“POR UN REPARTO
IGUALITARIO DEL TIEMPO”
El Gobierno de la Junta de Andalucía consciente del debate
abierto en la sociedad relativo a la conciliación de la vida laboral, familiar
y social de hombres y mujeres, encomendó al Instituto Andaluz de la Mujer la
constitución de un Foro de Debate para la redefinición de los horarios
laborales, escolares y públicos, con la participación de las organizaciones
políticas, sociales y sindicales.
Por este motivo, se puso en marcha el FORO ANDALUZ POR UN
REPARTO IGUALITARIO DEL TIEMPO, iniciado el año pasado con las Jornadas de
Apertura en el mes de diciembre, en Sevilla y la Edición de un Documento para
el Debate, que se llevó a las Mesas de Trabajo celebradas en los meses de mayo
y junio de 2002, y un Foro Abierto en red.
Como colofón al trabajo de todo un año, celebramos ahora las
Jornadas de Conclusiones donde daremos a conocer las propuestas y estrategias
que hagan posible la participación equilibrada de hombres y mujeres en la
actividad profesional y la vida familiar; así como los nuevos enfoques que, en materia
de reparto igualitario de los tiempos, se está desarrollando en la actualidad.
La Segunda Modernización de Andalucía ha de tener en cuenta
la necesidad de un Reparto Igualitario de los tiempos, para seguir avanzando en
el protagonismo que las mujeres hemos de desempeñar en esta nueva etapa del
futuro de nuestra tierra.
FORO ANDALUZ POR UN REPARTO IGUALITARIO
DEL TIEMPO
Granada 12 y 13 de Diciembre de 2002. |
9.30 - 10.00
10.00 - 10.30
Ilma Sra. Dña. Teresa
Jiménez Vilchez.
Directora del Instituto
Andaluz de la Mujer.
Excmo. Sr. D. José
Enrique Moratalla Molina.
Alcalde de Granada
10.30 – 11.30
Conferencia Marco
Presenta: Ilmo. Sr. D
Antonio Valverde Ramos. Director General de Fondos Europeos.
Consejería de Economía y
Hacienda
Ponencia: Las políticas de conciliación entre diversas
responsabilidades y elecciones: Potencialidad y criticidad.
Dña. Anna Catasta.
CDIE (Centro de Iniciativas Europeas)
11.30 – 12.00 Descanso
Café
12.00 – 14.00 La conciliación de los Tiempos
desde los espacios vividos
Coordina: Ilma. Sra. Dña. Flora Pedraza
Rodríguez.Directora General de Desarrollo Rural.
Consejería de Agricultura y Pesca.
* Estereotipos de
género. Dña. Isabel Martinez Benlloch. Universidad de Valencia
* Aspectos
legislativos y laborales en torno a la conciliación. Dña Amelia Sanchís Vidal.
Universidad de Córdoba
*Género,
sostenibilidad y planificación. Dña. Claudia Zabaleta de Sautu. Grupo Suruburna
14.00 – 14.30 Debate
14.30 Almuerzo
16.00 – 16.45 Mesa redonda
La familia y los tiempos
invisibles: el mercado de trabajo reproductivo
Coordina: Ilma. Sra. Dña. Adoración Quesada Bravo.
Directora Gerente del Instituto Andaluz de Asuntos Sociales. Consejería de
Asuntos Sociales.
* Los afectos
compartidos. Dña. Soledad Murillo de la Vega. Universidad de Salamanca
* La filosofía de la
reciprocidad. D. Paolo Coluccia. Investigador Social. Lecce. Italia
* Los usos del tiempo
en Andalucía. Dña. Dolores Ramos Palomo. Catedrática Universidad de Málaga
17.45 – 18.00 Debate.
18.15 – 20.00 Mesa redonda
El tiempo con valor de cambio:
mercado de trabajo productivo
Coordina: Ilmo. Sr. D. Antonio Toro Barba. Director
General de Empleo y Desarrollo Tecnológico. Consejería de Empleo y Desarrollo
Tecnológico
* El tiempo en las
ciudades.: el estado de la cuestión en Europa. D. Jean Ives Boulin. C.N.R.S.
París
* El trabajo de las
mujeres en servicio de proximidad. Dña.
Arantxa Rodríguez Álvarez. Prof. Economía Aplicada. Universidad País
Vasco
* La
imaginación científica: modelos de simulación dinámica aplicados a la
contabilización del trabajo no remunerado.
D. Silvio Martínez. Vicente. CSIC, Madrid
20.00 – 20.30 Debate.
DIA
13 DE DICIEMBRE
9.30 – 11.30 Mesa redonda
El derecho a la movilidad
lenta: la adaptación de los servicios al uso de los tiempos.
Coordina: Ilma. Sra.
Dña. Aurelia Calzada Muñoz. Directora General de Construcciones y Equipamento
Escolar. Consejería de Educación y Ciencia.
* Tiempos
y territorios. Dña. María Prats Ferret. Universidad Autónoma de Barcelona.
* La oficina del tiempo. Dña. Mad Joubert. Oficina del tiempo de Poitiers.
*
Tiempos rurales y conciliación. Dña. Ana Sabaté Martínez. Universidad
Complutense de Madrid
11.30 – 12.00
Descanso Café
11.00
12.00 – 13.00
Propuestas de futuro en materia de conciliación.
Ilma. Sra. Dña. Teresa Jiménez Vílchez.
Directora del Instituto Andaluz de la Mujer
13.00 – 14. 00
Clausura
Excmo. Sr. D. Gaspar Zarrías Arévalo. Consejero de la
Presidencia. Junta de Andalucía.
14.00 Aperitivo
Dña. Anna Catasta. CDIE (Centro de Iniciativas Europeas)
LAS POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN ENTRE
DIVERSAS RESPONSABILIDADES
Las políticas de conciliación entre diversas
responsabilidades y elecciones: potencialidad y criticidad
La intervención se dividirá en las siguientes partes:
Primera parte: las políticas de conciliación en las
políticas europeas
En esta parte se analizarán las políticas europeas en
materia de conciliación resaltando las conexiones y las sinergias con los
siguientes ámbitos:
Políticas de igualdad de oportunidades
Políticas de empleo
Sistemas de bienestar social
Valorización de los recursos humanos y cultura de la
empresas
Derechos de ciudadanía
Estereotipos y transformaciones culturales
Segunda parte: diferentes enfoques sobre políticas de
conciliación
En esta parte se analizarán los diferentes enfoques sobre el
tema de la conciliación desarrollados en el contexto europeo:
Las políticas de tiempo
Las reformas en la cultura organizativa de las empresas
Las modificaciones en el horario de trabajo
Los servicios para la conciliación
Los sistemas territoriales para la conciliación
Tercera parte: legislación de apoyo
En esta parte se analizarán las principales tipologías de
intervenciones legislativas de apoyo a la conciliación, y que derivan de
directivas europeas:
Apoyo a personas
Apoyo a empresas
Apoyos al sistema de los servicios y de las comunidades
locales
Cuarta parte: conclusiones y posibles itinerarios
En esta parte se expondrán algunos itinerarios posibles de
desarrollo de las políticas de conciliación referentes a algunos proyectos que
se están realizando en el ámbito de los proyectos Equal.
