MANIFIESTO DE LOS ARTISTAS ANIMALISTAS
RAZÓN HISTÓRICA
Desde sus remotos orígenes el hombre ama representar animales en su ambiente natural; tanto es así que, desde entonces, se ha creado un flujo continuo de obras con animales como sujeto principal. En el transcurso del tiempo se ha consolidado un verdadero filón paralelo al de los grandes temas histórico-religiosos, con una historia propia y con sus especialistas: a veces reflejando las ideas estéticas dominantes, a veces contraponiéndose a éstas como alternativa dialéctica. Sin embargo, este flujo continuo nunca ha sido considerado suficiente para constituir una verdadera corriente artística autónoma, aunque de hecho tiene todas las características para serlo. Frente a esta consideración y al reconocimiento de un creciente interés hacia el mundo de la naturaleza -y especialmente hacia los animales- hoy es necesario realizar la fundación oficial de la corriente animalista, adjudicándole su correcta ubicación crítica e histórica en el ámbito de la cultura artística moderna. Con la realización de este manifiesto, los firmantes pretenden reconocer definitivamente la existencia de la corriente animalista y determinar oficialmente sus CARACTERÍSTICAS DETERMINANTES, decretando su FUNDACIÓN HISTÓRICA.
ASUNCIÓN DEL TÉRMINO
El término “animalista” con el que se identifica la corriente -aunque puede parecer incorrecto desde un punto de vista estrictamente lexicológico, que presumiría el uso del término “animalística”- se ha adoptado sobre la base de razones históricas y de paralelismo con las demás corrientes artísticas oficializadas por la crítica (impresionista, futurista, cubista, surrealista). Universalmente la corriente animalista es identificada como “Wildlife Art”.
BASES PARA SU IDENTIFICACIÓN
A) El artista animalista reconoce que los animales existen como entidades independientes con respecto al hombre, y que tienen la misma importancia en cuanto sujetos autónomos de representaciones artísticas.
B) El artista animalista está de la parte de los animales, con la finalidad de interpretar el espíritu a través de los medios expresivos de las artes figurativas, extraer ideas para transformarlas en combinaciones puntuales, cromáticas y de formas, observar el mundo desde el punto de vista de los animales, narrar historias en las cuales son ellos los principales protagonistas, o simplemente describir su aspecto y sus actitudes.
C) El artista animalista puede serlo con una sola obra o con el trabajo de toda su vida. Por lo tanto, la corriente animalista no se alimenta solamente con las obras de los autores que han dedicado toda su existencia a la representación de los animales, sino también con las obras de autores que han desarrollado temas animalistas sólo en determinados momentos de su carrera.
D) El artista animalista se identifica con una corriente temática, pero no estética, cronológica, geográfica o étnica. Al artista animalista no se le exige compartir una orientación poética, político-animalista o de otro tipo: se requiere solamente que en sus obras sea evidente una actitud en la elaboración, transformación y transfiguración del sujeto.
PRINCIPALES FIGURAS HISTÓRICAS
El arte animalista, no obstante existan ilustres antecedentes históricos, representados por las obras de ALBRECHT DÜRER (1471-1528) y JACOPO LIGOZZI (1547-1626), se identifica concretamente como corriente artística sólo desde el Ochocientos. Los Animalistas, asumidos por la Crítica de Arte como tales y así considerados como punto de referencia y modelo histórico para la identificación de la corriente, son: EDWARD HICKS (1780-1849), JOHN JAMPS AUDUBON (1785-1851), THÉODORE GERICAULT (1791-1824), ANTOINE BARIE (1796-1875), FRANZ MARC (1880-1916), REMBRANDT BUGATTI (1885-1916).
ELEMENTOS ICONOGRÁFICOS
1) El sujeto principal debe ser el animal representado en su ambiente natural, libre de cualquier tipo de sometimiento humano.
2) El tema de la representación debe ser inherente a la vida de los animales, o una historia en la que sean ellos los protagonistas.
3) El animal debe predominar, incluso en presencia del hombre y de sus actividades.
4) Si el animal no es estructuralmente reconocible en la imagen artística, se debe comprobar la derivación de una temática o de un sujeto animalista.
5) No pueden constituir la obra animalista los siguientes géneros:
a) naturalezas muertas:
b) escenas de caza y de pesca;
c) escenas campestres o rurales con animales sujetos al yugo, tirando de carros o con cualquier tipo de arreos o monturas;
d) escenas de guerra con soldados o guerreros a caballo;
e) animales domésticos en actitudes forzadas, no conformes con su naturaleza, como en las representaciones que retoman imágenes oleográficas;
f) combates entre animales provocados por los hombres, como aquellos entre perros o gallos;
g) corridas;
h) escenas circenses;
i) animales fantásticos, grotescos, caricaturizados o antropomorfos;
j) carreras de caballos, avestruces, dromedarios u otros deportes que puedan ser representados.
6) Se consideran obras animalistas todas aquellas que representan animales extinguidos, reconstruidos con verosimilitud naturalista e insertos en un ambiente natural científicamente presumible, aunque sean fruto de la fantasía.
7) Se consideran animalistas todas las obras cuyas temáticas no representan uno o más animales, sino todo el reino animal; por ejemplo, aquellas que muestran el orden trófico de los ambientes naturales o su creación por voluntad divina, en referencia a una idea religiosa o a un evento objeto de investigación científica.
CONSIDERACIONES CONCLUSIVAS
Como las temáticas animalistas son sumamente variadas y no es posible prever, en el breve espacio de un manifiesto, la infinidad de casos de no-admisibilidad inherentes a las obras, será responsabilidad de la crítica primero, y posteriormente de la historia, definir concretamente, con el acto de admisión a la corriente, la frontera entre las obras animalistas y aquellas que no lo son.
Con la firma del presente MANIFIESTO DE LOS ARTISTAS ANIMALISTAS, se declara fundada, y parte integrante de la Historia del Arte, la CORRIENTE ANIMALISTA.