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 Genocidio nelle coste dell'Avana

Le vittime del 13 Marzo, la storia d'un omicidio commesso per la dittatura e che ancora resta impune.

Il 13 di luglio del 1994 si segno un altro giorno tragico nella storia dei cubani. In questo giorno, verso le 3:00 del mattino, usciva del porto dell’avana un gruppo di 72 persone a bordo del rimorchiatore "13 de Marzo", il quale era considerato patrimonio nazionale por i suoi 105 anni. Di recente lo avevano ristrutturato con il fine di usarlo nella impresa statale Gaviota per il turismo internazionale.

Quando "13 de Marzo" si trovava a sole 7 miglia da la costa dell’avana, fu intercettato da tre rimorchiatori pompieri, con i nomi Polargos II, III y VI. Questi cominciarono ad attaccare immediatamente gli occupanti del “13 de Marzo” con forti getti d’acqua a pressione. Mai gli hanno chiesto di fermarsi; un Polargo urto un fianco, l’altro la poppa è il terzo la prua, per farlo affondare senza lasciare tracce. Molti degli occupanti, spaventati si nascosero nella sala macchine (innanzitutto donne e bambini). Morirono 41 cubani, fra di loro 20 bambini, con età tra ì tre è dieci anni. Tutti morirono affogati.

Questo giorno il mondo è il popolo cubano furono testimoni degli orrori del regime castrista, in cambio questo crimine è rimasto impunito , credo che sia nostro dovere ricordarvi che Fidel Castro è l’unico responsabile del massacro del 13 de Luglio de 1994, dove morirono 41 cubani, fra loro 20 bambini, per la sola colpa di cercare la liberta.

Alcune delle vittime

Giselle Borges Alvarez anni 4
Cindy Fernandez Rdguez anni 2
Yaser Perodin Almanza anni 11
Yolindys Rodriguez Rivero anni 2
Angel Abreu Ruiz anni 3
Jose C. Niquel Anaya anni 3
Juan Gutierrez anni 10
Eliecer Suarez Garcia anni 11
Joel Garcia Suarez anni 24
Myladys Fernan Rivero anni 27
Caridad Leyva Tacoronte anni 4
Eduardo Suarez Ezquivel anni 35
Helen Martinez Enriquez 6 mesi
Omar Rodriguez Suarez anni 30
Manuel Gayol anni 58
Lazaro Borges Briel anni 34
Reynaldo Marrero anni 48
Odalys Munoz Garcia anni 21
Mayulis Mendez Tacoronte anni 17
Leonardo Notario Gongora anni 27
Marta Tacoronte Vega anni 33
Yousel Perez Tacoronte anni 11
Pilar Almanza Romero anni 30
Yuliana Enriquez Carrazana anni 23
Yaltamira Anaya Carrasco anni 22
Marta Carrasco Tamayo anni 45
Mario Gutierrez anni 35
Fidelio Ramel anni 50
Ernesto Alfonso Loureiro anni 25
Augusto Guerra Martinez anni 45
Armando Gonzalez Raize anni 50
Lissette Alvarez Guerra anni 24
Julia Ruiz Blanco anni 35
Jorge Lebrigio Flores anni 28
Estrella Suarez Esquivel anni 45

 

