Stilnovo 8826

 

 

 

 

 
 

 

 

1.      Luzzasco LUZZASCHI - O Primavera (3.42)

2.    Luzzasco LUZZASCHI - Aura soave (3.41)

3.     Giacomo CARISSIMI - Feriae Quintae in Coena Domini - Lectio Secunda (6.43)

4.    Barbara STROZZI - Dimmi, ah dimmi (9.22)

5.     Barbara STROZZI - Soccorrete luci avare {9.19)

6.    Domenico MAZZOCCHI - Lagrime Amare (La Madalena ricorre alle lagrime) (6.43)

7.    Domenico MAZZOCCHI - Lamentum Matris Euryali (4.26)

8.    Francesca CACCINI - Ecco ch'io verso il sangue (9.35)

 

 

  

Nella Anfuso, soprano

«Arias favoritas de Farinello»

Arias de ópera de HASSE, GIACOMELLI, ARIOSTI, PORPORA y C. y R. BROSCHI

Insieme Stmmentale Florentino

«O Primavera»

Madrigales, Arias y lamentos (s. XVI-XVII) de LUZZASCHI, CARISSIMI, STROZZI, MAZZOCCHI y CACCINI

James Gray, clavicémbalo. Roberto Pichini, órgano

Stilnovo SN 8830 (2 CD) DDD y SN 8826 DDD

Nella Anfuso, cantante del todo comprometida con la recuperación de la escuela de canto italiana y de los principios musicales y estéticos de una civilización vocal cuyo arco temporal abarca desde finales del siglo XVI hasta bien entrado el siglo XVII, repropone dichos principios medíante dos nuevas entregas del catálogo del sello Stilnovo. Casi anunciando su reciente visita a España en noviembre de 2002, el primer disco de esta nueva entrega está dedicado a las arias favoritas del mítico cástrato Cario Broschi, más conocido en toda Europa como Farinelli, si bien Anfuso aboga por la denominación italiana «Farinello» siguiendo las normas de apelativos que dichos cantantes emasculados tenían en función de su apellido o del maestro que les formaba.

Anfuso opta por desarrollar en su total integridad todas las variaciones que Farinelli desplegaba en sus arias más interpretadas. Así, escoge el aria «Per questo dolce amplesso» de Artaserse, de Hasse, «Quell’usignolo che innamorato» y «Mancare o Dio mi sento», de Merope y Adriano in Siria, de Giacomellí respectivamente; además de «Fortunate passate mie pene», de Ariosti, «Sposa non mi conosci» de Porpora, el aria compuesta por su hermano Ríccardo «Son qual nave ch'agítata» y una propia: «Al dolor che vo sfogando».

Anfuso pone de manifiesto desde el rico patetismo de algunas de las arias escogidas, como «Per questo dolce amplesso», al más alambicado virtuosismo, que explota radiante en piezas como «Quell'usignolo che innamorato», «Son qual nave ch'agitata» o «Fortune passate míe pene». El dominio respiratorio de la Anfuso en la época de grabación de este recital está en plena línea con los testimonios coetáneos de Farinelli, lo que le permite la correcta ejecución de toda clase de trinos, apoggiaturas y una coloratura «staccata» o sea, separada, sin olvidar las «messe di voce», a base de aumentar y/o disminuir luego el sonido a discreción. Anfuso se permite ser rigurosa en los temibles saltos descedentes o ascendentes en variados intervalos, como pasar de Do4 a La2, o de Fa4 a La2, o de Re2 a Sol4 o de Sol2 a Sol4, sin perder la voz con ello homogeneidad, gracias a un proverbial control en la emisión y en la entonación. Como gran virtuosa y tenaz investigadora, Anfuso consigue emitir los 25 trinos en un solo aliento que Farinelli colocaba sin esfuerzo en ciertos pasajes de las dos secciones y el da capo de «Quell’usignolo che innamorato» a partir de las cadenzas que el propio cástrato escribía. Incluye además una corrección en la autoría del aria «Sposa non mi conosci», que es de Porpora, en vez de atribuirla a Vivaldi, al confundirla muchos con la famosa «Sposa son disprezzata», tal vez por similitudes en tema y texto.

