Purgatorio

Escrituras

Monasterio La doctrina de la Iglesia sobre el Purgatorio encuentra fundamento en la Biblia, cuando ésta se sabe interpretar correctamente:

El texto del 2 Mac. 12, 43-46 da por supuesto que existe una purificación después de la muerte.

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De los Sagrados Escritos Bíblicos

(Judas Macabeo) efectuó entre sus soldados una colecta... a fin de que allí se ofreciera un sacrificio por el pecado... Pues... creían firmemente en una valiosa recompensa para los que mueren en gracia de Dios... Ofreció este sacrificio por los muertos, para que sus pecados fuesen perdonados.

Así mismo las palabras de nuestro Señor:

En estos pasajes Jesús hace referencia a un castigo temporal que no puede ser el infierno ni tampoco el cielo: "El que insulte al Hijo del Hombre podrá ser perdonado. En cambio, el que insulte al Espíritu Santo no será perdonado, ni en este mundo, ni en el otro".
(Mt 12,32).

"Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo"..
(Lc 12,58-58).

"Pues la base nadie la puede cambiar; ya está puesta y es Cristo Jesús. Pero, con estos cimientos, si uno construye con oro, otro con plata o piedras preciosas, o con madera, caña o paja, la obra de cada uno vendrá a descubrirse. El día del Juicio se dará a conocer porque en el fuego todo se descubrirá. El fuego probará la obra de cada cual: si su obra resiste el fuego, será premiado; pero, si es obra que se convierte en cenizas, él mismo tendrá que pagar. El se salvará, pero como quien pasa por el fuego".
(1 Cor 3,11-13).

De manera que hay un fuego después de la muerte que, diferente al del infierno, es temporal. El alma que por allí pasa se salvará. A ese estado de purgación le llamamos el "Purgatorio".

"De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si de ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué pues se bautizan por los muertos?"
(1Corinzi 15,29)

La palabra "bautismo" es utilizada aquí como una metáfora para expresar sufrimiento o penitencia.

Jesús dijo ellos: «vosotros no sabéis lo que preguntáis. ¿Podéis beber el cáliz que yo bebo, o recibir el bautismo con que yo soy bautizado?». Le respondieron: «podemos». Y Jesús dijo: «el cáliz que yo bebo también vosotros lo beberéis, y el bautismo que yo recibo también vosotros lo recibiréis».
(Mc 10, 39-40).

Juan respondió a todos diciendo: yo os bautizo con agua, pero viene otro que es más fuerte que yo, al cual yo no soy digno de atarle ni el cordón de las sandalias: ese os bautizará en Espiritu Santo con agua y fuego.
(Lc 3, 16).