Noche de Espanto - relato de sobreviviente
Por JANET HERNANDEZ, sobreviviente del hundimiento del remolcador 13 de Marzo.
Fuente: El Nuevo Herald
Fecha: Jueves 13 de julio de 1995
Hace un año en esta fecha, cambió mi vida para siempre. Subí junto a mi esposo, Modesto Almanza, al remolcador 13 de Marzo, que zarparía de la bahía de La Habana. Viajábamos alrededor de 70 personas, muchos de ellos eran familiares y amigos.
Cuando estábamos a siete millas de la costa fuimos interceptados por las embarcaciones castristas. De inmediato empezaron a darnos bandazos. Sentimos miedo por los niños a bordo, el más pequeño de cinco meses de nacido. Levantamos los niños y empezamos a gritar que por favor no dispararan. Alguien levantó a una niña y conociendo al que manejaba uno de los remolcadores que nos atacaba le gritó: "¡Chino, Jabao, no hagas eso, aquí hay niños!" Si no baja a su niña de tres años, se la matan con los chorros de agua de las mangueras de presión.
En una acción programada, se nos puso un remolcador por atrás. El más grande, que era verde con una raya roja, un rayo rojo, se nos subió en popa y nos partió a la mitad el barco. Al suceder esto el barco quedó a la deriva porque el patrón, Fidelio Ramel, cayó al agua a consecuencia de la fuerza de las mangueras. Fue entonces que Raúl Muñoz asumió el control de la nave y trató de ayudarnos, de salvarnos porque ya el barco tenía tanta agua que estaba a punto de hundirse.
A pesar de eso, ellos seguían echando agua directamente a las caras de los niños, que ya ni respirar podían. Ya nosotros sabíamos que nos íbamos a hundir. En ese momento Raúl paró el remolcador. Ni eso respetaron. La misión era hundirnos.
Cuando el barco se partió en dos, cayó una caja de madera al agua. Era la nevera que flotaba y muchos tratamos de llegar a ella. Fue entonces que comenzaron a girar las naves a nuestro alrededor, creando un enorme remolino que se tragaba a la gente. Así murió mi cuñada Pilar Almanza Romero. Cuando a mí me fueron a sacar del barco, su niño Yasel Perodin Almanza me tenía el pie agarrado. Cuando me sacaron se me desprendió el tennis y se fue, se lo tragó el remolino y no lo pude agarrar...eso fue terrible.
Después vi a mi cuñado Sergio Perodin salir con el otro niño y sentí alivio porque al menos uno se había salvado. Había una niñita inflada de tanta agua que parecía un sapito. Así nos dejaron hasta el amanecer que nos recogió una lancha Griffin. Fue una noche de espanto. Al subir los insulté, les dije que eran unos asesinos. Dejaron morir a niños y ancianos. Veintitrés niños muertos, asesinados de forma tan despiadada.
Ahí no terminó nuestra odisea. Mi esposo y mi cuñado fueron llevados a Villa Marista donde permanecieron arrestados durante varias semanas. Nunca recuperamos los cadáveres. En una ocasión cuando fui a Villa Marista y pregunté por qué habían mentido en la versión que ofreció la prensa castrista, me insultaron.
Fueron días terribles. Mi sobrino Sergito me preguntaba que por qué no sacaban a su mamá y a su hermanito del fondo del mar. ¡Tantas familias destruidas! ¡Tantos niños asesinados! Los hombres estaban presos, el pueblo estaba enardecido y sobre nosotros había una vigilancia tremenda. A pesar del acoso, di mi testimonio para que se conociera en el exterior. Yo sabía que era la única forma en que llegarían a conocer los hechos reales.
Después que mi testimonio se conoció a través de Radio Martí y La Voz de la Fundación, la Seguridad del Estado amenazó con arrestarme. Pero realmente ya poco podían hacer. Mi testimonio contribuyó a que se conociera la verdad. A que el mundo supiera la magnitud del crimen.
Unos meses más tarde abordamos una balsa. Nuestro destino fue Guantánamo. Al llegar a Estados Unidos mi familia y yo testificamos ante el Congreso norteamericano. Mi cuñado Sergio Perodin testificó ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra. Siempre estaremos dispuestos a denunciar la masacre del remolcador 13 de Marzo.
Nueve meses después del hundimiento del remolcador, di a luz a Maydli. Tal vez ella fue la sobreviviente más joven de la matanza. Tal vez ya yo llevaba a mi niña en el vientre aquel 13 de julio. Sin saberlo, mi instinto maternal me hizo luchar para salvarla. Hay días en los que miro su rostro y pienso en los 23 niños que yacen en el fondo del mar. Es en días como esos que no comprendo cómo existen personas que están dispuestas a llegar a acuerdos con una tiranía. ¿Qué garantías tienen de que no volverán a cometer semejante crimen?
A veces pienso que todo fue una pesadilla. Pero los gritos de horror de las madres que perdieron a sus hijos, las manitas de los niños hundiéndose para siempre en el fondo del mar y el llanto que compartimos es real. Tan real que me asusta pensar que los seres humanos puedan ser capaces de tanta crueldad.