Frente a discos de enfoque similar como el reciente de Vivica Genaux (Harmonía Mundi), Anfuso se impone de la mano por concienzuda coherencia estilística, además de recurrir a las cadenzas propias del intérprete en vez de acudir a recopilaciones posteriores como las empleadas en el disco dirigido por Jacobs, que son de la época de Mozart y no de la de Farinelli. Anfuso no duda en exprimir hasta la última nota las variaciones, aun a costa de perder el oyente el hilo de lo que escucha, pero si con ello devuelve íntegra la praxis y la estética del más puro «bel canto» del siglo XVIII, bienvenida sea toda esa cascada de técnica exhibicionista, no en vano era lo que tanto encandilaba al público operístico, aparte del indudable morbo que despertaban los castrati por sus circunstancias personales. El Insieme Strumentale Florentino consigue un limpio sonido orquestal con lo que la voz de la Anfuso encuentra el perfecto sostén y contexto a su peculiar interpretación.

Tras los oropeles del siglo XVIII, Anfuso nos devuelve al renacimiento y primer barroco de la mano de una sibarita selección de madrigales, arias y lamentos de Luzzasco Luzzaschi, Giacomo Caríssimi, Barbara Strozzi, Domenico Mazzochí y Francesca Caccini. La pieza de Luzzaschi «O Primavera» que da título al recital nos mete de lleno en un mundo pastoril, dominado por los «afectos» más estáticos, producidos por los cambios anímicos que la Naturaleza provoca en los sentimientos humanos. Más nostálgica y matizada se vuelve la voz de Anfuso en «Aura soave», también de Luzzaschi. De Barbara Strozzi, una de las mujeres cantantes y compositoras del siglo XVII, se escoge una aria para contralto «Dimmi, ah dimmi», donde los acentos son más trágicos y solemnes gracias al concurso del órgano, y otra para soprano, «Soccorrete luci avare», en la cual Anfuso llega a cotas conmovedoras en la expresividad de un texto repleto de lacerantes frases de desamparo, a cargo de un clavicémbalo que sugiere esa soledad doliente. En ambos madrigales, presentes en Cantate, Ariette e Duetti, compilación datada en la Venecia de 1651, queda patente no sólo el talento de intérprete de la Strozzi sino también sus dotes para la profunda caracterización musical, así como la extensión de la voz de Nella Anfuso.

De Domenico Mazzocchi se escogen dos bellísimos lamentos: «Lagrime amare» y «Lamentum Matris Euryali», compositor romano coetáneo de Monteverdi, composiciones donde los cromatismos y efectos como los portamentos están presentes no sólo en la partitura sino también en la voz de Anfuso, fiel seguidora de todas las indicaciones musicológicas. Concluye este soberbio paseo por lo más bello y conmovedor de la música italiana del Barroco con una pieza de Francesca Caccini, hija mayor de Giulio Caccini y admiradísima cantante de la corte de los Médici, perteneciente al Primo Libro delle Musiche a una e a due voci, datado en 1618: «Ecco ch'io verso il sangue». De nuevo el órgano, a cargo de Roberto Pichíni, organista de la Basílica de San Marco de Florencia, enaltece esta pieza de tema litúrgico, ya que recoge un episodio de la Pasión de Jesucristo. Nella Anfuso, sutil y plenamente volcada a colorear todos los matices del texto, trasciende toda la belleza de la composición, con un estilo muy intimista.

Ambos discos son una excelente muestra de la versatilidad de la Anfuso, puesto que sabe ser virtuosa y refinada intérprete a la vez, dominando como nadie el respeto estilístico y vocal.

Josep Subirá

CD COMPACT 09/2003

 

 

 

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