Orgía de ocho planas di José Luis Durán King

Los medios de comunicación de Estados Unidos llamaron a 1994 el año de O. J. Simpson. El asesinato de Nicole Brown -esposa de Simpson- y Ronald Goldman -amigo de ésta-, la persecución de horas por los freeways de Los Angeles, el racismo, la celebridad del presunto asesino fueron ingredientes que se mezclaron para ofrecer al público una opereta de jabón digna de ser transmitida, capítulo por capítulo, por toda la Unión Americana y el mundo.

El crimen, la huida, el arresto y ulterior juicio de O. J. Simpson sólo tienen un parangón: la debacle de Roscoe Fatty Arbuckle, estrella del cine silente que fuera acusado por la violación -que devino en muerte- de la oscura actriz de 25 años Virginia Rappe, en una juerga de alcohol y sexo que tuvo lugar el fin de semana en que también se celebraba el Día del Trabajo estadounidense de 1921.

Pese a que los detalles de la fiesta fueron impactantes, los rumores de boca en boca lo fueron más: que Arbuckle, con sus más de 120 kilos, había fracturado en dos a Virginia; que por la borrachera, el actor fue incapaz de penetrar a Virginia, por lo que tuvo que utilizar una botella de Coca Cola (o de vino) o, en el peor de los casos, un afilado trozo de hielo.

Tres juicios fueron necesarios para demostrar la no culpabilidad de Roscoe Arbuckle (el mismo veredicto que recibió O. J. Simpson). Sin embargo, su carrera nunca más volvió a levantar no obstante haber cambiado de nombre; en 1933 murió en el más completo de los olvidos, sin lograr nuevamente la aceptación de público y empresarios fílmicos.

Una de las razones más importantes para que el incidente Arbuckle sea considerado inaugural en los escándalos que alcanzan cobertura nacional fue precisamente que el actor era una celebridad masiva. Por primera vez en la historia del celuloide, la actuación se divorció del actor, y los medios, sobre todo impresos, jugaron un papel que hasta entonces les era completamente desconocido.

Roscoe Conkling Arbuckle nació el 24 de marzo de 1887 en Smith Center, Kansas. La familia Arbuckle era pobre, por lo que se mudó a California en busca de mejores horizontes. El joven Roscoe, llamado Fatty (Gordito) por su volumen corporal, gozó de un éxito relativo al principio de su carrera debido a su hermosa y potente voz, algo verdaderamente irónico en una época en que el cine era mudo.

En 1912, Arbuckle conoció a Mack Sennett, dueño de la entonces naciente Keystone Film Company. Sennett estaba encantado con el pesado y gracioso hombre, por lo que decidió que trabajarían conjuntamente en películas que a ambos harían famosos. En la Keystone, Arbuckle trabajó al lado de leyendas futuras como Chester Conklin, Ben Turpin y un joven inglés llamado Charlie Chaplin, quien un día se puso unos calzones extragrandes de Arbuckle para crear así uno de los personajes más reconocidos en la historia del cine: el Pequeño Tramposo.

Fatty Arbuckle continuó ganando popularidad con el impulso de Sennett y pronto se encontró transformado en el actor estelar de la serie fílmica Fatty and Mabel, donde hacía pareja con Mabel Normand, la mu-jer de Sennett. Para 1916, Roscoe Arbuckle era una estrella tan popular como Charlie Chaplin y la Paramount le ofreció el control total de sus películas, además de crear la Comique Film Corporation exclusivamente para él. Sólo a otra estrella le fueron ofrecidas prebendas similares, aunque, en este caso, en una única película: a Orson Welles, en El ciudadano Kane.

Para los siguientes cinco años, la fama de Arbuckle se incrementó junto con la duración de sus películas. Para 1920 se dio el lujo de impulsar la carrera de otra joven promesa: Buster Keaton. En 1921 le fue ofrecido un contrato de tres años con la Paramount por un millón de dólares anual, una cifra estratosférica para la época. Parecía que nada detendría el impetuoso ascenso... nada.

Nadie sabe exactamente qué sucedió en las habitaciones 1219, 1220 y 1221 del Hotel St. Francis, de San Francisco, el 5 de septiembre de 1921. Roscoe Arbuckle había estelarizado nueve cintas en los primeros ocho meses de 1921. Incluso para la época del cine silente, cuando la realización de los filmes tomaban menos tiempo que ahora, aquel ritmo era sorprendente. El 3 de septiembre de ese año, Arbuckle anunció que viajaría en su automóvil a San Francisco en compañía de dos amigos, el director Fred Fischbach y el actor Lowell Sherman, todo con el único propósito de celebrar en grande el contrato millonario que Roscoe había logrado para la Paramount.

