Mis ojos hablarían si mis labios
enmudecieran. Ciego quedaría,
y mi mano derecha seguiría
hablando, hablando, hablando.
Debo decir "He visto". Y me lo callo
apretando los ojos. Juraría
que no, que no lo he visto. Y mentiría
hablando, hablando, hablando.
Pero debo callar y callar tanto,
hay tanto que decir, que cerraría
los ojos, y estaría todo el día
hablando, hablando, hablando.
Dios me libre de ver lo que está claro.
Ah, qué tristeza. Me cercenaría
las manos. Y mi sangre seguiría
hablando, hablando, hablando.
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