Dña. Isabel Martínez Benlloch. Universidad de Valencia
ESTEREOTIPOS
DE GENERO
Seguimos construyendo la desigualdad:
Nuevas formas de sexismo.
En el proceso de construcción de la identidad las categorías
relativas a las representaciones sociales de la diferencia sexual y, por lo
tanto, los papeles adscritos en cada cultura y momento histórico a nuestra
condición sexuada, son fundamentales puesto que son categorizaciones nucleares
en la estructura del self.
La identidad, en sus dimensiones social y personal, nos
permite tomar conciencia del sí mismo, de nuestro lugar en el mundo y en
relación a los demás como resultado de un proceso complejo por el cual el yo
realiza una síntesis particular de prescripciones sociales, discursos y
representaciones sobre los sujetos, producidas y puestas en acción en contextos
particulares. Este proceso se realiza en los primeros años de vida a través de
la socialización, momento del desarrollo en que el propio cuerpo actúa de
referente, de ahí su importancia. Así, por medio del proceso de socialización
los sujetos nos integramos en un sistema social determinado apropiándonos de
las generalidades simbólicas prescritas para, con posterioridad, a través de un
proceso de individuación establecer una progresiva independencia de los
sistemas sociales y legitimar nuestros propios actos.
Las transformaciones sociales producidas en las últimas
décadas han operado efectos en las condiciones de vida de mujeres y varones incidiendo
fundamentalmente en los sistemas de valores relativos a la diferencia sexual
Frente a actitudes explícitas de sexismo y discriminación, que actualmente
están muy mal consideradas y que responden a la denominación: “sexismo hostil”,
cada vez más se observan actitudes hacia las mujeres en apariencia “positivas”
que esconden una gran ambivalencia. Este hecho ha puesto de manifiesto la
necesidad de fomentar la investigación psicológica interesada por acceder a
formas más sutiles y benevolentes de sexismo que no por ello dejan de producir
efectos intrapsíquicos.
Concretamente, las idealizaciones de delgadez, belleza y
juventud en las mujeres así como muchos de los síntomas somatoformes, es decir
muchos mal-estares, responden al peso de los estereotipos de género.
Dña Amelia Sanchís Vidal. Universidad de Córdoba
Las diferencias entre mujeres y hombres, suelen acabar en
desigualdades, y éstas en discriminaciones. Eso es lo que ha sucedido a lo
largo de la historia con el dinero y el tiempo. Hasta la mitad del XX, la
diferencia más notable entre personas ricas y pobres era una cuestión de
dinero, en el Estado de bienestar sigue habiendo diferencias económicas y,
también, de tiempo. En el caso de la mujer suele darse la doble condición;
pobre de tiempo y dinero.
Está
socialmente admitido, que la autonomía de la mujer sea más limitada que en el
hombre, por tanto es más pobre en tiempo. Esa determinante situación hace que
la incorporación de la mujer al trabajo remunerado y al escenario público, se
haga desde la desigualdad, con parte de su tiempo hipotecado, por tanto acaba
siendo más pobre en dinero.
Ante estas
discriminaciones, se impone una reordenación y distribución de los tiempos de trabajos
y ocio, donde se cuantifique y valore el trabajo remunerado y no
remunerado hasta hacerlos compatibles, para que hombres y mujeres estén en un
plano de igualdad real, que no legal. A lo largo de la ponencia desarrollaremos
el siguiente guión:
1.-Conceptos
previos
- Género y
discriminación/Universalidad de los derechos y acceso desigual a los mismos
-
Circunstancias familiares/Armonización de tiempos
- Globalización
de los problemas/Homogenización de las legislaciones
2.-Tipos de
intervenciones en la armonización de tiempos:
- Planes
Integrales
- Programas,
proyectos y subvenciones
- Legislación
-Naciones
Unidas/Unión Europea
-España
-Andalucía
- Los agentes
sociales (sindicatos y patronal)
-Acuerdo Interconfederal
de negociación
-Convenios
colectivos
- Organismos de
la Administración (Institutos, Ayuntamientos, Diputaciones, Consejerías, -
Ministerios)
- Partidos
Políticos (ideologías y programas electorales)
- Los
movimientos no institucionales: (redes sociales y participación ciudadana)
3.-Conclusiones
Dña. Claudia Zabaleta de Sautu. Grupo Suruburna
La ponencia incluye una Introducción con una breve
presentación del Grupo Sururbana, una asociación de mujeres
profesionales del urbanismo, el medio ambiente y la planificación - de la que
es miembro la conferenciante - y en la que además se exponen dos experiencias
de trabajo llevadas a cabo por dicha asociación, en Sevilla y en relación con
la problemática del Foro. Posteriormente se proponen tres reflexiones o ideas
que, desde diversas perspectivas vinculadas al espacio, buscan aportar otras
miradas sobre el reparto igualitario del tiempo. La primera aborda la relación
espacio-tiempo y las repercusiones que los aspectos ligados a la percepción han
de tener sobre la misma, a la vez que reconoce al tiempo y al espacio como
instrumentos de una doble forma de control social sobre la que se construyen
las identidades, y las diferencias de género. La segunda idea entiende los
cuerpos y los espacios como lugares para habitar e interpreta los cuerpos como
posibles espacios de opresión, suerte de recintos donde se consolidan los
estereotipos de género. La tercera reflexión plantea la necesidad de una
planificación sostenible que contribuyendo al equilibrio (social, ambiental...)
entre sistemas e individuos, asegure un uso más igualitario del espacio en el
tiempo y del tiempo en el espacio. Finalmente se concluye razonando sobre la
necesidad de ampliar nuestra percepción, configuración y uso del tiempo y del
espacio (incluso el corporal), con el fin de encontrar otras posibilidades y
significados para una construcción de género equitativa, sin discriminación.
Dña. Soledad Murillo de la Vega. Universidad de Salamanca
Las líneas maestras de mi intervención se basan en una
pregunta que entraña dilemas importantes en el marco de una relación:
l. Si el tiempo es el principal capital del que se dispone,
por su facilidad para convertirlo en formación, autocuidado, reciclaje,
movilidad profesional y otras actividades. Cómo se distribuye el uso y disfrute
del tiempo.