Según consta en las actas levantadas, Fatty Arbuckle introdujo una vitrola, varios discos, así como ginebra y whisky a su habitación del Hotel St. Francis, en una clara violación al Acta Volstead que prohibía la producción y compra de bebidas alcohólicas. Así dio empiezo una juerga de 48 horas en la que se combinó alcohol, baile, la muerte de una joven actriz y un juicio que abriría la salas de juicio como una opción más del entretenimiento.

Virginia Rappe nació en Nueva York en 1894, hija de Mabel Rapp -bailarina y prostituta ocasional- y de padre desconocido. No está claro cuándo Virginia añadió la "e" a su apellido, pero esto le dio cierta elegancia en el medio y nombre al aparecer en la portada de un disco bastante popular de la época: Let Me Call You Sweetheart. De rosto angelical, Virginia Rappe tenía un pasado oscuro, mismo que se intentó ocultar durante los juicios contra Roscoe Arbuckle. Por ejemplo, se rumoraba que entre los 15 y 16 años, Virginia se practicó entre tres y cinco abortos y que, en 1910, tuvo una hija, a la que abandonó para continuar con su carrera. En 1918 ganó un premio por su elegancia en el vestir, aunque en la intimidad de Hollywood era mejor conocida por sus actuaciones sin ropa. Asimismo, se dice que fue la culpable de una epidemia de sífilis que se propagó en los estudios de Mack Sennett, al grado de que este último la corrió para después fumigar las instalaciones.

Fue hasta el 5 de septiembre de 1921 cuando Virginia Rappe se añadió a la fiesta otorgada por el gordo Arbuckle, quien la recibió con una pijama de botones, algo que después serviría para acusarlo de que caminaba semidesnudo por las habitaciones del hotel. Desde su arribo, Virginia bebió alcohol hasta prácticamente reventar en vómito en la taza de baño de la habitación 1221. Fue ahí donde Arbuckle la encontró y se encerró con ella durante 15 minutos, lo que daría pie para que ulteriormente algunos testigos declararan que fue un tiempo suficiente para perpetrar una violación.

Al parecer, Virginia Rappe tenía pocos días de haberse practicado un aborto, por lo que al mezclar medicamentos y bebidas pudo causarle un malestar considerable. Fred Fischbach llenó una tina con agua fría donde fue colocada la mujer, en un intento por restablecerla; Arbuckle colocó un pedazo de hielo a la altura de la vagina de Rappe, elemento que sirvió para que Roscoe fuera acusado de violación mediante un afilado trozo de la misma naturaleza.

Virginia Rappe no murió en aquellas habitaciones sino en un hospital al que fue llevada tres días después de su colapso. Los médicos argumentaron que los daños que la joven presentaba podrían ser consecuencia de un aborto mal practicado que Rappe se hizo antes de la fiesta de Arbuckle. No obstante, esta evidencia fue obviada en primera instancia por los jurados, pero, sobre todo, por una prensa sensacionalista que vio en el escándalo una veta de oro, máxime que los medios impresos de aquella época estaban liderados por el voraz empresario William Randolph Hearst, también conocido por las bacanales que organizaba junto con otros hombres poderosos.

Después de tres juicios, que culminaron el 12 de abril de 1922, Arbuckle fue declarado no culpable por la muerte de Virginia Rappe. Para los empresarios del cine y para el público, Roscoe Fatty Arbuckle era alguien apestado. No así para William Randolph Hearst, quien arrojó más dinero a sus arcas con un caso que volvió locas a las audiencias estadounidenses. Arbuckle murió de un ataque cardiaco el 29 de junio de 1933, a la edad de 46 años. Por su parte, Orson Welles consolidó su fama con la memorable cinta El ciudadano Kane, una película que ponía al desnudo la vida hipócrita de un magnate del periodismo, cuya agónica palabra, Rosebud, era utilizada "de cariño" por William Randolph Hearst para denominar el clítoris de su amante, la actriz Marion Davies.

José Luis Durán King es editor de la sección Cultura del periódico El Nacional.

 

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