Dirigida por Don Chaffey en las islas canarias, habitual lugar donde se rodaban peliculas sobre tiempos pasados o supuestos planetas remotos.
El único interés de la película radica en su protagonista femenina, la escultural Raquel Welch, que está de pan y moja; para algunos, también merecen la pena los dinosaurios y demás animalejos animados por el mago de los efectos especiales Ray Harryhausem.
Por lo demás, el filme, es un tanto anodino estando próximo a rollo patatero. También decir que el guión es de Michael Carreras, que dirigió otra de cavernícolas titulada Mujeres Prehistóricas al año siguiente, y en la que interviene también Martine Beswick, otra tía macizota; la música corrió a cargo del conocido Mario Nascimbene.