2. Del uso del tiempo no se habla en los inicios de una
relación de pareja, tampoco en los comienzos de la convivencia. Sólo cuando
éste representa un problema se menciona su administración. Desde qué lugar se
hace ¿desde la queja o desde la demanda?
3. Si el mercado de trabajo da la espalda al tiempo
doméstico –lo detecta prematuramente en los procesos de selección, o bien, lo
ignora a efectos de fijar horarios para las reuniones informales- cómo se
combina un tiempo productivo cuya marca de eficacia es el cumplimiento de los
plazos, con el tiempo afectivo.
4. De no resultar fácil esta combinación de tiempos. ¿cómo se
pacta, se habla, se acuerda, o se regatea, en el ámbito de la pareja esta
dificultad? ¿Existen pactos a la baja para mantener un estatus o un patrimonio
común?
5. Si las relaciones afectivas parten de una idea
igualitaria, cómo se asimila en la propia biografía una deficitaria paridad en
el uso del tiempo productivo y afectivo. De existir conflictos lejos de ser
privados, deberían adoptar una naturaleza pública, puesto que en su debate se
incluiría el Estado de Bienestar.
6. ¿Quién corre a su cargo con los sacrificios en una
pareja, cómo se combina lo profesional con lo personal en una relación?
¿Cuántos proyectos profesionales se aplazan o se acortan –tiempo parcial,
excedencias- con la llegada de los hijos e hijas.
7. Si la violencia doméstica ha sido rescatada de la
privacidad versus impunidad, la expropiación de tiempo de las mujeres, así como
la voracidad del mercado para con los varones debe incorporarse a la agenda
pública de los poderes locales, autonómicos y nacionales.
D. Paolo Coluccia. Investigador Social. Leche.
Italia
paconet@libero.it - http://digilander.libero.it/paolocoluccia
LA
FILOSOFÍA DE LA RECIPROCIDAD. Bancos de tiempo y sistemas de intercambio local
no monetarios.
Las sociedades han
progresado en la medida
en la que ellas mismas, sus subgrupos y sus
individuos
han sabido hacer
estables sus relaciones, dar,
recibir y, en fin,
¡devolver!
(Marcel Mauss)
La filosofía del Banco del tiempo se basa en la acción de
reciprocidad generalizada cuyo fin es la solidaridad. ¿Qué es la reciprocidad
generalizada o indirecta? Alguien da su tiempo para recibir a cambio el de otra
persona. Se intercambian así, sin la intermediación del dinero, bienes,
servicios y saber. El fin es la solidaridad. El comportamiento individual es dar,
recibir y devolver. La herramienta puede ser un Banco de tiempo.
Es un intercambio entre iguales, pero no de mercado ya que en lugar de un contrato
hay un pacto. La simetría es un principio fundamental para:
la producción y el uso de la información (boletín
ofertas-demandas)
la paridad sustancial de los intercambios (una hora del
pintor vale igual que una hora del experto informático)
el balance de todos las cuentas individuales, en el debe en
el haber, considerando que todos parten con una cuenta cero (Coluccia, 2002).
¿Cómo nace
un Banco de tiempo? Reúne 10-15 individuos, dales un trozo de papel y un
bolígrafo y pídeles que escriban, además de sus datos, lo que saben hacer o lo
que quieren dar o quisieran recibir. Une las ofertas y las peticiones
en un folio más grande, haz varias copias y reparte una por cabeza. Ahora la información
es común. El Banco del tiempo se pone en marcha cuando de verdad se empieza a
pedir y a ofrecer. Al final de cada prestación se arranca un cupón donde se
indica el valor del bien, del servicio o del saber recibido. Se calcula
en horas o con una unidad de cálculo local.
Desde hace
poco más de veinte años, estos sistemas de intercambio local se han difundido
en el mundo con motivaciones y modelos diferentes: LETsystem (Local Echange
Trading System) en Canadá, Inglaterra, Holanda, Escocia, Australia; SEL (Système
d’Échange Local) en Francia, Tauschringe en Alemania, Ithaca-Hours
y Time-Dollars en los Estados Unidos, Banche del Tempo en Italia,
Clubs de Trueque en Argentina, SEC (Systèmes d’Échanges Communautaires)
en Senegal. En la actualidad M. Linton, fundador del primer LETS en Canadá,
opera en Japón con sistemas de intercambio basados en la moneda social.
En Italia
el fenómeno de los Bancos de tiempo está muy diferenciado. Han aparecido tres
modelos:
el BdT organizado, financiado y gestionado por el municipio;
el BdT que nace dentro de una asociación, de una cooperativa
o de una organización sindical;
el BdT como sistema autónomo, autofinanciado, autogestionado
y fundado por un grupo de personas.
Se ha promulgado una Ley del Estado que trata de estimular
el nacimiento de Bancos de tiempo con el sustento de los organismos locales
(Ley de 8 de marzo de 2000, n. 53 “Disposición para el apoyo a la maternidad y
a la paternidad, al derecho al cuidado y a la formación y a la coordinación de
los tiempos de las ciudades”).
En Martano, Lecce, la experiencia de Banco de tiempo
autogestionado empieza en 1996, bastante parecida a un LETS. Los intercambios
se calculan con el mistòs: 10 mistòs
valen más o menos una hora. En el sistema circula de todo: verduras
silvestres, hortalizas ecológicas, transporte de cosas y personas, ayuda en el
estudio, pequeños mantenimientos, consejos estéticos, trabajos a ordenador,
actividades de costura, artísticas, deportivas, trabajos de jardinería,
alimentos, tartas, etc. Pero sobre todo circula mucha sociabilidad. Sin embargo
han sido muchos los problemas y los momentos de dificultad debidos a
malentendidos, incomprensiones, polémicas que han retardado la actividad. De
todas formas esto problemas aparecen en casi todas las experiencias.
El Banco
del tiempo puede considerarse una innovación social. Es un termómetro
con el que se puede medir la promoción de uno mismo, la ciudadanía activa, la
solidaridad, la capacidad de proyección de la comunidad a la que pertenece, la
cohesión social y el uso inteligente del propio tiempo.
La
modernidad ha teorizado y legitimado en su proyecto socio-económico el espacio
de acción público y el espacio de acción privado. Falta casi en su totalidad la
teorización del espacio común.
La creación
de sociedad es un banco de prueba para el individuo, el grupo y la misma
comunidad. Estas experiencias de intercambio local no monetario se pueden
entrever en un documento de trabajo de 1999, realizado por un grupo de
estudiosos que trabajan en el Núcleo de Valoraciones Prospectivas de la
Presidencia de la Comisión Europea.