Amnistía Internacional

País Cuba
Título El hundimiento del remolcador «13 de Marzo» el 13 de julio de 1994
Fecha Julio de 1997
Índice AI AMR 25/13/97/s


Tres años después del suceso y a pesar de los reiterados llamamientos desde dentro y fuera de Cuba, el gobierno cubano aún no ha llevado a cabo una investigación completa e imparcial sobre las circunstancias en los cuales al menos 35 hombres, mujeres y niños que intentaban salir de Cuba ilegalmente a bordo del remolcador «13 de Marzo» perdieron la vida cuando la
embarcación se hundió. Las autoridades cubanas negaron cualquier responsabilidad sobre lo ocurrido y afirmaron que fue un suceso causado por el comportamiento irresponsable de las personas que iban a bordo. Sin embargo, Amnistía Internacional ha recibido datos concluyentes, incluidos testimonios de varios de los supervivientes, algunos de los cuales viven ahora fuera de Cuba, que indican que las personas que iban a bordo de las tres embarcaciones del Ministerio de Transportes que persiguieron al «13 de Marzo», al parecer actuando a las órdenes de las autoridades cubanas, hicieron un excesivo uso de la fuerza que no guardó proporción con la situación real. Los supervivientes afirmaron, además, que sus perseguidores no les dieron la oportunidad de rendirse sino que, por el contrario, arremetieron deliberadamente contra el «13 de Marzo» y llevaron a cabo otras acciones agresivas que pusieron en riesgo la vida de las personas que iban a bordo, ninguna de los cuales, según la información disponible hasta ahora, incluso procedente de fuentes gubernamentales, estaban armadas o en situación de resistirse seriamente a la captura. Si este fuera el caso, Amnistía Internacional cree que los que murieron en el incidente fueron las víctimas de una ejecución extrajudicial.

Después de ser rescatados, los 31 supervivientes fueron puestos bajo la custodia del Departamento de Seguridad del Estado. Las mujeres y los niños fueron liberados el mismo día, pero los 20 supervivientes varones fueron trasladados a las dependencias de la Seguridad del Estado en Villa Marista, en la Habana. La mayoría de ellos fueron puestos en libertad al cabo de un mes aproximadamente, excepto Raúl Muñoz García, que permaneció ocho meses recluido. No está claro si se presentaron cargos formales contra alguno de ellos por el intento de huir del país. Desde que se produjo la tragedia, los supervivientes que aún viven en Cuba y los defensores de los derechos humanos que han intentado esclarecer o simplemente conmemorar el suceso del 13 de julio de 1994 han sufrido intimidación y acoso y han sido recibido reiteradas advertencias para que no hablen públicamente de lo que ocurrió.

Amnistía Internacional pide de nuevo al gobierno de Cuba que lleve a cabo de inmediato una investigación completa e imparcial sobre el incidente, de acuerdo con las normas internacionales, incluidos los Principios de las Naciones Unidas relativos a una Eficaz Prevención e Investigación de las Ejecuciones Extralegales, Arbitrarias o Sumarias, y que haga públicos los resultados; que conceda una compensación justa y suficiente a los familiares de las víctimas y a las personas que dependían de ellas; que informe con todo detalle a los familiares de las víctimas sobre qué esfuerzos se hicieron para localizar los cuerpos de las víctimas y, si se encontró alguno, qué ocurrió con los restos; y que deje de tomar represalias contra los que hablen claro sobre el suceso o contra los que intenten protestar pacíficamente contra él o llevar a cabo actos conmemorativos. La organización insta también a las autoridades cubanas a que dejen de encarcelar a los que han intentado abandonar el país ilegalmente y que no han cometido ningún otro delito reconocible; y que transmitan órdenes estrictas a todos los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley para que cumplan en todo momento los Principios Básicos de la ONU sobre el empleo de la fuerza y de armas de fuego por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.

Este informe resume el documento titulado: Cuba: El hundimiento del remolcador «13 de Marzo» el 13 de julio de 1994 (Índice AI: AMR 25/13/97/s) publicado por Amnistía Internacional en julio de 1997. Si desean más detalles o emprender acciones sobre el asunto, consulten el documento completo.

Se siete interessati nel testo completo potette scaricarlo del sito. http://www.edai.org/centro/amr/cuba/22501397.html

 

PresidenteCarlos Carralero

SegretarioLeonardo Pupo

Portavoce: Joel Rodiguez

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