia del esfuerzo de sus
piernas. Nada, salvo la boca, la boca y sus contornos que ardían. El beso de
Flavián dejó esa zona de su rostro señalada; empinar la ladera como si le
hubiesen arrancado la boca; mordida, tragada, su boca ya no es su boca.
Con los poros ardiendo llega Floreana a su cabaña. Él la ha besado. La
selección hecha por sus labios y su lengua distinguió esta boca que perdió su
margen, esa línea que ella había creído exacta: su límite.
Boca de todas las bocas.
Floreana se tumba en la cama.
Tú, amor óptimo, dímelo: ¿en qué estaremos convertidos la última
noche del siglo?
(Marcela
SERRANO: El albergue de las mujeres tristes). Ed. Alfaguara, 1997, pág.
386 y 387.
Al
descender del bus, Floreana volvió a aferrar su maleta, como lo había hecho
casi tres meses antes, cuando llegóa al Albergue. Tomó una vez más su peso y
se dispuso a caminar,a sobrellevarlo, porque el propio peso de su cuerpo se
aligera cuando el desafío la llama. No se volverá a preguntar dónde está la
patria: ya sabe que la patria es aquel lugar donde no se siente el frío.
Vamos, Floreana, ¿corre?
Haz un acto perfecto. Uno solo.
(Marcela
SERRANO: Op. Cit. Pág. 390)
4.
MEDEA: PERVIVENCIA EN LA LITERATURA ACTUAL. ANÁLISIS DEL MITO EN EL
CUENTO DE MERCÉ RODOREDA, “LA
SANGRE”.
4.1. La
autora y su obra.
El cuento que vamos a analizar pertenece a una
recopilación de cuentos que bajo el título Veintidós
cuentos aparecieron en Barcelona en 1958, tras haber proporcionado a su
autora el premio Víctor Catalá el año anterior. Suponen el segundo nacimiento
de la gran escritora que sería Mercé Rodoreda, que aquí, en este libro,
encontraba ya definitivamente su tono y lo que serían sus temas y su mundo
hasta el final de su carrera.
Es una obra puente, desde luego, pues se trata de
relatos muy dispares, escritos en muy difíciles circunstancias; el exilio la
empujó a Francia, a París en primer lugar, a Limoges y a Burdeos después,
ante la ocupación de Francia por la Alemania nazi, hasta que pudo recalar
finalmente en Ginebra, donde transcurrió su largo exilio hasta su definitivo
regreso a Cataluña una vez restaurada la democracia en España. En aquellos años,
Mercé Rodoreda pasó toda suerte de tribulaciones, sobre todo al principio, y
hasta tuvo que trabajar algún tiempo en la confección de prendas interiores.
Pues bien, en medio de todas estas dificultades, tuvo la presencia de ánimo y
la tenacidad suficiente para elaborar este libro, que, sorprendentemente, no había
sido traducido del catalán al castellano hasta el año 1988, en una espléndida
versión de Ana María Moix.
4.2. Los personajes femeninos y su relación con el
mito de Medea.
La protagonista principal del cuento es una mujer
casada, de la que no conocemos su nombre, y es la que nos va contando su
historia en primera persona. En el relato aparece una joven, compañera de
trabajo del marido de la protagonista, que es la persona de la que éste se
enamora y provoca la ruptura del matrimonio.
A pesar de ser un cuento breve, la autora
desarrolla la psicología de la protagonista y nos desvela los problemas de una
mujer, en edad madura, que descubre que ya no resulta tan atractiva para su
marido y éste siente atracción por otra persona más joven. A la vez, se van
mezclando los sentimientos de culpa que la protagonista siente por la muerte de
su padre, que intentó inútilmente oponerse a la boda de su hija.
La narración en 1ª persona se desarrolla en un
momento presente, desde el que se recuerda cómo se produjo la situación que
provocó el deterioro de la convivencia de la pareja que protagoniza el relato.
La protagonista recuerda a partir de un detalle – su marido plantaba dalias
cada año- como se fueron
encadenando los hechos: su marido se queda sin trabajo y ella tiene que trabajar
como costurera para mantener la casa, lo anima para que busque trabajo y
finalmente lo encuentra, trabajará como camarero en un café y allí conocerá
a la cajera, una bella joven de la que se enamora y a la que todas las noches
acompaña a su casa al salir del trabajo. Ella observa desde la verja de su casa
cómo se despide de ella cada noche y poco a poco van aumentando los celos,
incluso no llega a distinguir la realidad del sueño y piensa que su marido
quiere volverla loca con una presencia femenina que se ríe de ella desde el
jardín. En este caso, su oponente no muere, sino que se casa con otra persona y
quien muere es el padre de la protagonista. El final de la historia es la
separación de la pareja, a causa de los celos, y el cierre del cuento, de
estructura circular, es una nueva referencia a las dalias, a quienes el marido
consideraba como a sus hijos. En este caso, el matrimonio no tiene hijos, pero
esas flores los simbolizan y, al final del cuento, la protagonista confiesa que
nunca más ha habido dalias en la canasta donde solía haberlas, quiere decir
que, rota la convivencia, la esposa destruye todo vínculo con el pasado y, en
este caso, las dalias también dejan de existir, igual que dejan de existir los
hijos de la Medea trágica.
A continuación reproducimos unos fragmentos en los
que se ven algunos detalles de esta historia:
¿Ve, usted? –me dijo-,
cada año mi marido plantaba las dalias en esta canasta vacía.(...) Y decía
que las dalias eran nuestros hijos, porque era así, ¿sabe?, lleno de
ocurrencias y siempre con ganas de bromear, para hacerme reír.
(Mercé RODOREDA: Veintidós
cuentos. Ed. Mondadori, 1988) Página 9.
Ahora él vive en casa de unos sobrinos y si nos encontramos por la calle
nos damos la mano y me dice: “¿Cómo te encuentras?”, y yo le digo:
“Bien, ¿y tú?” Y, ¿ve, usted?, nunca más ha habido dalias en esta
canasta. A veces, cuando hay demasiada hierba, la arranco y cavo un poco la
tierra para que no haga mal efecto y si veo dalias en algún escaparate siento
como una especie de mareo y tengo ganas de vomitar, usted perdone.
(Mercé RODOREDA: Veintidós cuentos. Ed.
Mondadori, 1988) Página 21.
5.
BIBLIOGRAFÍA.
Marcela
SERRANO: El
albergue de las mujeres tristes. Ed. Alfaguara, 1997.
Mercé RODOREDA: Veintidós
cuentos. Ed. Mondadori, 1988.
BOMPIANI: Diccionario
literario. Hora, S.A.
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