En un
escenario caracterizado por un equilibrio inestable, los Bancos de
tiempo, junto a ciento micro-iniciativas innovadoras, se asoman a la sociedad
europea para plantar cara a la crisis política, económica, social y cultural
establecida para el quinquenio 2000-2005. Por lo tanto «se asiste en este
periodo a la ascensión de colectividades locales dinámicas como las actuales».
«Ya es raro ─continúa el estudio─ encontrar un municipio o un
barrio que no tenga su propia divisa y un banco del tiempo en donde
intercambiar actividades culturales y todo tipo de servicios a la persona (como
clases particulares, ayuda a niños y ancianos, y colaboraciones familiares).
Las asociaciones locales, gestionadas a menudo por mujeres, pensionistas o
recién licenciados, se han multiplicado. Gran parte de ellas trabajan de manera
informal. La gran mayoría de estas estructuras locales ha permanecido muy
abierta al mundo exterior. Aprovechando las posibilidades de la informática han
establecido comunicaciones, asociaciones e intercambios de experiencias a nivel
internacional».
Nos
encontramos en una sociedad en peligro, donde los escenarios posibles son
inciertos. Nadie desea una sociedad europea basada en el paradigma del
«equilibrio inestable», pero de todos modos no puede cogernos desprevenidos.
Por decirlo en sentido metafórico, ya se anuncie tormenta o se prevea tiempo
sereno y un sol espléndido, no nos cuesta nada llevar el paraguas bien doblado
en la mochila. Si lo abrimos cuando hace buen tiempo la gente se reirá de
nosotros, pero al sacarlo en el momento justo, al inicio de un violento
temporal, hará que pasemos por personas previsoras e inteligentes.
Y el Banco
del tiempo es casi lo mismo.
Dña.
Dolores Ramos Palomo. Catedrática Universidad de Málaga
Las mujeres hemos sido protagonistas de una historia
silenciada en cuyos pliegues se ha enmascarado una intensa jornada laboral
dentro y fuera del hogar, un doble trabajo que nos ha limitado a la hora de
disponer de un tiempo propio –frecuentemente escaso y fragmentado-, y que nos
ha llevado incluso a prescindir, cuando lo hemos considerado oportuno, de
algunas horas de descanso.
En la actualidad, un número cada vez mayor de mujeres se
quejan de la falta de tiempo o lo buscan atrapadas entre la normativa laboral
vigente y las múltiples tareas del ámbito doméstico: los trabajos de
reproducción biológica, los de ejecución y mantenimiento, los de gestión, los
de socialización y atención afectiva. Efectivamente, podemos afirmar que al día
le faltan horas para “regalárselas” a las trabajadoras, y que esta situación se
debe en gran medida a un reparto de roles sexuales y una segmentación de los
usos del tiempo que no implican reciprocidad entre mujeres y hombres a la hora
de realizar estas tareas. Si las primeras tienen que hacer juegos malabares
para adaptarse a unos escenarios que han
sido construidos a la medida de otros, ¿dónde está su autonomía?, ¿dónde está
su capacidad de decisión?, ¿qué ciudadanía es la que ostentan?.
Los usos del tiempo están segmentados en términos de homogeneidad y heterogeneidad.
La primera característica suele adscribirse a los comportamientos masculinos,
abocados “por definición” a trascender lo cotidiano. La segunda sostiene los
proyectos de vida femeninos, que se ven traspasados por los ciclos de vida y
las cargas familiares, haciendo que el futuro de las mujeres se vertebre en
pequeños pasos, se ciña a cada minuto, cada hora, debido a una carrera de
obstáculos que apenas les permite pararse a contemplar horizontes lejanos.
Consciente de esta desigualdad, el Instituto Andaluz de la
Mujer encargó en 1996 la realización de un estudio sobre usos del tiempo a un
grupo de profesoras del Seminario de Estudios Interdisciplinarios de la Mujer de la Universidad de Málaga, estudio que tuve la ocasión de
dirigir. Los objetivos perseguidos en él eran: definir los conceptos de trabajo, productividad y ocio en función del tiempo y el género; conocer el
uso que mujeres y hombres hacían del tiempo en días laborales y festivos;
realizar una tipología de actividades y establecer la frecuencia de las mismas
atendiendo a diversas circunstancias sociales, culturales, espaciales y
cronológicas.
La metodología propuesta contemplaba cuatro pasos:
La recopilación y análisis de la bibliografía sobre el tema
en España y los países de la Unión Europea.
El diseño de un cuestionario con dos grandes apartados: el
conjunto de actividades realizadas el día anterior, distribuidas en intervalos
y recogidas en una tabla donde se especificaba la jornada completa; y la
contabilidad del número de horas empleadas en el trabajo doméstico, el trabajo extradoméstico y el ocio durante la
semana, diferenciando los días laborables de los sábados y domingos.
La realización de una encuesta representativa (2200
entrevistas) entre la población andaluza de 16 años y más, en función de unos
criterios espaciales: el medio rural/urbano y sus matices intermedios.
El diseño técnico de seis grupos de discusión, cruzando las
variables sexo, edad, ámbito espacial y status socioeconómico, con la intención
de completar y matizar los aspectos cuantitativos derivados de la metodología
anterior.
La investigación nos permitió ver cada uno de los bloques de
actividad imbricados en la vida diaria y comprobar que el eje sobre el que
giran las diferencias en el uso del tiempo se basa sobre todo en el trabajo
doméstico. Teniendo en cuenta que las jornadas laborales de mujeres y hombres
son equiparables en tiempos medios, de lunes a viernes las primeras dedican a
las tareas del hogar alrededor de seis horas diarias, mientras que los hombres
emplean sólo una hora. El sábado y el domingo marca, en tiempos medios, una
tendencia muy similar, aunque con un pequeño descenso del trabajo doméstico
femenino (alrededor de una hora y media menos).
En función de la situación profesional observamos grandes
diferencias en el colectivo de mujeres: las amas de casa emplean en los
trabajos domésticos unas ocho horas
diarias en días laborables, las mujeres adscritas al mercado de trabajo, cinco;
las paradas, seis horas. La situación del grupo de varones es diferente: los
parados dedican una hora y media de su tiempo en las tareas domésticas; los
hombres ocupados sólo utilizan una hora. Durante el fin de semana las amas de
casa trabajan en el hogar once horas y media más que los hombres; las
trabajadoras adscritas al mercado laboral y
las paradas, siete horas. La suma de todas las actividades que implican trabajo refleja unas realidades
muy desequilibradas para el sexo femenino.
