Con el término “arte románica” se define un estilo derivado del arte romano al que se le han añadido elementos paleocristianos, bizantinos, carolingios y árabes. Se difunde por toda Europa sobre todo en los siglos XI e XII.

La

arquitectura

El edificio que mejor caracteriza el arte románico es la catedral, que debe su nombre a la “cátedra” del obispo.

Las formas de las construcciones son simples y esenciales: se trata de edificios robustos y macizos, construidos con piedra, mármol o ladrillos.

Los muros son gruesos y dan estabilidad a todo el conjunto; hay pocas ventanas, que son muy pequeñas para no debilitar la estructura. La impresión general que da una iglesia románica es la de una construcción imponente cuyo interior está muy poco iluminado para invitar a los fieles al recogimiento.

El elemento característico de toda la arquitectura románica es el arco de medio punto, es decir, de forma circular, que aparece tanto en el interior como en el exterior de la iglesia.