LOS HOSPITALES DE IVREA


En la Edad Media había nueve hospitales en Ivrea, aunque era una ciudad pequeña. Esto no significa que hubiese muchos enfermos; en realidad sólo iban al hospital aquellos enfermos que de otra manera quedarían faltos de asistencia; los demás llamaban al médico a casa y eran asistidos por su familia.

Muchos, en cambio, eran los peregrinos que se beneficiaban de esta estructura, sobre todo desde finales de primavera hasta principios de otoño, porque Ivrea se encontraba en una de las dos "vías francígenas" del Piamonte.  Quien iba a Roma de Francia y de Inglaterra, y viceversa, a través del Piamonte, debía pasar por el valle de Susa o por el valle de Aosta (a través de los pasos del Pequeño y del Gran San Bernardo) y por lo tanto por Ivrea.

Los hospitales de Ivrea, que eran muy pequeños, estaban dirigidos por un responsable, llamado "ministro", por lo general nombrado por el obispo, que tenía a su cargo dos o tres "conversos" o "conversas" (frailes o monjas laicos) y algún criado.

Los primeros se ocupaban de los huéspedes, mientras los segundos cuidaban la casa, el huerto, los campos (si los había) y los animales (cerdos, gallinas, bueyes, etc.).