Con respecto al rol familiar, resulta preocupante la
transmisión de actitudes y estereotipos: el 30% de los padres y el 35% de los
hijos declara no dedicar ninguna hora al trabajo doméstico. El proceso de
reproducción social está hipotecando el futuro de las mujeres y de toda la
sociedad, de ahí la necesidad de incidir en él y transformarlo. Sin esta
premisa no podremos cambiar el reloj social.
El tamaño de la familia marca una tendencia preocupante. El
trabajo femenino resulta abrumador en los grandes núcleos familiares, mientras
que la participación masculina se diluye o desaparece en ellos. Es significativo que para los varones vivir
solos implique una mayor consagración al trabajo doméstico, que se
defiende en términos de “necesidad”, y que para las mujeres este mismo hecho
constituya una importante “liberación”, al no atender a los otros. En el hogar,
el hombre saca ventaja de la presencia de su compañera y la mujer saca ventaja
de la ausencia de su compañero.
El criterio “nivel de estudios” introduce algunas rupturas
en los comportamientos de mujeres y hombres. A mayor nivel de formación, más
colaboración masculina. No obstante, esa mayor disponibilidad responde siempre
al concepto de ayuda. En el colectivo femenino observamos una actitud
inversa, pero la menor implicación doméstica de las mujeres con estudios se
resuelve mediante el trasvase de ese trabajo a otras mujeres, por lo general
contratadas, que son las receptoras del relevo. En los restantes casos la
sustitución la realizan las mujeres de la familia.
En el marco de los bloques de actividad que integran el
trabajo doméstico hay que señalar que la adquisición de bienes (sobre todo, la
compra diaria) y el cuidado de los niños constituyen las preferencias
masculinas, mientras que las mujeres se dedican al trabajo doméstico en sentido
estricto: cocinar, fregar, limpiar. En el hogar, los hombres eligen las tareas
que realizan; las mujeres atienden “las prioridades” que les impone el desempeño de su rol. En cualquier caso, la
planificación de la compra diaria o semanal y la organización de la casa recaen
sobre el colectivo femenino, que incrementa así sus responsabilidades, aunque
no la valoración de las mismas, por
carecer éstas de los referentes
monetarios y de prestigio social propios del mercado. Si esas responsabilidades
se comparten son asumidas siempre por las mujeres de la familia, siguiendo un
sistema de transferencia de papeles en función del ciclo vital: abuelas,
madres, hijas.
El hecho de estar inmersas en los espacios públicos y
privados deja a las mujeres escaso margen de tiempo para planificar el futuro.
Un 28% de los hombres señala que trabajan para asegurarse una pensión, mientras
el 15,7% de las mujeres subrayan la
misma intención. El colectivo femenino sigue reivindicando un empleo para
realizarse (38% de las mujeres; 36% de los hombres) y también para incrementar
su independencia personal (50% ellas; 36% ellos).
Las mujeres trabajan con un horario flexible en mayor
proporción que los hombres (41,6% y 36% respectivamente). Quizá esta diferencia
hay que achacarla al elevado número de trabajadoras por cuenta propia que
desarrollan la actividad laboral en su propio domicilio. Por otra parte, los
testimonios de las mujeres que trabajan la jornada completa con horario de
mañana y tarde, demuestran las nefastas consecuencias de la ordenación del
tiempo en nuestra sociedad, la nula coherencia entre los horarios de trabajo y
los horarios escolares, así como la pervivencia de costumbres incompatibles con una ordenación más racional
de las actividades.
Estos handicaps
reaparecen cuando hay que relacionarse socialmente por motivos laborales. Las
actividades vinculadas a la profesión, concretamente el estudio y la lectura,
nos indican que los hombres tienen mayor posibilidad de aislarse en casa: 62,5%
y 37,55%, respectivamente. Ante este cúmulo de circunstancias, no puede
extrañarnos que las mujeres abandonen el
puesto de trabajo para contraer matrimonio (13,2%) o por el nacimiento de un
hijo (8%). El trabajo extradoméstico significa también para las mujeres
unos costes personales que el análisis cualitativo refleja con claridad. Es una de las causas de que se retrase la
decisión de tener hijos o de que se limite su número, ya que un 19,9% de las
mujeres y un 12,6% de los hombres consideran que la actividad laboral femenina
incide negativamente en la atención a la familia. Estas respuestas reflejan la
fidelidad a los roles establecidos. Por otra parte, en los grupos de discusión
se constata un sentimiento de culpabilidad entre las mujeres, motivado por este
supuesto abandono. Además, un mayor
porcentaje de hombres sigue juzgando de forma negativa la incorporación
de las mujeres al mercado de trabajo (11,2% y 2,1% respectivamente).
El estudio del ocio constituye la última pieza que refleja
el reparto sesgado de los tiempos. El concepto subjetivo de “tiempo libre”
frena un desarrollo equitativo de la calidad de vida de mujeres y hombres. Los mecanismos socializadores contribuyen a
que los dos sexos experimenten el ocio de diferente manera. Hacer lo que se
quiere obedece diariamente a planteamientos muy distintos para hombres y
mujeres. En el caso de las mujeres la definición hay que interpretarla más en
el plano de las expectativas que en el de las realidades. Hacer lo que se
quiere es para las mujeres hacer lo que debe hacerse, en un
contexto en el que la donación de trabajo hecho con amor solapa cualquier
compromiso con una libertad auténtica. Espectáculos, diversiones y
relaciones sociales marcan una auténtica disparidad entre los sexos. En días
laborales un 97,3% de los hombres y un 73,5% de las mujeres se decantan por
esta opción, frente al disfrute del ocio pasivo que iguala las preferencias de
unos y otras. Los hombres son más proclives a la sociabilidad porque gozan de
un mayor nivel de autonomía. Esta circunstancia posibilita una mayor presencia
de los varones en las actividades de ocio desarrolladas en los espacios
públicos (28,2% y 13,5%, respectivamente). Las cifras tienden a converger
cuando se trata de oír la radio y se alejan cuando se trata de la lectura de la
prensa: 10,2% los hombres, 4% las mujeres. No hay que olvidar que oír la radio
permite realizar algunas tareas sincronizadas, mientras que la lectura requiere
una atención exclusiva y constituye una prerrogativa masculina en el hogar.
El criterio esencial a la hora de valorar cualitativamente
el disfrute del tiempo libre reside en la capacidad de elegir las actividades y
decidir con qué personas se realizan. Es interesante destacar que durante los
días laborables más del 60% de las mujeres comparte ese tiempo con sus hijos y
con las personas mayores, relegando a las amistades al último lugar. Las
relaciones familiares se anteponen a todo lo demás. No obstante, el nivel de
estudios va a matizar considerablemente esta actitud, pues las mujeres con mayor nivel de formación prefieren compartir el tiempo libre con sus
amistades (un 64%).
