Rita de Casia

Milagros

Santos De la biografía de Rita, reproducida en el primer volumen de la Documentación antigua del Padre Cavallucci, se lee que desde su muerte, cerca de la urna de Rita se veían "muchas imágenes de plata, de cera, de figuras en mesas y en tela, de hierros, de cadenas de clavos, de cañas rotas de escopeta... (todo) fielmente registrado por los Notarios en presencia de testigos".

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Milagros de Santa Rita

«Cerca del sagrado cuerpo de Rita --continúa el biógrafo--, se ven inumerables enfermos y heridos curados de graves enfermedades: ciegos que fueron iluminados, mudos que recobraron el habla, y cojos que fueron curados"; muchos endemoniados se veían liberados y no falta quien afirma haber sido salvado de la muerte gracias a la intercesión de sor Rita.

En esta biografía se citan cuarenta y seis milagros, de los cuales, los primeros once se remontan al año 1457, de lo que se deduce que fueron reportados por el Notario Domenico Angeli, y son los siguientes:

  1. El 25 de mayo 1457 Battista D'Angelo del Colgiacone, afectado de ceguera, mandó devotos a rogar al Señor delante del cuerpo de la Beata Rita y, por misericordia infinita sus plegarias fueron atendidas: recobró la vista.

  2. El 25 del mismo mes Lucrezia de Pablo de Colforcello enferma durante varios años, hinchada por hidropesía, fue llevada ante el cuerpo de la Beata Rita. Después de haber rezado devotas oraciones, regresó curada.

  3. También, en el mismo mes, una mujer llamada Cecca de Antonio, sorda durante cinco años consecutivos, invocando al omnipotente Dios y a la Beata Rita fue liberada, con claros signos, en presencia de varios testigos.

  4. El 29 del mismo mes, Salimene de Antonio del Poggio, que tenía un dedo de la mano privado de sensibilidad por largo tiempo, lo acercó al cuerpo de la Beata con reverencia y humildad, devoción y fe, y fue sanado en presencia de mucha gente derramando muchas lágrimas de agradecimiento al Señor y a la Beata Rita.

  5. El último día de mayo de 1457, Giacomuccia de Leonardo de Ocone, atormentada muchos años de grandes dolores a las piernas, y que por este grande e intenso dolor comía poquísimo desde hacía dos años, fue llevada en brazos ante el cuerpo de la Beata, donde se encomendó al Señor y a ella, se detuvo ocho días en la iglesia, después de lo cual fue curada y, con mucho gozo, dio gracias a Dios y la Beata Rita.

  6. En el mísmo día, Cecca de Gio, de Biselli (Norcia), nacida muda como testimoniaron los parientes, vino a visitar el cuerpo de la Beata. Hechas las oraciones comenzó a hablar y a recitar el Ave Maria y otras palabras, con gran estupor de los parientes y de todo el pueblo.

  7. El 2 de junio 1457, Matteo del Rey de Ocone tenía a Bernardo, su hijo, afectado por una piedra dentro a la vejiga que le producía un intenso dolor. Rogó a la Beata Rita por cuyos méritos fue liberado de la enfermedad.

  8. El 3 del mismo mes Spirito d'Angelo de Casia había padecido una ciática con intenso dolor durante cuatro años eguidos. Recurriendo a la Beata Rita fue sanado.

  9. El 7, Mattia de Cancro de Rocca Indulsi (Norcia), muda de nacimiento, fue conducida por sus parientes ante el cuerpo de la Beata y, después de las oraciones, obtuvo la gracia de Dios. Ante el estupor de la gente, la oyeron hablar. Por éste milagro se hicieron procesiones de todos los Sacerdotes y un sermón del maestro Giovanni Pauletti de Casia.

  10. En el mismo día, Cecco de Antonio, de San Cipriano, mudo del nacimiento, fue conducido por su padre ante el cuerpo de la Beata Rita y, después de dos días de oración, recibió la gracia de la palabra con gran estupor de todo el pueblo.

  11. El 8 de junio 1457, Lucia de Santi, del Castel de Santa Maria de Norcia, ciega de un ojo y con escasa visión en el otro, fue llevada ante el cuerpo de la Beata Rita. Después de quince días de intensas oraciones se le abrieron los dos ojos y vió. Con infinitas lágrimas, dio gracias a Dios.
Como se puede constatar, las curaciones milagrosas se refieren a enfermedades muy diversas, también ceguera y mutismo congénitos.
Los milagros que sucedieron entre 1447 y 1603 tratan de curaciones de enfermedades de diverso género: parálisis total, piedra en la "vejiga", dificultad de palabra, heridas incurables y en putrefacción, abscesos en garganta, locura, huesos rotos, llagas, hemorragias, posesiones de "espíritus inmundos", peste, cáncer de garganta y más.

Además de citar los milagros comprobados, el Padre Cavallucci informa que " todavía hoy, en nuestros días, al abrir la caja y la urna donde se encuentra aquel cuerpo se siente una fragancia que parece hecha de varias mixturas odoríferas y que no se percibe sino con gran dificultad en cuanto se abre la caja. Sin embargo, cada vez que nuestro Señor Jesúscristo concede alguna gracia por la intersección de la Beata Rita, ésta fragancia es sentida durante muchos días, con gran facilidad, por toda la casa.

El Padre Cavallucci añade también que las monjas del convento acostumbraban, en el mes de mayo, a preparar unos pequeños panes para el día de la fiesta de monja Rita, el día 22, que distribuían entre los más necesitados y que " después de haber saboreado éste pan" fueron liberados de fiebres y otras enfermedades.

Así mismo, el aceite de la lámpara que estaba constantemente encendida sobre la caja de Rita era considerado milagroso por las monjas. Ellas "dan el aceite de esta lámpara para untar los miembros de los cuerpos doloridos por cualquier causa, quedando demostrado que este aceite ha obrado grandes beneficios a muchos".