Alfredo D'Andrade nace en Lisboa el 26 de agosto de 1839. Apasionado por los viajes y las obras de arte, estudia a fondo los monumentos de las muchas ciudades que visita. Se interesa en particular por Italia, país que ama y en el que se establece definitivamente en 1865. A partir de 1871 D’Andrade se dedica a la restauración, actividad que realizará hasta su muerte en 1915. Llevará a cabo muchísimos trabajos, tanto para particulares, como para el Estado.

Estudioso, investigador del patrimonio artístico-arquitectónico del Piamonte y del Valle de Aosta, llega a ser un profundo conocedor de los sistemas antiguos de construcción y de las técnicas de elaboración de los materiales. Su experiencia lo lleva a obtener cargos de prestigio y en 1884 es nombrado, por el Ministerio de Enseñanza Pública, delegado real para la conservación de los monumentos del Piamonte y de Liguria. Su actividad es realmente frenética y se le debe, entre otras cosas, la realización de la Aldea medieval del Valentino de Turín (1884), en el que reproduce los elementos arquitectónicos  y artísticos más significativos de los monumentos medievales del Piamonte y del Valle De Aosta.