El ocio del colectivo femenino con trabajo remunerado se ve
limitado por la falta de tiempo, el cansancio y la escasez de medios
económicos. Este colectivo es el que más se queja por la ausencia de tiempo
libre. Las mujeres no adscritas al mercado laboral admiten lo mismo pero en
otro orden: primero señalan la falta de medios y de tiempo, después el
cansancio.
De todo lo expuesto se infiere una importante dicotomía en
los usos del tiempo, y un amplio horizonte en el que hay que incidir mediante
las políticas públicas y las actitudes privadas:
Mujeres y hombres deben empezar a ceder ámbitos, escenarios
y vivencias. Compartirlos implica intercambiar experiencias en el espacio
doméstico y la vida cotidiana, aprender a repartir los tiempos. Cambiar
escenarios y dimensiones temporales requiere transmutar estilos de vida hasta
ahora segregados en virtud del sexo. Romper las fronteras entre el trabajo
doméstico y el extradoméstico, constituye la premisa sustancial de una
convivencia diseñada para alcanzar la igualdad de hecho entre mujeres y
hombres.
D. Jean Ives Boulin. C.N.R.S.
París
Las políticas que toman el conjunto de los tiempos sociales
como punto de aplicación revisten cada vez mayor importancia desde el punto de
vista de la calidad de vida de los ciudadanos y son percibidas como un proceso
democrático transversal. Nos remiten a problemas concretos en los que la toma
de conciencia ha sido catalizada, entre otras, por las transformaciones de la
naturaleza y el contenido del trabajo así como la duración y los ritmos del
tiempo de trabajo. Unidas a otros tipos de evolución de naturaleza económica y
socio-cultural, estas mutaciones han conducido, en resumidas cuentas, a que se
cuestionen los principios de sincronización estructurantes de la organización
industrial/fordista del tiempo: la sincronización mediante la sucesión de
actividades y la sincronización mediante la división social del trabajo entre
hombres y mujeres.
La creciente desincronización de las actividades ha hecho
que la cuestión de la articulación de los tiempos sociales se convierta en
objeto de las políticas temporales: de la regulación de cada uno de los tiempos
sociales se pasaría así a una regulación mediante la articulación entre los
diferentes tiempos sociales y sistemas horarios. La postura central que subyace
en estas políticas es la del dominio del tiempo, que pasa a menudo por la
cuestión de la accesibilidad.
En realidad se trata de pensar en la articulación de los
tiempos sociales a nivel local en su globalidad y de instaurar una dinámica de
reflexión colectiva alrededor de estas cuestiones. Si las partes sociales,
actores «clásicos» del diálogo social juegan un papel desde este punto de vista,
sobre todo al integrar la vida fuera del trabajo de los asalariados como
elemento de la negociación sobre el tiempo de trabajo, parece que otros actores
(los colectivos locales, los usuarios a través de sus asociaciones, los
ciudadanos) juegan un papel también desde este punto de vista, especialmente en
las selecciones con respecto a la organización social del tiempo dentro de un
espacio dado. Si nos situamos en el marco de un gobierno entendido dentro de su
dimensión local, es evidente que éste no puede desligarse de su dimensión
regional, nacional y europea, sobre todo al vincularlo a las líneas directrices
en materia de empleo y de protección social.
Dña.
Arantxa Rodríguez Álvarez.
Prof. Economía Aplicada. Universidad País Vasco
(Solo titolo)
D. Silvio Martínez. Vicente. CSIC, Madrid
LA IMAGINACIÓN CIENTÍFICA: MODELOS DE
SIMULACIÓN DINAMICA APLICADOS A LA CONTABILIZACION DEL TRABAJO NO REMUNERADO
Como se sugiere
en el título, se trata de hacer un ejercicio de virtual sobre los efectos que
la monetización de las actividades productivas no integradas en la Contabilidad
Nacional tendrían el el marco macroeconómico español. O si se prefiere, de
simular qué pasaría si se monetizase todo o parte del trabajo productivo no
remunerado. Para ello, se ha construido un modelo de simulación dinámica
mediante la técnica denominada System Dynamics, o Dinámica de Sistemas, que fue
creada por el profesor J. Forrester en el MIT (Instituto Tecnológico de
Massachusetts). Como software de desarrollo se ha utilizado Vensim 4 0D.
El modelo parte
de la premisa de que el proceso de monetización se tiene que desarrollar
dinámicamente y que sus efectos se manifestarán en plenitud al cabo de un
cierto periodo de tiempo. Por ello, se ha optado por modelar el proceso
mediante un modelo dinámico. El modelo de simulación denominado SIONI
(Simulación de Operaciones No Integradas) se ha construido a partir de la
ecuación básica de Leontief, de las Tablas Input-Outputs, y permite ensayar los
efectos que sobre el Producto Interior Bruto y el Empleo se derivarían de la
monetización, más o menos rápida, de las porciones actualmente no monetizadas
de las diferentes categorías de consumo. Las categorías que aquí se consideran
son: alimentación, vestido, alquileres, mobiliario, servicios médicos,
transportes, esparcimiento, enseñanza y otros.
Se han simulado cuatro supuestos sobre la velocidad de
monetización:
Escenario
tendencial o continuista; es decir, no se monetiza ninguna fracción del trabajo
no remunerado.
Escenario 0, en
el que se supone que en 1996 se hubiese monetizado el cien por cien del trabajo
no remunerado.
Escenario 5,
que supone que en cinco años (2001 a 2006) se monetiza el cien por cien del
trabajo no remunerado.
Escenario 10,
que supone que en diez años (2001 a 2011) se monetiza el cien por cien del
trabajo no remunerado.
Los principales
resultados se concretan en la siguiente Tabla, que expresa las tasas de variación
anual para el periodo 2011-1996 de la producción y del empleo.
|
Escenario
Base |
Escenario
0 |
Escenario
5 |
Escenario
10 |
Empleo equivalente total |
-3.84% |
-0.35% |
0.03% |
0.15% |
PIBpm total |
0.00% |
3.81% |
4.22% |
4.35% |
VABpm [primario] |
0.00% |
3.87% |
4.19% |
4.29% |
VABpm [energía] |
0.00% |
2.62% |
3.03% |
3.17% |
VABpm [industria] |
0.00% |
4.17% |
4.57% |
4.70% |
VABpm [construcción] |
0.00% |
0.92% |
1.06% |
1.10% |
VABpm [servicios comerciales] |
0.00% |
4.40% |
4.88% |
5.03% |
VABpm[servicios no comerciales] |
0.00% |
2.52% |
2.80% |
2.89% |
PIB pm=
Producto Interior Bruto precios mercado; VABpm=Valor Añadido Bruto precio
Dña. María Prats Ferret. Universidad Autónoma de
Barcelona.
