Ser cristianos


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Cristianos

Sagrado Corazón de Jesús

En los misterios divinos, y en todas las obras de Dios, el amor es el origen y el fin, y el amor tiene su más lúcida y noble expresión en el Corazón de Jesús.

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FIESTA DE LOS SANTOS PEDRO Y PABLO

El culto al Sagrado Corazón, relativamente moderno en sus formas explícita y litúrgica, tiene sus bases dogmática en la Revelación, y especialmente en San Juan, el Apóstol de la luz y el amor, que escuchó los latidos del Sagrado Corazpon de Jesús en la última cena.

Él nos ha transmitido las revelaciones más altas sobre la divinidad y su misión, discursos sublimes de Jesús en la hora que precedió a la Pasión, el "mandamiento nuevo" del amor, las efusiones de su ánimo, las exhortaciones a permaneces unidos a Él en la caridad: a ser una única cosa con Él.

Y sólo él, entre los Evangelistas, nos habla de la lanzada que abrió el costado de Jesús y le hirió el corazón.
Como devoción distinta y pública, el culto al corazón de Jesús se desarrolla y se difunde tras las revelaciones a Sta. Margarita María Alacoque, hacia el final del 1.600, pero llegado ya el fin de la Edad Media, en la piedad personal de algunos santos y místicos.

Pero hoy, para disipar las dudas e indicar el camino recto, tenemos la devoción al Sagrado Corazón, un texto directivo y regulatorio de su altísimo valor: la encíclica HAURIETIS AQUAS IN GAUDIO, compuesta por Pío Xll en 1.956, primer centenario de la expansión en la Iglesia universal de la fiesta del Sagrado Corazón.

La encíclica concluye afirmando sustancialmente, que en esta devoción, la espiritualidad cristiana "alcanza su punto más alto, desde el cual se puede dominar, con una ojeada sintética, todos el dogma y la moral" y eso porque "el culto al Corazón Sacratísimo de Jesús es esencialmente el culto al amor que Dios nos tiene y a la vez es la práctica de nuestro amor hacia Dios y hacia los hombres".

Encontramos la gran palabra de Dios en "Jeremias: Te he amado con amor eterno".

¿Y qué soy yo?
Nada

¿Qué cualidad poseía entonces?
Evidentemente ninguna.

En efecto, la primera cualidad,subordinado como los demás, es precisamente la existencia, ¿Dios me ama entonces previamente a todas mis cualidades?.
Ciero, es indiscutible.

¿Y entonces?
Y entonces, si Dios no me ama por mis cualidades, sino únicamente porque Él es así, su amor entonces no depende de mis cualidades.
Es un gran alivio constata esto, y se necesitaría repensarlo con frecuencia para penetrarla más íntimamente.

De hecho todo lo que es humano está sujeto a cambios.
Nuestros méritos, nuestras virtudes son pobres y, peor aun, muy inciertas. Una culpa se comete rápido.
Si el amor de Dios estuviese ligado a estas cualidades que poseo y que puedo perder en cualquie momento !Cuanta inquietud en mi vida espiritual!
Y qué desesperación tras la caída, puesto que podría temer entonces que el amor de Dios por mí cambie, disminuya o se debilite.

Pero afortunadamente no es así. Él me ha amado primero, es decir: su amor es eterno e inmutable. Él no cambiará jamás, porque los dones de Dios y su llamada no están sujetos a arrepentimiento. Y el hombre siempre encuentra intacta la ternura del Padre, aun después de las peores caídas, los más largos abandonos, la misma negación de Pedro, tras las afrentas del hijo pródigo.
Para convencernos de esta verdad, Dios se hace presente, acercándose a nosotros con naturaleza humana para tranquilizarnos: Héme aquí, como sólo Dios puede amar, superando todas las distancias, y en esta donación no sabe detenerse hasta que no nos lo ha dado todo de sí mismo.

Pero, ¿Porqué estas breves reflexiones?
Es indispensable que nuestra fe, en este amor de Jesús, sea viva y constante, porque constituye uno de los mejores apoyos a nuestra fidelidad.
Pablo encuentra la fuerza, más bien la alegría para superar todas las dificultades inherentes a su apostolado, hasta sentir "aburrimiento de vivir".
Él mismo nos responde: "Por motivo de Aquel que me ha amado".
Nada empuja al amor más que el saberse y sentirse amados: el amor llama al amor.

OFRECIMIENTO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Corazón Divino de Jesús
a Tí ofrezco,
por medio del Corazón Inmaculado Corazón de María,
madre de la Iglesia,
en unión al Sacrifico Eucarístico

las plegarias y las acciones,
las alegrías y sufrimientos de este día:
en reparación por los pecados
y por la salvación de todos los hombres,
en la gracia del Espíritu Santo,
Para la gloria del Padre Divino,
Amén.

SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Oh dulcísimo Jesús, oh Redentor del género humano, míranos humildemente postrados ante tu altar.
Somos tuyos y tuyos queremos ser y para vivir a Tí más estrechamente unidos, he aquí que cada uno de nosotros, hoy, voluntariamente, se consagra a tu Sacratítismo Corazón.
Muchos, desgraciadamente, no te conocerán nunca: otros, rechazando tus mandamientos, Te repudiarán.
Oh Buenísimo Jesús: ten piedad de uno y de otros y atráelos a todos a tu Corazón Santísimo.
Oh Señor, sé el Rey, no sólo de los fieles que nunca se alejaron de Tí, sino de los hijos pródigos que te abandonaron: haz que éstos regresen cuanto antes a la casa paterna.
Sé el Rey de los que viven en el engaño del error o por discordia se separaron de Tí: vuelve a llamarlos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que en breve se haga un único redil bajo un único Pastor.
Derrama, oh Señor, seguridad y libertad segura a tu Iglesia, derrama en todos los pueblos la tranquilidad del orden. haz que, de un lado a otro de la tierra, resuene esta única voz de alabanza al Corazón Divino, del que viene nuestra salvaciónn. Que a Él se cante gloria y honor por los siglos.
Amén

CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Corazón Sacratísimo de jesús, Corazón amabilísimo de nuestro Redentor. Corazón de Padre, de hermano, de amigo de nuestras almas! Cuanto debemos a tu Amor por nosotros.
De tu Corazón adorable hemos recibido muchos beneficios y favores, y hemos obtenido las gracias más hermosas para la santificación de nuestras almas.
Corazón dulcísimo de Jesús, Te has consumido de amor por nosotros, Te has entregado totalmente a nosotros para nuestra salvación. Hoy todos queremos consagrarnos a tu Corazón Divino. Somos tuyos por naturaleza y por gracia tuyos queremos ser en el tiempo y en la eternidad. Nos entregamos totalmente a Tí: te damos todos nuestro ser, nuestro cuerpo, nuestra alma, nuestro corazón. Corazón dulcísimo de Jesús: te regalamos nuestra memoria para recordar siempre la dulzura de nuestro amor, nuestra mente para aprender sólo la belleza de tu Corazón Divino, nuestra voluntad para amr sólo a tu amabilísimo Corazón, nuestra voluntad para vivir obedeciendo sólo a tu santa voluntad.
Corazón Sacratísimo de Jesús, delicia del Eterno padre, consuela a los corazones afligidos, para que acepten y agradezcan el ofrecimiento irrevocable de nuestros corazones. Escóndemos a todos y para siempre eu Corazón Sacratísimo, para que, unidoa a Tí en la tierra, vivamos para siempre junto a Tí en el Paraiso.
Amén.