En los años 80s
el tiempo irrumpe como tema de debate social y político en relación al trabajo,
los horarios comerciales, los servicios de atención a las personas.
En los años 90s
numerosas aportaciones sobre el tiempo han contribuido a eliminar las
distinciones entre las esferas pública y privada. Se han realizado estudios
empíricos dedicados principalmente a la vida cotidiana, al reparto de los
trabajos y a la movilidad y el transporte. Aunque llegue tarde, la
incorporación de las cuestiones temporales o relativas a la conciliación o a la
familia en la agenda política y en el marco de las políticas sociales, ha de
ser bienvenida. El tiempo entra finalmente en la esfera pública y política y lo
hace cuando es motivo de conflicto.
Este conflicto
surge cuando la realidad social, laboral, familiar, cambia, pero las
modalidades y horarios de la oferta de servicios continúan basándose en el
modelo anterior, no se han adaptado. Nuestras ciudades se caracterizan por la
rigidez de tiempos y espacios, de actividades y servicios, que sólo son
accesibles determinados días y horas. Funcionan según modelos socio temporales
obsoletos, modelos tradicionales en los que se daba por supuesto que en cada
hogar había una mujer siempre disponible para cubrir las necesidades temporales
de toda la familia (coordinación, control, desplazamientos). Sin embargo, la
realidad social muestra que las familias tradicionales han dejado de ser
mayoritarias y que los hogares adoptan nuevas formas y se diversifican:
personas solas, parejas biactivas, hogares monomarentales. Cambian los roles y
las formas de vida y cambian los ritmos temporales, pero se observa una escasa
adaptación de la sociedad y del mundo laboral a estos cambios.
Asimismo, cada
vez es más difícil distinguir entre tiempos públicos y privados porque las
actividades cotidianas están cada vez más simultaneadas con otras actividades y
compartidas entre más personas. Se constata una desincronización entre horarios
de servicios y tiempos individuales que clama en demanda de mayor armonización
temporal.
En este entorno
mujeres y hombres viven diferentes experiencias del tiempo cotidiano, siendo
las mujeres, y especialmente las madres trabajadoras, las que más sufren los
problemas temporales, de ahí que muchas de las iniciativas en relación a las
políticas temporales provengan de grupos de mujeres o se inscriban en el marco
de las políticas de igualdad de oportunidades de diferentes administraciones.
La conciliación es una experiencia fundamentalmente femenina (67% de las
mujeres y sólo 3% de los hombres la experimentan).
Las
instituciones europeas han explicitado en la segunda mitad de los años 90 la
necesidad de promover políticas que fomenten la conciliación. Se han priorizado
principalmente las políticas de conciliación de la vida laboral y familiar,
pero la conciliación también tiene que ver con la vida personal. La formación,
es por tanto, algo que afecta al conjunto de la población y que debe ser
definido como un derecho de ciudadanía más. Ello incluiría, junto a políticas
laborales, políticas para hacer accesibles los servicios al mayor número posible
de personas, es decir, la necesidad de adaptar los horarios y la accesibilidad
física a los servicios para incrementar su uso y hacerlo más democrático.
Estas
iniciativas ya están en marcha desde hace años en países con un estado del
bienestar desarrollado (Dinamarca, Suecia, Holanda), pero encuentra grandes
dificultades para avanzar en países como los del sur de Europa, particularmente
en España. Es por ello que es sumamente útil conocer las experiencias y logros
de otros países en este ámbito (Francia, países escandinavos, Alemania).
Entre los
distintos tipos de servicios que la ciudad ofrece nos detendremos, a título de
ejemplo en: escuelas, comercios y administración pública, para ver qué
restricciones temporales plantea su uso y qué mejoras pueden introducirse.
También nos interesa conocer el papel de instrumentos de carácter general o
coordinador, como las oficinas del tiempo, donde los Ayuntamientos, aunque no
tengan competencias específicas para modificar los tiempos urbanos, pueden
jugar un importante papel de mediador o la introducción de nuevas fórmulas de
ayuda mutua o participación vecinal como los bancos del tiempo.
Cualquier
propuesta de adaptación, cambio o mejora en el ámbito temporal necesita superar
grandes dificultades para llevarse a cabo, pero no por ello es imposible. Sin
embargo, hay que tener en cuenta factores como la hostilidad del funcionario y
los sindicatos a los cambios de horarios o la necesidad de priorizar y de
invertir más recursos públicos en servicios para la conciliación y
particularmente en educación infantil, cuidado de personas mayores y
discapacitadas o enfermas.
Dña. Mad Joubert. Oficina del tiempo de Poitiers.
La Oficina del tiempo de Poitiers: un
espacio de mediación
La Oficina del tiempo de Poitiers es un espacio de mediación
adosado a la Comunidad de distritos de Poitiers (CAP). Está dirigida por
Dominique ROYOUX, directora también del Servicio de Investigación y desarrollo
de la CAP, y está impulsada además por
Catherine COUTELLE, teniente alcalde, con responsabilidades en la Universidad y
encargada del Desarrollo Económico y del Tiempo, y por Mad JOUBERT, Concejala
delegada en la Oficina del tiempo.
Para hacer frente a la desincronización de los ritmos de la
vida diaria y a la aspiración de los habitantes de conciliarlos, la Oficina del
tiempo se ha propuesto los siguientes objetivos:
- Contribuir
al equilibrio tiempo de trabajo/tiempo de vida
Contribuir a la cohesión social reequilibrando los tiempos
de servicios a favor de los menos favorecidos.
Favorecer la igualdad hombre/mujer en la distribución del
tiempo.
Construir una reflexión común que asocie el conjunto de
productores de tiempos (servicios públicos, empresas, escuelas...) y
habitantes.
Dentro de este contexto los trabajos en curso son los
siguientes:
La movilidad. ¿Qué transportes colectivos satisfacen la
demanda de usuarios asalariados con horarios atípicos?
El cuidado de los niños pequeños. Se está llevando a cabo en
la actualidad una encuesta en el Centro Municipal de Acción Social (CCAS) sobre
las modalidades del cuidado de niños de 0 a 3 años con el fin de delimitar las
necesidades de los padres que no se dirigen de manera sistemática a las
estructuras municipales.
Los nuevos servicios. Inventario de los servicios existentes
con el fin de definir los de nueva creación para favorecer el intercambio entre
las personas que disponen de tiempo y aquellas a los que les falta.
La adecuación de los horarios de apertura de los servicios
públicos a los usuarios. Creación de una ventanilla única relacionada con la
apertura del curso escolar en los distritos de la ciudad y estudio en curso de
nuevos horarios de apertura de la casa de cultura (12h-14h) y más tarde en los
distritos.
En conclusión, la Oficina del tiempo quiere ser un observatorio
y un lugar de propuestas, de negociación y de construcción de nuevas
solidaridades.
Todos somos a la vez empleado o jefe, usuario, consumidor y
ciudadano.
La conciliación, siguiendo el modelo italiano, es necesaria
para encontrar las respuestas adaptadas a las necesidades de los nuevos
tiempos, para todos y en total transparencia.
Dña. Ana Sabaté Martínez. Universidad Complutense de
Madrid
El debate abierto acerca del Reparto igualitario del
Tiempo entre hombres y mujeres, como vía de avanzar en la conciliación de
la vida familiar y laboral ha de tener un planteamiento específico en las zonas
rurales, ya que los tipos de trabajo desempeñados (por hombres y mujeres), la
localización y el acceso a los
servicios, los horarios de dichos servicios o los transportes ofrecen profundas
diferencias con respecto a las ciudades.
La creciente incorporación de las mujeres al trabajo
retribuido es uno de los elementos de cambio más importantes del medio rural,
constituyendo la plena inserción de las mujeres rurales en los mercados de
trabajo uno de los principales retos a los que han de hacer frente las
políticas de desarrollo en el medio rural; para ello es necesario analizar en
su conjunto todas las actividades realizadas por las mujeres, destacando la
carga del trabajo reproductivo, ya que las condiciones en que ellas lo llevan a
cabo determinan de forma decisiva su modo de inserción en los mercados de
trabajo. Con respecto a las ciudades, los servicios que aligeren el trabajo reproductivo
son más restringidos y se ha avanzado muy poco en el reparto de este trabajo
entre hombres y mujeres.
Una gran parte de las mujeres realiza a lo largo de sus
vidas una serie de actividades alternas, discontinuas en el tiempo y muchas de
ellas sin retribución; en las zonas rurales la situación se complica aún más,
ya que la tradicional dicotomía trabajo productivo/reproductivo está a menudo
poco diferenciada; por ello es más conveniente analizar conjuntamente todas
las actividades realizadas que pueden incluir: trabajo reproductivo en
sentido estricto, actividades orientadas al autoconsumo familiar, trabajo
productivo retribuido y trabajo en empresas familiares (productivo no
retribuido)
Las medidas basadas en el Uso del Tiempo se están
configurando como una de las mejores herramientas para medir y comparar la
actividad de mujeres y hombres (ver, entre otros, Ramos Torre, 1990; Alvaro
Page, 1996; Colectivo IOE, 1997; Prats et alia, 1995); destaca de forma
especial el estudio realizado en Andalucía por Bericat et alia (Instituto
Andaluz de la Mujer, 1994), en el cual se han analizado las actividades de las
mujeres residentes en zonas rurales de forma integral y utilizando como técnica
básica una encuesta acerca de Usos del Tiempo a lo largo del año. Este análisis
aporta unos elocuentes resultados entre los que cabe destacar una mejor
cuantificación de las mujeres activas (muy superior a la que recogen las
fuentes habituales), una "sobreocupación" para aquellas mujeres que
realizan trabajos retribuidos, así como la universalización del trabajo
reproductivo y actividades asociadas (relaciones sociales familiares y cuidar
de otras personas, por ejemplo).
Nuestra aportación se va a centrar en los resultados de una
investigación (Sabaté et alia, 1999) en la que se ha hecho un análisis
comparativo de las estrategias de gestión del tiempo y del espacio en distintos
contextos territoriales (tanto rurales como urbanos). El objetivo principal fue
profundizar en las estrategias desarrolladas por las mujeres para gestionar de
forma eficaz tanto el Tiempo como el Espacio: la opción más frecuente es
"elegir" trabajos por tiempo limitado o discontinuo, para facilitar
la combinación con el trabajo reproductivo; pero además, y dado que el tiempo
es el bien escaso, una forma de rentabilizarlo es hacer usos específicos del
espacio de modo que se minimicen los desplazamientos (la máxima expresión es el
trabajo a domicilio), lo que nos lleva a plantear de forma conjunta las
estrategias de gestión del tiempo y del espacio: este tema está
bien documentado en las ciudades pero apenas se ha abordado en los espacios
rurales.
A continuación se incluye un esquema del tema a desarrollar
y algunas referencias bibliográficas básicas, partiendo siempre de la idea
directriz de que la insuficiencia de los servicios y del reparto del trabajo
reproductivo con los hombres está obligando a las mujeres del medio rural a
aceptar sólo trabajos discontinuos, situados cerca o en la propia vivienda que,
en todo caso, sean "compatibles" con el cuidado del grupo familiar.
Antecedentes. El acceso de las mujeres del medio rural al
mercado de trabajo, desde la perspectiva
de la doble ocupación
Situación tradicional: la proximidad entre vivienda y lugar
de trabajo
Cambios y nuevas situaciones
La medida de los Usos del tiempo en zonas rurales: La
investigación de Bericat et alia.: jornadas anuales de trabajo
Metodología de Sabaté et alia (1999): "Usos del
Tiempo, Trabajo y Vida Cotidiana"
Metodología
Algunos resultados cuantitativos y cualitativos para el medio
rural
Estrategias de compatibilización de trabajos (productivo y
reproductivo):
Especificidades en el Uso del Tiempo y del Espacio en zonas
rurales
Estrategias Espaciales
E. Temporales.
E. Sociales
Trabajos de las mujeres y "Conciliación de vida familiar
y laboral" en zonas rurales
La conciliación por la vía de los trabajos
"específicos" y adecuados al doble rol: a domicilio, discontinuos en
el tiempo (temporeras, fines de semana, turismo), ayuda familiar...
La mayoría de los trabajos accesibles no requiere jornada
completa (diaria, semanal, anual), lo que "facilita" la conciliación
y, como consecuencia, dificulta los cambios (de mentalidad, de redistribución
del trabajo entre la pareja, de adecuación de los servicios públicos y
privados, etc.)
A modo de conclusión:
Necesidad de introducir la perspectiva del Reparto
igualitario del Tiempo entre hombres y mujeres para evitar el acceso de las
mujeres rurales al mercado de trabajo en condiciones de precariedad acusada.
***